Agosto y Madrid, dos palabras que suenan a gloria, sobre todo cuando las vives juntas.
La capi, esa ciudad invivible pero insustituible, se convierte en ese remanso de paz que solo el mes estival concede.
Y es que Agosto tiene algo especial, es el mes del disfrute de calles vacías, el mes en el que se permite beber en las plazas, el mes en el que tomarse una caña a las 2 de la mañana viendo música en directo en una plaza de Madrid sin que te multe la policía es posible. Agosto, el mes de las “céntricas” fiestas de los barrios madrileños San Lorenzo, San Cayetano y La Paloma de manera consecutiva, así, sin darnos tiempos a respirar entre una y otra. Tres semanitas de actividades, ocio, celebración, y farra, en la capital, nos lleva a la última cita festiva; las fiestas de La Paloma, en las Vistillas, la cita un domingo, los invitados: Niños Mutantes.
Y como buenos Mutantes, seres de otro planeta, el planteamiento era claro: canciones pertenecientes al futuro inmediato (con su nuevo disco Diez), para rematar con el pasado. Ese planteamiento básico de los granadinos, esa manera tan evocadora de traernos ese trozo de su ciudad, de su alegría a base de canciones hipocondríacas, que se tornan en revulsivo moral en su genuino directo.
La cita pasadas las 12 de la madrugada, en unas Vistillas más que concurrida, aun siendo laborable al día siguiente. Juan Alberto y los suyos (con rasgos cansados del Sonorama), nos ponen en liza con “Pura vida”…y acto seguido, el gentío en el bolsillo. |
La noche siguió, y de qué manera cuando sonaban canciones como “No puedo más contigo”, “Hundir la flota”. Buen momento para reivindicar el porqué de las gallinejas y entresijos, el hedor de fritanga era digno de mencionar. (¿Que sería sin unas Vistillas o unas fiesta populares sin fritanga?) Y sobre todo para descubrir al quinto mutante, a la nueva incorporación: Alonso Carmona (Napoleón Solo) una aportación estelar y que le ha venido muy bien al sonido de los granadinos.
Los Mutantes tiraron para concluir de set list festivalero , de grandes hits a modo de “Te favorece tanto estar callada”, nos agarramos al desvelo, al hastío de las “Las noches de insomnio” para marchar a la cama contestos, la traca final “Náufragos”, “Todo va a cambiar” y “Errante (Canción mutante)”
Así acabo la enésima invasión interplanetaria de estos Mutantes granadinos, un concierto corto, en que echo de menos grandes canciones, grandes hitos de la formación, a los cuales les espero pronto por esta urbe invivible pero insustituible, que tanto les añora, que no es otra que su otra Granada llamada Madrid. |