A todos nos atrae lo bello, quedarnos maravillados ante la hermosura de una flor, la belleza de un paisaje y el talento de un artista que ha puesto todo el alma en su creación artÃstica. No obstante, lo bello la mayorÃa de las veces dura poco, es efÃmero, deja de serlo en algún momento. Ser consciente de su carácter perecedero incita a vivir la intensidad. El segundo trabajo de larga duración, de los madrileños Khael se centra en la fugacidad del tiempo, de que nunca tenemos en consideración lo corto que puede durar nuestra existencia, ya que en muchas ocasiones ponemos en peligro nuestras vidas, sin parar a pensarlo un segundo y como vamos reemplazando casi todo lo que nos rodea, al considerar que ha terminado su tiempo junto a nosotros o porque ya no nos aporta nada. Un viaje al interior de la existencia humana, a fin de que seamos conscientes de lo frágil que es la vida y asà la disfrutemos al máximo dado que nunca se volverá a repetir
En cualquier caso, un excelente disco del que sus creadores pueden quedar satisfechos, aunque posiblemente no lo tendrán nada fácil para extender una propuesta distinta y nada complaciente que exige algo de esfuerzo por parte del que se atreva con ella.
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