COLABORACIONES
 Reseña
 
Pendejo "Atacames!"
  14/08/2014     
  Mikel García
 
A la hora de realizar una crítica de un grupo poco conocido, uno siempre tiende a tratar de encontrar elementos comunes de otras bandas para darle al lector un correcto acercamiento de su propuesta. Lo bueno, en este caso con los holandeses Pendejo es que por más que se busquen comparaciones, cuesta hallar alguno que se asemeje a ellos. No obstante, su música subyace del fuerte vínculo existente entre el rock psicodélico de finales de los sesenta y principios de los setenta, el heavy metal tradicional y el doom metal. Un stoner rock de alto voltaje, impregnado de cadencias pesadas a lo Black Sabbath, sonidos procedentes de instrumentos de viento de metal, trompeta y ritmos hipnóticos que logran introducir al oyente en aquellas sensaciones que sólo en su apogeo fueron capaces de erigir bandas como Kyuss, Nebula o Fu Manchu. Un conglomerado de dificil definición que se sustenta en el ecleticismo como tendencia natural, no quedando más remedio que rendirse a sus pies e introducirse en su extraño universo.
 
Estamos ante un disco más crudo e inmediato que su debut "Cantos A La Vida", con más pulsaciones por minuto, trabajado desde otra perspectiva, buscando otros pequellos detalles que enriquezcan el resultado final, pero sin caer en una experimentación pesada y dificil de diregir. La falta de madurez que tantas veces se reprocha a este tipo de grupos aquí ha entrado por la puerta grande. Los temas se suceden a cual mejor, bajo la gravedad que se merecen, hiriendo constantemente el tímpano del oyente y predominando, por encima de todo ello, una forma de interpretar más sentida, la cual esquive el profundo agujero de la mediocridad como tantas bandas similares han topado. "Atacames" es un álbum que retrocede aún más en el tiempo, hasta las puras raíces del rock desértico, haciéndote arquear las cejas por la profundidad arenosa que transmiten sus desarrrollos y estructuras musicales fruto de la sabiduría musical de aquéllos que han pasado mucho tiempo juntos. Letras ceñidas de cinismo, baterías espamódicas, guitarras atonales y acordes sobredistorsionados. Mención especial para la voz nasal y chirriante del Pastuso, un tipo capaz de agotar la paciencia a un maestro zen sedado hasta la cejas, tanto en plan melodramático ("El Jardinero", "Amiyano") como puramente agresivo ("El Verano del 96" , "Uñero","Amor y Pereza")
 
Asimismo, cabría resaltar su sobriedad y tendencia a intercalar duros riffs de polvo desértico con pasajes lisérgicos y frecuencias densas de menos vibración. Frente al sonido sincopado, bilioso y cabezón de algunos de sus cortes, no hay lugar a dudas que diez años atrás habrían encajado perfectamente en un cartel formado por Helmet, Karma To Burn y Orange Globin. A nivel de letras, siguen el camino abierto en su anterior trabajo, textos de pura y sencilla diversión, extravagancia entendida como seña de identidad, en unos casos más acertados que otros, algunos algo más serios, "Camarón" que nace de unas sabias palabras del rey de los Países Bajos, Guillermo Alejandro en una cumbre en México "Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente" y otro buen puñado de textos burlones como "Dos", el apetito de querer siempre más o "La Chica Del Super No Se Puede Callar", una insinuación suspicaz sobre su predilección por las mujeres con curvas, con una caida vocal en el estribillo que no debería pasar desapercibida.
 
Áridos como el desierto de Atacama, invitando a pensar que la música va más allá de estilos y normas, que se encuentra más cerca de lo que creemos el vanguardismo de insignia stoner, al destaparse con un potencial y originalidad suficiente para su valoración. ¡Y que dure! Si a la tercera va la vencida, la que nos espera con su siguiente disco...

pendejoband.bandcamp.com
 
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