No hay nada mas evocador que un aroma, un dulce olor que nos haga rememorar un recuerdo grato o un importante momento de nuestras vidas, la hierba recién cortada, la fragancia del algodón de azúcar o las palomitas, la esencia embriagadora de los granos de café, el olor de las castañas asadas.... Del mismo modo, se podrían catalogar a aquellas propuestas musicales que reviven la intensidad, frescura y energía del Rock`n`Roll clásico de raíces americanas, embarcando al oyente en una ensoñadora atmósfera retro, causándole sensaciones de placer instantáneo e indescriptible.
Hay discos de rock que por alguna razón te dan buen rollo en un principio, pero luego, una vez los diseccionas por completo, te acaban dejando un poco frío. No es el caso del primer disco de estudio, de los donostiarras Rolling Dice que como el jengibre suministra unas esencias únicas y dispares que logran generar un recuerdo imperecedero, una reivindicación canción a canción de la música pura, de la música como expresión artística. Rock and roll atemporal, mediante diferentes dinámicas y tempos, incidiendo con músculo no exento de nervio, temple, destreza, tino, buen tono y trazo final, en la obtención de ese cosquilleo (Sensación positiva). Pese a tener un constante sonido conductor, cada tema tiene su correspondiente corte musical, consiguiendo el objetivo de canalizar todos tus sentidos en su música. En las primeras millas navegamos sobre un rítmico y sólido himno percusivo que provoca calambres gozosos en los pies, "The Best Times", un compás doblado setentero que lleva inexorablemente hacia una sobreexcitación mordaz. Unas buenas vibraciones que se ven acentuadas eficazmente por los primeros compases de "Drama Queen", que cuenta con una adecuada armonización y unas curvas melódicas de gran belleza. Las líneas rítmicas vuelven a adquirir un cariz exponencialmente ascendente en "Rolling Dice" y "Fucked To The Bone", potenciadas a cargo de unos matices vocales inasequibles, con una profundidad, intensidad y emoción, en sintonía con unos exultantes contrapuntos instrumentales y ricos desarrollos .
La estupenda producción a cargo de Iñigo Campos en los estudios Lezoti (Oiartzun) contribuye a que las melodías vocales de Karmen reluzcan como se merecen. Un ejemplo de ello lo encontramos en "The Psycho", una revisión estilística de las raíces del rock `n` roll, una combinación de elementos de distintos géneros musicales, con una garra especial, un timbre de voz que evoca las grandes voces femeninas del pasado, a cada golpe de cuerdas, sabiendo dibujar, sin errores, su propio mapa de ruta. Un disco de inconfundible sabor americano, enfocado más a las composiciones que al lucimiento personal, pero lo suficiente variado como para reclamar una atenta escucha. Algunas de ellas perfectas para levantarse un soleado sábado por la mañana y cantarlas a pulmón abierto, pensando que al fin y al cabo esto de la vida no está tan mal.