En plena vorágine festivalera y de conciertos de grandes bandas a precios prohibitivos, siempre es de agradecer que los ayuntamientos sigan apostando por acercar el rock a sus fiestas patronales y, además, de manera gratuita para los asistentes, de forma que esta música llegue al mayor número de gente posible.
Por ello, en cuanto me enteré del concierto que iban a dar Medina Azahara en las fiestas de Revilla de Camargo, una de las más populosas que tienen lugar en Cantabria, no dudé ni un momento que ese iba a ser mi plan para ese día, agradeciendo, además, que fuese al aire libre, ya que, pese al riesgo que conlleva la inestable climatología cántabra, el bochorno que está siendo presente en el verano cántabro no ánima mucho a meterse en sitios cerrados.
Y para allá nos fuimos para ver, como casi siempre que vienen por nuestra tierra, a los cordobeses, con las únicas dudas de si acertaríamos con la ubicación del evento, ya que nunca habíamos estado en estas fiestas, y lo que nos costaría aparcar, conseguido con prontitud, en una noche en la que, afortunadamente, el agua no hizo acto de presencia durante el concierto.
Y digo que eran las únicas dudas porque pocas bandas son tan seguras en directo como Medina Azahara, una banda con la que las únicas incógnitas que puedes tener son del repertorio, porque por lo demás, su poder de convocatoria está garantizado, con presencia de gente de todas las edades y gustos, y la calidad y eficiencia de sus músicos esta fuera de toda duda, dejándonos siempre noches inolvidables.
Y con la puntualidad que estos actos suelen tener, comenzó la actuación de los cordobeses, subiéndose el telón y viendo a una joven haciendo la danza de los velos, mientras sonaba la introducción que desembocaría en “Ven junto a mí”, la canción que abre su actual disco “Paraíso prohibido”, de hace dos años, aun con la bailarina presente y en la que pudimos notar, al menos desde nuestra posición, que el sonido general de la banda era más bien bajo, lo que no impidió que disfrutásemos de un gran concierto.
Tras saludarnos, llegó el momento de recordar su disco “Donde está la luz”, que cumple este año 25 años, con ese clásico “Palabras de libertad”, que motivó aun más a un público que, como es normal en este tipo de conciertos, combinaba curiosos y seguidores entregados de la banda, antes de recordar su fantástico anterior trabajo, “Las puertas del cielo”, con ese temazo llamado “Aprendimos a vivir”, que tanto nos gusta.
Uno de los discos que mas me gustan de la banda es “Tánger”, de hace 20 años, y que contenía piezas como ese “Sólo un camino”, donde pudimos ver un magnifico duelo entre Paco Ventura a la guitarra y Manuel Ibáñez a los teclados, dos auténticos titanes y de los mejores músicos que tenemos en el rock estatal.
Medina Azahara
Tras volver a saludarnos y preguntarnos qué tal los estábamos pasando, nos llevaron a su cuarto disco, “Caravana española”, de 1986, que contenía piezas que siguen estando entre las preferidas de sus seguidores, como ese “Que difícil es soñar”, para avanzar unos pocos años hasta 1989 con ese “En Al-Hakim”, primer disco en que aparecía Paco Ventura y que tan importante fue para el devenir de la banda, con ese “Velocidad”, un fijo en sus conciertos y donde Manuel Martínez aprovechó para interactuar con la gente, que estaba disfrutando con la banda.
Otro gran tema, y desgraciadamente aun de actualidad, es ese “Tierra de libertad”, publicado en el 2001 y que habla sobre el drama de la inmigración y que, como nos confesaron, esperemos que algún día los gobernantes se den cuenta de este drama.
Medina Azahara nunca han renegado de las bandas que les han influido sino todo lo contario, han buscado homenajearles siempre que han podido, y entre esas influencias están los padres del denominado rock andaluz, osea Triana, de los que interpretaron la maravillosa “En el lago”, muy bien recibida, y la no menos aclamada “Abre la puerta”, ambas presentes en el disco debut del desparecido trío sevillano.
Pero si hay una canción que me pone la piel de gallina de la amplia y variada discografía de los cordobeses es precisamente la canción que dedican a su ciudad, “Córdoba”, una autentica joya del rock estatal, presente en el excepcional “Aixa” del 2003 y que les valió un amplio y generalizado reconocimiento y en este concierto, el que algunas chicas les lanzasen sujetadores y ramos de flores, algo que realmente me llamó la atención; sin duda esta canción es de lo mejor que se ha hecho en este país en el mundo del rock.
Otra de las bandas que han influido a los cordobeses son Los Módulos de los que recordaron “No quiero pensar en ese amor”, que estaba presente en su disco “Donde está la luz”, donde también estaba ese “La tierra perdida (O.U.A.)”, en la que Manuel Martínez saludó a la gente que había venido a verlos, fuesen de donde fuesen, y donde interactuó con el público, haciendo cantar primero a las chicas y luego a los chicos, mientras tanto Paco Ventura, como el resto de los músicos seguían dejádnoslos con la boca abierta.
Medina Azahara
Llegó el momento de recordar otro de sus grandes discos, el “Árabe de 1995, primero con ese “Hay un lugar”, tan pegadizo y que funciona tan bien en directo, y después con esa versión del “Al Padre Santo de Roma” de Camarón, que también aparecía en dicho disco y en la que nos pidieron cantar con ellos, algo que posteriormente nos agradecieron.
Y llegó el momento esperado por muchos y es el de que nos interpretasen su canción más popular como es “Necesito respirar”, presente en su superventas “Sin tiempo”, de 1992, y que hizo que un montón de móviles aflorasen para grabar ese momento, con el que se despidieron momentáneamente.
Tras un brevísimo parón, regresó solamente Paco Ventura para iniciar un sólo de guitarra que, ya con el resto de músicos jaleándole, dio inicio a esa maravilla llamada “Paseando por la mezquita” de su primer disco, que el próximo año cumplirá la friolera de 40 años que sigue siendo un temazo a día de hoy y de los que nunca pueden faltar en su repertorio.
Y algo parecido pasa con “Todo tiene su fin”, esa canción que, aunque sea de Los Módulos, es muy conocida por su versión que popularizaron en 1992, llevando a la banda a lo más alto, y contando para esta noche con la colaboración de una chica llamada Nuria Canales que cantó la canción junto a Manuel Martínez y a la que se la vio visiblemente emocionada.
Aunque no hemos hablado de ellos, la calidad de la sección rítmica es más que evidente y la inclusión de Nacho Santiago a la batería y del piropeado Juanjo Corbacho al bajo, ha dado mucha frescura a la banda, como pudimos apreciar en “A toda esa gente”, donde el bajista, como casi toda la noche, no paró de moverse de un lado a otro del escenario.
Y tras esta canción, llego el momento en que Manuel Martínez va presentando a la banda, mientras tocan el inicio del “Smoke on the Water”, primero a Corbacho, que interpreta un trozo del “Enter Sandman”, luego a Nacho, que toca un fragmento del “Black Night”, luego al gran Manuel Ibáñez, que nos toca el inicio del “Jump” y finalmente al magistral “Paco Ventura”, que nos deleito con el inicio del “Highway to Hell”, antes de que el propio Paco Ventura presente a Manuel Martínez, vocalista y líder de la banda, que lleva 4 décadas pretendiendo unir a la gente a diferencia de los políticos y que interpretó un trozo de “El pozo de mi sed” de la propia banda, dando así por concluidas sus casi dos horas de actuación, deseándonos que fuéramos muy felices, que tuviéramos muchos amor, muchas paz y mucha mucha libertad.
Salvando la mencionada falta de potencia que apreciamos desde nuestra posición, igual en otras partes se oía más, el concierto fue, una vez más, un gran concierto de los Medina Azahara, dotando al concierto de un buen repaso a su trayectoria, desde sus inicios hasta su actualidad, y sin perder esa referencias a sus influencias que tanto gustan interpretar por una formación que es, sin duda alguna, la mejor que ha tenido la bandas, porque son todos unos magníficos músicos y Manuel sabe perfectamente como dosificar su voz para dar grandísimos conciertos.
Los cordobeses volvieron a demostrar, una vez más, que están en un envidiable estado de forma y que tienen un gran poder de convocatoria, y nosotros volveremos a verlos siempre que nos visiten, porque sabemos que lo vamos a pasar muy bien.