Noche frenética, noche de fusión, noche de The Chigros y noche de Ofunkillo, dos grupos que pusieron patas arriba el Escenario Santander la noche del último viernes del mes de abril de 2018, donde el público no paró de bailar en ningún momento, más de uno salió de allí con un par de kilos menos.
Abrieron The Chigros como bien saben hacerlo, mezclando estilos bajo esa parafernalia característica que llevan realizando durante años, cada músico va vestido o disfrazado representando a un país o zona geográfica, mostrando su influencias, como el bajista, un chicano al que le va el funky con esa cantidad de slaps que se marcó, un judío, con rizos y todo, estaba a la batería, un húngaro a la melódica, un puertorriqueño a la percusión, su cantante con atuendos árabes aunque cuando llegamos ya no tenía puesto el turbante, y por último una cara nueva a la guitarra.
Cierto, llegamos con el concierto empezado por temas, como diría más de uno que monta conciertos, logísticos, pero nos debimos perder una o dos canciones como mucho. Cuando llegamos, esta gente ya había calentado el ambiente sin necesidad de prender fuego al Escenario Santander, y es que se les quiere mucho, son sinónimo de fiesta y según va llegando el calorcito, su presencia en escenarios al aire libre, es inevitable.
Nos dieron un paseo con su “Bicicleta” y nos mostraron “La Clave” del triunfo, además nos presentaron un tema nuevo a ritmo de conga, con toda la gente apoyándoles y creando una larga fila que se recorrió las instalaciones unas cuantas veces, la verdad es que estuvieron apoyados por el público de principio a fin.
También escuchamos “Superdiscochigro” de su último trabajo “Pasaporte” editado el pasado verano, o “La Bomba”, para terminar con unos clásicos como son “La Gosadera” y “Calentón”, dos canciones que todo buen cántabro asiduos a la fiesta tiene que conocer, sino, tienes un problema.
Acierto llevar a The Chigos al Escenario Santander para acompañar a Ofunkillo, son grupos afines, sin duda.
The Chigros
Este año los Ofunkillo lo están petando celebrando sus veinte años de carrera con ese pedazo disco “20 Años Ajierro & 20 Amigos Embrutessio” donde han rescatado sus temas más emblemáticos para grabarlos de nuevo con amigos y allegados, que si Capitán Cobarde, Brigi de El Drogas, El Sevilla de Mojinos Eskozios, SFDK, El Drogas, Alba Molina y muchos más, un trabajo altamente recomendable para conocer la historia de la banda sevillana.
Unos años de subidas y de bajadas, de separaciones y reuniones, de idas y venidas, pero ahora de nuevo están aquí con tres miembros originales, Andreas Lutz a la voz, Pepe Bao al bajo y Javi Marssiano a la guitarra, el dream team del funky estatal, un tridente que todo entrenador querría para su equipo. Pero no vinieron solos, Txako Jones les acompañó a los coros, una voz femenina que da un toque distinto a todos los temas de la banda, es más, ellos lo saben y en otras ocasiones cuenta con Cheché Alvarez para sumar, algunas veces están las dos y otras veces una u otra. A la batería el pariente de Pepe Bao, su hermano Anye Bao, y por último un teclista que no identificamos, eso sí, lleva con ellos unos cuantos años, al menos le vimos en el 2014 en Llodio.
Empezaron como tienen que empezar, con “Riñones al Jerez”, mostrando todas sus cartas desde el primero de los temas, dándolo todo para dejar sin aliento al respetable, continuando con “Ofunkillo Groove”, que se note que el grupo que está tocando son ellos y no otros, pero para eso no hace falta tocar un tema con su nombre, se les reconoce rápidamente con esos ritmos que se gastan.
“Ajierro” y “Dinero en los Bolsillos” fueron los siguientes temas, para hacer una pequeña pausa mientras Pepe nos deleitaba con esos slaps generados por una baqueta, todo un clásico, lanzando notas sin parar, quizás escuchamos “En la Plaza de mi pueblo”, tema reivindicativo andaluz, pero no estamos seguros, lo que está claro es que Pepe es el puto amo.
Con “Essos Cuenno”, Andreas se encontraba como en casa, sus manos hacían ese gesto constantemente, es un signo de identidad de la banda, un Sr. Lutz comunicativo y guasón, gesticulando sin parar y realizando algún que otro saltito, incluso se atrevió con el cante jondo al final de “Pachamama”, no sin antes dar salida a “Mary Jane” que nos habla de esa magnífica planta como es la Marihuana.
Ofunkillo
Continuaron con “A Chuparla Ya” y “Nos Vamos pal Kely”, dos temas imprescindibles en sus conciertos, y eso el público lo sabe, luego una pequeña jam session donde el teclista marcaba el ritmo, y como no, Pepe dándolo todo mientras el bueno de Javi Marssiano se desconectaba y cogía el jack de su cable y se lo ponía en la cabeza mientras hacía gestos electrificantes.
Llegó el momento de escuchar “El Campito”, una canción que puso a Ofunkillo en las principales radios del país, fue un empujón importante que puso en el mapa a esta maravillosa banda allá por el 2000. Y tras una parte instrumental, siguieron con la “Fiesta Siesta” hasta llegar a la primera versión de la noche y que llevan tocando en directo unos años, “Killing in The Name” de los gloriosos Rage Against The Machine, dando pie a la presentación de la banda.
Curioso es lo de Javi Marssiano y su púa, la utiliza a ratos y está constantemente cogiéndola, guardándola o pegándosela a la frente si es que no tiene la gorra puesta, es un guitarrista polifacético y lleva muchos años en esto y se nota, sabe hacer de toó como diría Albertucho.
Llegó el momento de descansar y afrontar la recta final, primero se puso en el micro principal Txako para gritar en alto que NO ES NO y dedicar el siguiente tema a todas las mujeres del lugar, hablamos de la versión del “Kiss” de Prince en su faceta más funky, cuya parte final fue interpretada por Andreas.
Y el punto final con “Rulando” y de nuevo “Riñones al Jerez”, pero tampoco nos hagáis mucho caso, no cuadra que empiecen y terminen con el mismo tema pero es lo que apuntamos en nuestras plenas facultades, pero a lo mejor nos hemos equivocado ya que no llevaban set list y no teníamos ninguna guía de referencia.
En definitiva, Ofunkillo es un grupo distinto, en nuestro país tampoco hay muchas más bandas similares, quizás Funkiwis. Hacen algo fuera de lo habitual y por eso son necesarios.