Puede que todo el mundo piense que al nu-metal ya no le queda mucho más por ofrecer y por lo tanto no goce de esa inmensa popularidad que tuvo en el pasado. Lo cierto es que muchos de las bandas que lo practicaban ya no existen y las que siguen tratan de huir de esa moda ya consumida y evolucionar hacia otros terrenos musicales más experimentales como el metalcore o sonidos más alternativos. Pero siempre hay alguna formación emergente dispuesta y totalmente ilusionada de imprimir un nuevo rumbo y algo más acorde a lo que sembraron formaciones como Limp Bizkit, Korn o Deftones.
 
El primer trabajo de los Gasteiztarras Nukore rockea con la misma fuerza y seguridad que si hubiese aparecido en 1999, y esta convicción es la que hace la escucha de "The Sun Will Rise" placentera. Además han sabido ir al grano 12 temas en 43 minutos en los que se puede entrever sus tremendas cualidades musicales, una perfecta combinación de alternancias de rapeo rápido y un sonido claro con apropiados arreglos de metal, guitarras muy ruidosas que liberan riffs saltarines y mucha energía. El disco suena de cojones, pero todos sabemos que no sólo se trata de una producción perfecta o de tener más mala hostia que nadie, lo principal son buenas ideas aplicadas a unas composiciones que puedan sobresalir en una escena con competencia muy dura y creo que sinceramente que en eso van bien orientados.
 
De hecho, constituye una malla musical abierta a la reminiscencia pero sin caer en el tópico fácil copia excesiva de alguna cosa, temas como el que da título al trabajo (The Sun Will Rise), "Party", "Worship" o "Music" mezclan guitarreos agresivos con partes más hip hoperas, si se me permite la expresión, voces limpias, rapeando muy al estilo que lo hacía en sus mejores tiempos Fred Durst (Limp Bizkit), pero contrapuestas a otros que nos traen a la memoria a Rage Against The Machine, Dog Eat Dog, (Hed) p.e, Sugar Ray, reivindicando aquello que en el nu-metal, la parte importante es el metal, que no hay que andarse por las ramas, todo lo contrario debe ser una espiral que no de lugar al descanso ni un segundo. Una locura sonora que seguro triunfará entre los fans de metal que estén un poco hartos de la orientación suave de gente como Linkin Park, porque amigos, aquí hay mucho rapcore, pero las guitarras revientan cerebros y las voces (aún siendo en ocasiones muy melódicas) no son precisamente un grito distorsionado.
 
Sin bien cortes como "Zurich" y "Differences" dan a este primer disco los elementos necesarios para encontrar esa pequeña variedad que no nos haga caer en el aburrimiento, desde luego nadie verá una luz grande pero estamos ante el inicio de una banda con todo un arsenal de hechizos y facultades para aspirar a grandes cosas y que desde luego merece que les sigas la pista bien de cerca. De seguir así, les será pan comido infiltrarse en el panorama musical con sus propias armas y más si siguen experimentando hasta descubrir que sonido se adapta mejor a ellos.
 
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