Así es, ZOO irrumpió en escena a las 23:15h. y con ellos sobre la tarima la fiesta continuó por todo lo alto. Los seis músicos salieron a comerse el escenario y a ganarse a un público que se encontraba con ganas de vibrar con canciones como "Vull", "Estiu", "Ventiladors" o "Dilo en castellano".
La formación pronto conectó con los suyos y la sala, que registró algo más de media entrada, se movió sin descanso y acompañó con bailes y su voz a los de Gandia.
Si la memoria no me falla son ya cuatro las veces que ZOO ha visitado Vitoria-Gasteiz, cuatro escenarios diferentes por los que el combo ha pasado y en los ha conseguido reunir a un buen número de espectadores. Y eso en una plaza como Vitoria-Gasteiz y con la banda dando sus primeros pasos no es fácil. ¡A otros les cuestan décadas!
Más fuerza, vientos y canciones denuncia desde el escenario para seguir alimentando a una sala en la que esa noche se formó una atmosfera cálida y de complicidad entre músicos y espectadores.
La unión era tal que la banda se sinceró sobre la tarima y confesó a su parroquia, en tierras alavesas, que en verano volverán a visitarlos. Será durante las fiestas de La Blanca de Vitoria-Gasteiz (4-9 de agosto) y en el recinto de txoznas. Notición para los fieles a ZOO y para aquellos que no pudieron asistir al espectáculo del 21 de abril.
Los valencianos no descargaron canciones aquella noche en la Kubik. Interpretaron éxitos por doquier con los que su público, bajo la pista, no pudo parar de agitar los brazos, saltar y cantar en valencià las siempre bien recibidas "Corbelles", "Xuplasangs", "Correfoc" o "La mestra". No faltó en el repertorio "Robot", su última creación.
Noventa minutos después de la primera nota la fiesta llegaba a su fin no sin antes agradecer al respetable su calor, reclamar libertad para el pueblo catalán y hacerse eco de lo ocurrido horas antes en Madrid. Y es que esa misma noche, durante la celebración de la final de la Copa del Rey de fútbol en Madrid, la policía había incautado camisetas amarillas a los seguidores del BarÇa que querían acceder al campo de fútbol con ellas.
Por lo tanto, mientras eso que se hace llamar democracia sigue generando muchas dudas, ZOO volvió una vez más a demostrarnos que la música no entiende de idiomas ni fronteras, y que la unidad entre pueblos mediante la música es más que real.
"Ni furtant-nos els somnis
ni cremant la trinxera…
ni amb la llei, ni el tricorni
ni amb presons ni cavernes
callaran a la fera". |