El pasado 29 de julio nos acercamos a Puente San Miguel para celebrar el Día Nacional de Cantabria: “Un país a cumuña”. Para ese sábado había un montón de actividades planificadas desde por la mañana, como un taller de danzas cántabras o la comida y el deporte popular. Nosotros nos acercamos justo para poder ver el deporte popular y echar un vistazo al mercadillo que había con varios puestos de artesanía textil, de hidromiel, de productos hechos a mano o de diferentes artículos representativos de Cantabria, destacando sobre todo una camiseta que hicieron para la ocasión y que nos pareció una auténtica preciosidad. Por supuesto, nos llevamos una.

Por otro lado, me pareció que el parque donde se desarrollaban las actividades era precioso, un lugar mágico de esos que hay que disfrutar y cuidar al máximo. Y también creo que fue un gran acierto que hubiese gradas para que la gente que así lo quisiera se pudiera sentar a descansar un rato. Por lo demás, el ambiente era festivo, distendido, amable y familiar.

Nos hubiera gustado acercarnos horas antes a vivir más en profundidad este día, pero el sofocante calor nos sugirió permanecer a la sombra hasta media tarde. Aún así, pudimos disfrutar también de los conciertos, que era lo que principalmente nos llamaba la atención. Ya sabéis que la cabra tira al monte.

Empezó dándole calor a la noche Marcos Bárcena, artista más que consagrado, que animó a todos los presentes a ritmo de canciones populares y otras de cosecha propia, tan sólo con su voz y con una guitarra. A veces no hacen falta multitudes para llenar un escenario. Pudimos escuchar aquella tarde “Viva la montaña” o “Al salir el sol”. Y también nos presentó los temas de su nuevo disco, “Vivo en un sueño”, entre los que no faltaron “Cantabria”, “La paloma” o “Liébana en el camino”.

Personalmente me gustó mucho ver en directo a Marcos Bárcena, y es que algo de poso han dejado en mí, esas canciones populares, después de trabajar más de 10 años con personas mayores. Inevitablemente pensé en lo que les hubiera gustado a ellos ver ese concierto y lo que lo habrían disfrutado. En nuestra mano está el conservar y seguir manteniendo vivas esas canciones que son nuestro patrimonio y que no se pueden perder de ninguna de las maneras.

En un formato un tanto más eléctrico y dinámico salieron a escena Cambalúa, grupo al que si podemos no nos perdemos, y es que nos parecen la combinación perfecta de compromiso y valores unidos a fiesta, diversión y alegría. Y también tienen el acierto de resultar una música perfectamente compatible con cualquier edad y con cualquier persona. Me resultaría complicado imaginar que alguien me contase que se ha aburrido en un concierto de Cambalúa. Bueno, más que complicado me parece imposible.

Cambalúa siempre hace un gran ejercicio de cercanía con el público y montan un buen espectáculo, provocando a la gente para que baile, para que se lo pase bien y para que se impliquen en el concierto. Además, les ves a ellos disfrutar y eso se contagia en pocos segundos.

En Puente San Miguel nos dejaron un buen puñado de canciones y también alguna que otra versión, desatando a los allí presentes y haciendo que el respetable no parase de moverse y de disfrutar durante todo el concierto. Es imposible quedarse quieto ante temas como “Diprindiendo”, “Cantabria no se vende”, “Fracking no”, “Marianu marranu”, “Llamasti tú” o “Bien”. Y al que me diga lo contrario, le reto a ir a ver a Cambalúa y no mover ni un solo músculo, pero luego que me pague una buena cena, por favor.

Entre las versiones que pudimos escuchar estuvieron “Mierda de ciudad” de Kortatu, “Txus” y “Ellos dicen mierda” de La Polla Records o “Ama, ama, ama y ensancha el alma” de Extremoduro. Pero a mí las que más me gustaron, como no podría ser de otra forma, fueron dos nuevas canciones que no habíamos escuchado nunca, temas made in Cambalúa, y que creo que se titulaban “Hierba del norti” y “Música ambulante”. Siempre es un placer ver cómo las bandas siguen creando, teniendo nuevas ideas y dándole un toque de frescura a sus actuaciones.

Y el concierto llegaba a su fin con los zaragozanos 13 Krauss, de los que vimos unas cuantas canciones con algo de pesar, ya que nos hubiera gustado quedarnos más, pero nos fue imposible. Sin duda es un grupo impactante y del que nos habían hablado muy bien. Así que esperamos poder disfrutarles otro día con mucha más intensidad, ya que sacamos unas cuantas fotos, vivimos 5 ó 6 temas y nos tuvimos que marchar.

Actualmente están presentando su último trabajo de estudio, “The End is Night”, y nos deleitaron con algunas canciones incluidas en el mismo como, por ejemplo, “Flying broken chairs” o “Doomsday”.

Lo dicho, os animamos a descubrir el folk-punk céltico de 13 Krauss y a empaparos de su música. Nosotros esperamos coincidir de nuevo con ellos pronto.

Ojalá que en el 2018 podamos vivir otra vez en primera persona el Día Nacional de Cantabria, y si es posible desde primera hora de la mañana. ¡Hasta el año que viene!