Este último sábado del año me había propuesto hacer doblete de conciertos, así que, nada más acabar el que había tenido lugar en el Groez, me dirigí a la Sala Petaca, donde, gracias al retraso en comenzar, llegué a tiempo para ver entera la actuación de A Duras Penas

Esta banda torrelaveguense ha dado mucho que hablar durante este 2018, habiéndose convertido, en mi personal ranking, en la banda revelación del año, con un grado de convocatoria enorme desde la primera vez que les vi, y que no ha hecho más que aumentar, habiendo llevado a cabo un montón de conciertos, ya sea en formato trío o, como los vimos esta noche, en formato sexteto.

Con una sala totalmente llena, y, ojo no es una sala pequeña, repleta de gente de muy variadas edades y gustos, se presentaron lo de Katanga, para despedirse del año, comenzando con “Perro malo”, un tema muy intenso y que fue seguido por “Destrozar”, la primera canción que sonó de su único disco hasta la fecha “Reproches”.

Con una excelente acogida por parte de los presentes, que no paraban de cantar, aplaudir y bailar con su música, siguieron la actuación con “Mari Fe”, la canción que me enganchó a la banda la primera vez que les vi y que también está presente en su disco, para continuar con esa balada, también editada, llamada “Reloj de arena” y que relajó un poco el ambiente, aunque sin que dejásemos de cantar su pegadizo estribillo.

Tras tomar aire brevemente, siguieron “Contra las cuerdas”, dedicada a Sergio García, torrelaveguense y campeón de Europa de boxeo hace pocos meses, con una sensacional percusión y batería, para continuar con un tema que aun no ha sido editado, aunque ya lo llevan tocando en directo hace tiempo, llamado “El paso de la lluvia”.

Nos mostraron más temas no publicados aun, primero con “Predicando Matajare”, que dedicaron a un amigo que había sido un referente para ellos, para seguir, con la gente muy entregada, con la movida “Ruido”, que no hizo sino hacer que la fiesta aumentará.

Entre el calor de la gente y que lo estaban dando todo sobre el escenario, como es habitual en ellos, es normal que se quejasen del calor, prosiguiendo con la canción que se llamaba como el grupo, “A duras penas”, muy ovacionada y cantada, y que fue seguida por canticos de 39300, código postal de Torrelavega, y un trozo del himno oficioso de la Gimnástica, antes de continuar con otro tema aun no editado, llamado “El niño palillo”, con un final muy acelerado y que es un temazo en toda regla, demostrando lo sincronizado que lo tienen todo.

Llegaba el momento de las felicitaciones, siendo esta vez Laura la homenajeada, antes de seguir con “A pachas desiguales”, otra de los no publicada, y que es un tema que me gustó, como lo lleva haciendo desde que la escuché “Tele-retrete”, presente en su disco y que dedicaron a Balbás, que les estaba echando una mano con el sonido y que también ha sido parte de la banda como bajista.

Empezaron a despedirse con “Me esperará”, que Toño, su cantante, dedicó a su pareja, haciendo gritar a la gente de Katanga (el popular Barrio Covadonga) demostrando que estaban presentes, para seguir con la entrañable “Filosofía del mozín”, que fue cantada por toda la sala, llevándonos una nueva exhibición por parte de toda la banda, con especial lucimiento de las percusiones, tan importantes en esta formación.

Nos recordaron que para el año que viene ya tienen algunas fechas concretadas, como el Alabordaje Fest, para seguir con el tema que da nombre a su único disco, “Reproches”, en el que cambiaron la posición de los micrófonos para que fuese el público el que cantase, despidiéndose de todos nosotros con ese temazo que es “Pretérito imperfecto”, una pieza que habla de salir un dia por esta ciudad y que dijeron que lo mejor que nos podían desear para el nuevo año es acabarlo, siendo una canción que provocó el éxtasis entre los presentes y con la que, en principio, terminaban su actuación.

Pero la realidad es que allí nadie se quería marchar aun, y decidieron volver a tocar “Perro malo”, un tema que, nos dijeron, fue el primero que hicieron y para el que Toño se despojó de su guitarra para estar más cómodo y con la que finiquitaron, ahora sí, su actuación tras casi hora y media de concierto.

Sin duda alguna, A Duras Penas son la banda cántabra, de las que he visto, con más proyección, con bastante diferencia, al menos para mí, y es que el crecimiento de esta banda en tan relativamente poco tiempo y con un solo disco, nos hace soñar con lo alto que pueden llegar con su segundo trabajo, que, esperemos, salga en este 2019.

Reitero lo que dije la primera vez que les vi, si una banda que no es de tu estilo y la ves en un festival, te acaba llamando mucho la atención, y luego vas a verla en más ocasiones en directo y no como grupo telonero, es porque tienen un directo muy bueno y estos chicos lo tienen, amén de grandes canciones.

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Y así puse punto final a 2018 en lo que se refiere a conciertos, en la Sala Petaca, que de nuevo está proyectando música en directo, algo que siempre es necesario en cualquier ciudad y más en Torrelavega; ahora a esperar que este 2019 la gente siga apostando por asistir a eventos musicales y, si es posible, más que este año.