¡Aires de cambio!
 
Hay momentos en los que el tiempo parece desvanecerse, discurriendo espeso como el aceite pero que acaban esfumándose desapercibidos cuando se olvida el objeto del deseo. Nada es absoluto, la vida es un desfile continuo de cambios que debemos afrontar proactivamente. Los cinco años transcurridos desde la publicación de "Grabado en los Huesos", la sorprendente marcha de Álvaro Matesanz a Impulso y el subsiguiente reemplazo de las vacantes, a cargo de Luis Manzano y Saúl Alvarez a las guitarras y Emilio Cendrero a la batería, parecen hoy, una vez escuchado "No Te Detengas", como el simple lapso que media entre el pestañeo y la apertura del ojo.
 
Dicen que en la variedad está el gusto y Encrudo se han adueñado de esa fórmula para dar vida a un EP en el que puedes encontrar desde el clásico rock´n ´roll de los setenta "No Te Detengas" hasta los sabores rockabilly, surf revival a lo Pulp Fiction, en "Ruleta Rusa", pasando por auténticas exquisiteces melódicas "El Único Trofeo" y magníficas piezas de ambientación clásica, guitarras acústicas entremezcladas con efectivos lap-steel "Maleficio", en perfecta simbiosis con la aterciopelada voz de Jorge Ruiz, transportándote directamente a cualquier antro de la América profunda.
 
Una continuación lógica, un paso adelante en su carrera, en el que no han perdido ni un ápice de sus anteriores virtudes, las estructuras sobre las que se cimientan sus nuevas composiciones son más complejas y están mucho más trabajadas, arreglos provenientes de los primeros subgéneros del rock and roll que hacen que todo el conjunto gane unos cuantos enteros en credibilidad. Cada canción tiene algún anzuelo con el que pescarte, sea por las bases, los arreglos o por las propias melodías, progresando cada una de ellas en zigzag, mientras los ritmos se entrecruzan entre sí, logrando la difícil proeza, a muy pocos reservada, de acceder a nuestro subconsciente y liberar nuestra carga secreta de miedos y fobias. Todo ello, sin perder el sentido de la inmediatez o que el resultado final se resiente por exceso de ambivalencia sonora, demostrando que los matices pueden decantar un conjunto hacia una sugerente personalidad propia.
 
Sin ser la gran revelación del género, si que han dejado ser aquel grupo totalmente previsible que fueron en sus inicios. La originalidad a veces consiste simplemente en reinventar todo aquello que has mamado de joven. ¡Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán!

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