"Ultravioleta" es el tercer trabajo de la banda bizkaína afincada en Barakaldo, Revolta Permanent, formada por los cantantes Iker Villa e Iker Aginaga, el guitarrista Mikel Becerra y Aitor Abio a los samplers, secuencias y teclados.
El 1 de febrero salió a la venta en formato digipack, ocho canciones mezcladas por ocho reputados productores repartidos por la península, descubriendo y explorando distintos enfoques musicales cuyo resultado es este trabajo francamente increíble, los culpables son Manuel Colmenero (Sonobox Estudios, Madrid), Josep Umbría (Calma Estudios, Islas Baleares), Maurizo Tonelli (Aurha Studio, Barcelona), Carlos Lillo (Rimshot Studios, Madrid), Jordi Gil (Sputnik Studio, Sevilla), Francisco Martínez Pérez "Pacoloco" (Estudio Paco Loco, Puerto de Santa Maria), Marc Parrot (Grabaciones Silvestres, Barcelona) y Dany Richer (El Lado Izquierdo Studio, Madrid). La grabación se realizó en los Estudios Gaua de Munguia a cargo de Jon Asier Zubelzu.
Todo un reto, ninguno de los productores está familiarizado con el euskera y tampoco es que sea su fuerte este tipo de música que va entre la electrónica y el hip hop, una verdadera apuesta para dejarse llevar por unos terrenos experimentales y dar un lavado de cara a las canciones que la banda ha compuesto y grabado. Posteriormente, el disco fue mandado a Broolkyn (NY) para su masterizacion a cargo de Jesse Cannon (The Cure, The Dilliger Escape Plan, Limp Bizkit). Tampoco nos olvidamos del artwork, un diseño del barakaldés Dani Hernández (Lobotipo), que vuelve a colaborar con Revolta Permanent.
Arranque del disco directo, sonido combativo y abrasivo con "Eskorpio", acercándonos al pop y espolvoreando melodías que atraviesan las pistas de baile, mientras que con "Azido", su espacio es directo y caótico, cercano a lo industrial con riffs y secuencias hipnotizantes, eléctricos y secuenciales. Destacando las voces de "Bi Aurpegi", un corte que pone cara a las drogas con el ser humano, luego "Izotz Beltza", experimental y alternativa, calmada y con un contraste abierto a los sonidos del hip hop.
Continuamos por una senda donde la banda se desenvuelve a la perfección, una apuesta limpia y melódica con el primer single, "K 1080" que también tiene videoclip. Y ya en los últimos temas, "Nightcall", con sonoridad ochentera y un pequeño guiño al inglés en uno de los estribillos, y para redondear la escucha, "Ultramorea", una dosis melódica y pausada, con atmósferas sugerentes y envolventes, uno de los cortes más sosegados del disco sin duda.
"Ultravioleta", una apuesta ciega y arriesgada, dejada en manos de una élite de productores arrastrando a la banda a un océano lleno de nuevos retos.