Supongo que no fuese el único sorprendido, cuando, acabando el verano, nos enteramos de le visita de Soziedad Alkoholika a Santander, noticia que fue anunciada a un mes vista y con la participación de los astur-cántabros Hate In Veins como teloneros. Desde luego, era una ocasión única, ya que los alaveses disponían de una sala que reúne los mejores requisitos para aprovechar su potencial y para los chicos de Hate In Veins era una gran oportunidad para llegar a un público mayoritario y que quizás no los conociese.
Era previsible que la visita de una de las bandas que cuentan con más tirón en la escena estatal fuera a atraer a mucha gente al Escenario Santander y, aunque quizás esperase algo más de gente, no estuvo mal el medio millar, aproximadamente, de personas que dimos color a esa noche de viernes.
Una vez ubicado y después de ver los puestos de merchán de ambas bandas, me dispuse a ver la actuación de Hate in Veins, banda a la que había visto un par de veces al principio del verano y que no hace nada más que subir como la espuma dentro de la escena metal del norte del estado.
Con un amplio telón con el logo de la banda presidiendo, dieron comienzo de manera bastante puntual a su actuación con “Crazy humanity”, “Wasted society” y “Don´t sell your soul”, de manera continua y demostrando que no estaban ni mucho menos asustados ante tal evento, demostrando una entrega y unas ganas de agradar encomiables.
Tras presentarse ante todo los allí congregados, siguieron desgranando su único disco hasta el momento, “Far from reality”, de hace ya un par de años, con la canción que le da título, seguida por “The world goes falls down”, ese pedazo de canción que fue adelanto del mismo.
Hate In Veins
Pero la banda no se ha quedado en su disco debut, sino que ya están preparando lo que será su próximo trabajo y, tras agradecer a todos nuestra presencia, sobre todo a la gente que vino de lejos, esta noche presentaron un tema nuevo, cuyo título no alcancé a entender, pero que me pareció muy potente y cañera.
Se les veía muy a gusto sobre el escenario, algo que quedaba reflejado en la interpretación de temas como “Hard and too short” y “Die killing”, las cuales ganaban en intensidad y en presencia al estar ejecutados con mejores medios y en un escenario grande, donde podían moverse con comodidad.
Se mostraron muy a gusto y agradecidos por poder tocar con una banda como Soziedad Alkoholika, antes de interpretar “Broken”, para el que pidieron que la gente hiciese un circulo, aunque el público estaba aun un poco frio, tras la cual ejecutaron “Shoot them”.
Encararon la recta final de su actuación con otro tema nuevo, “No flag”, que ya habíamos escuchado en otras ocasiones y que cuenta con una brutal sección rítmica, antes de despedirse de todos con “Mind control”, dando por concluida así su actuación después de 45 minutos encima del escenario.
La verdad es que dio gusto escucharlos con ese equipo porque sonaron fantásticos, consiguiendo la atención no sólo de la gente que los seguía sino de mucha otra que no los conocía.
Hubo que esperar más o menos media hora desde el final del concierto de los de La Franca, para ver comenzar la actuación de Soziedad Alkoholika, los cuales salieron con la intro de rigor de fondo y con un gigantesco telón con su nombre, y empezaron a repartir candela con “Alienado” y “Causas podridas”, ambas pertenecientes a su último disco “Sistema antisocial” de este mismo año.
Tras saludarnos, siguieron con “Política del miedo”, para acabar con todos ellos, y en los que la banda pidió participar a los presentes, lo mismo que harían con “Polvo en los ojos”, viéndose a la banda muy a gusto y muy comunicativa.
Siguieron su actuación con “Niebla de guerra”, para recordarnos que estaban presentando nuevo disco, dejándonos con “Sistema antisocial”, que le da título, antes de que cayese ese temazo que es “Palomas y buitres”, que acabó de calentar aun más los ánimos.
A partir de aquí, el concierto fue una sucesión de clásicos, como ese “No kiero participar” que tanto nos gusta o ese “Cienzia asesina”, para la que Juan sacó una armónica, para ambientar aun más ese temazo de su primer e inolvidable primer disco.
Tras un brevísimo descanso para coger fuerzas, se fueron aun más atrás en el tiempo se remontaron con “Contra la agresión castración”, presente en aquella mítica maqueta llamada “Intoxikazion etílika”, antes de volver a discos más cercanos con “Cadenas”.
Una de las novedades sobre el concierto que les vi en el Beltane de Comillas fue “En el tejado”, que dedicaron a todos los presos y en el que apreciamos el magnifico trabajo de los guitarras.
Otro de esos clásicos, en este caso de su segundo disco, es “Automarginado”, en donde su batería, Alfred Berengena, un autentico monstruo con las baquetas, para pedirnos ir a por las “Ratas”, con la que se generó un pogo brutal en las primera filas.
Una nueva dedicatoria, en este caso contra la manipulación de los medios de comunicación, vino con “La aventura del saber”, antes de pedirlos a los del barco de Piolín que se vayan con “Policías en acción”, de su más reciente disco.
Soziedad Alkoholika
Lógicamente, “Piedra contra tijera” sirvió como rechazo a la ley mordaza y toda la censura que ellos mismo han tenido que sufrir, para seguir con “Pauso bat”, otra que no tocaron en el Beltane y en la que animaron a la desobediencia.
En “Errare humanum est” tuvieron un pequeño problema con el bajo, que fue subsanado con toda rapidez y sin detener la canción, antes desde pedirse de todos con otra dedicada a la vieja escuela como es “Padre Black & Decker”.
Tras una pequeña espera, volverían para agradecernos nuestra presencia y mencionar a Hate In Veins, antes de decirnos que el sufrimiento es lo único seguro en la vida, como lo reflejan en su tema “Cuando nada vale nada”.
Como más asquerosos e indeseables no puede haber, cada uno que dedique “S.H.A.K.T.A.L.E. (Vomitaré en tu cara)” a quien quiera, que fue seguida de “Motxalo” y ese habitual final que es “Nos vimos en Berlín”.
Quizás de todas las veces que he visto a Soziedad Alkoholika, y son unas cuantas, está puede ser la que más me ha gustado, ya que estuvieron impresionante, sonaron atronadores y, además, se les vio muy comunicativos y pasándoselo muy bien.
La verdad es que son una garantía, porque nunca fallan en directo y además son muy queridos dentro de la escena cañera estatal. Fue una hora y media que se nos hizo corta.
Gran noche la vivida en el Escenario Santander, un local al que ambas bandas supieron sacarle todo el provecho posible para poder dejarnos a todos un gran sabor de boca con el que marchar a casa o seguir la fiesta.