Lo bueno de la música es que sana, es que cura. Lo bueno de la música es vivirla, descubrirla. Y con bandas como The Cat Empire es mucho más sencillo. Ya habían tenido su primer asalto en Barcelona, pero justo en medio, los australianos tenían pendiente pasar por Madrid. Dos fechas en La Riviera y una de ellas, con el cartel de “entradas agotadas”. Con un directo brutal, la banda encandiló de principio a fin a todo el público. Pero no estuvieron solos: los también australianos The Meltdown fueron los encargados de abrir estos dos conciertos en la capital.
Puntuales, The Meltdown arrasaron en el escenario de La Riviera, para presentar los temas de su último trabajo homónimo. Un concierto impecable que duró cerca de una hora, dando paso de esta manera a los gran The Cat Empire. |
Con “Ready Now”, los lobos (“Wolves”) dieron el pistoletazo de salida. Comenzó el gran festival de la música, los bailes y los guiños en español, con temas como “Sol y Sombra”. Cómo explicar (“How To Explain”) lo que la banda australiana estaba generando. Así es como fueron llegando, una a una, canciones como “Stolen Diamonds”, “Like A Drum”, “Call Me Home”, “Daggers Drawn”, “Kila”, “Two Shoes” o “Pocket”. Absolutamente nadie (“Anybody”) sobrevivió a aquel concierto. Absolutamente todos se entregaron. Y Felix Riebl, vocalista de The Cat Empire, supo responder. Con su sonrisa infinita, no dejaba de saludar a los fans que, en primera fila, deseaban poder tocarle.
Nuevos guiños a nuestro idioma con “Qué será ahora”, justo en el momento en el que robamos las luces (“Steal The Light”). Momento álgido, momento cumbre con “All Night Loud”. Momento en el que fuimos capaces de mantenernos vivos. La gran despedida se acercaba, pero el público se negaba. El público quería más. Coreando el estribillo del último tema, consiguieron que The Cat Empire regresaran al escenario, para regalar las tres últimas canciones. No sin antes volver a cantar “Still Young”. Con “Bulls”, “Brighter Than Gold” y “Chariot”, sí que ponían punto y final a su concierto. El primero de los dos que ofrecerían en Madrid.
Fue, sin duda, uno de los mejores conciertos que vivimos. Por esa energía, por ese positivismo y por ese espectáculo. Esta es, precisamente, la magia de la música. |