Los cordobeses Estirpe son un seguro de vida, una de esas bandas que nunca fallan y ofrecen obras de calidad sean cuales sean las condiciones. Tanto da que les dé por hacer discos más accesibles o que experimenten hasta llegar a límites insospechados, el resultado sigue siendo el mismo: excepcional.
En su nuevo disco "Neurasia" siguen sin decantarse por una simplificación de sus postulados para la búsqueda del formato de canción más convencional, aproximándose, a toda pastilla, a un campo abonado para la indeterminación, lejos de refritos musicales, confiando en su propia forma de expresión y dando rienda suelta a su espontaneidad. Una reinvención de si mismo que le va acercando cada vez más a un culto del que les va a costar soltarse. Lejos de seguir el habitual patrón básico del género (Rock), "Neurasia" es otro claro ejemplo de su constatada evolución y buen gusto por la lírica incendiaria, reivindicativa e inconformista, catorce temas más directos y explícitos que se compenetran perfectamente y a la vez obsequian una variedad que hará que no paréis de escucharlo, dejando una sensación en el oyente de haber sido arrollado por el espantomóvil de la serie de dibujos animados "Los Autos Locos", poderosos bríos rítmicos, improvisadas atmósferas instrumentales y mucho mestizaje con las que tratan de acercarse, consciente o inconscientemente, a un público más amplio.
Ya desde la introducción, el disco transmite buenas vibraciones, acentuadas eficazmente por los primeros compases de "En Tus Ojos", palpándose esas sensaciones tan universales e infinitas que florecen de un amor verdadero y eterno, sin más ataduras que la propia creatividad, llevándonos posteriormente la voz de Mart inexorablemente hacia una sobreexcitación mordaz en el recuerdo de un tiempo pasado y perdido en "Como Ayer", de similar efecto que la predominancia rítmica de "Magnético" un funk rock que se te queda grabado en la cabeza a la primera con una gran estrofa, un mejor estribillo y un riff en el puente demoledor.
Unas maneras de hacer refinadas, dando los frutos deseados ese aire de experimentación que revolotea a lo largo de todo el disco, No obstante, es en los arreglos y su sincretismo de ritmos y géneros donde radica ese algo que los hace especiales, la alteración de sonidos procedentes del Caribe y de estilos tan dispares como el jazz, el funk y la percusión alterada, combinados bajo interludios instrumentales de alto calado sobresaliendo el magnetismo de Pepe Bao al bajo, en auténticas exquisiteces sonoras como "En Silencio" , "Infinito" o "Dejame" contando esporádicamente con la ayuda del afamado multi instrumentista Adrian Terrazas González (The Mars Volta) a los instrumentos de viento.
Una obra unitaria en la que cada tema adquiere auténtico sentido si es interpretado como pieza de un complejo mecanismo de precisión que requiere de una escucha atenta, de principio a fin. Una mayor versatilidad sonora y riqueza en su variedad tímbrica para conmocionar al oyente y producirle un efecto anestesiante, cargándolo de energías positivas y así no pierda la fe en el futuro de la humanidad. Unas rupturas rítmicas y cambios armónicos constantes que saben conformar un suculento menú de mestizaje musical, complejo pero totalmente accesible, en el que encontrar abundante y nutritiva sustancia. Éste ha de ser su año y con un álbum tan exuberante como "Neurasia" va ser difícil que nadie se lo estropee.
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