Con una visión que les aleja del prototipo indie rock pese a formar parte de sus engranajes, Delaire demuestran que son una banda capaz de mirar mucho más allá. Formalizar canciones de un gancho rockero alternativo encomiable, además de un regusto power-pop bailable, aderezo post-grunge y algún que otro deje post-rock, ha dado como resultado el esplendoroso "Al Final De Lo Normal". Un disco magnífico, dinámico y radiante, marcado por poderosos influjos, bajo la notable influencia de los Foo Fighters, las enseñanzas de los fundamentales Dinosaur JR y sensibilidades cercanas al pop y shoegaze noventero, sin dar ninguna concesión a la comercialidad descarada. El resultado es un cancionero que sienta bien en pleno cambio de estación, porque potencia esas alegrías que llegan con los primeros calores de la primera al tiempo que reserva un espacio para la introspección propia de esos días encapotados y lluviosos.
Una mezcla de influencias que dan forma a un disco entretenido que por lo dispar despista, pero que deja bien claras las fuentes de las que ha bebido. El vuelo empieza con "Igual", toda una declaración de intenciones, un tema penetrante que tiene su punto fuerte en sus pegadizos ritmos propios del post- rock hipnótico bailable. Un entendimiento musical no exclusivamente en los instrumentos y la voz, también en los textos, conteniendo un mensaje lúcido que empasta perfectamente con la libertad creativa de la obra. Y si posteriormente aquellas de cariz alternativo y aroma americano como "Despierta" o "Imán" aceleran un poco el ritmo, la tónica general predominante son melodías de tesituras más ligeras, impregnadas en un pop rock fibroso, "De Nada", "La Tormenta", "Ángeles", no exento de interludios guitarreros de alto calibre técnico ni una personalidad tan propia, mediante el uso de diferentes matices rítmicos, siendo prácticamente imposible no saberla captar.
Un trabajo de una amplitud asombrosa, adquiriendo maneras lo suficiente suyas para alejarse de la clonación habitual contemporánea. Aunque cierto es que ello no impide la presencia de ciertos tics genéricos pero sus intenciones tan sanas y honestas por buscar su propio camino les encaminan hacia muy arriba. Lo que diferencia a la las bandas de primer orden de las de segundo son las buenas canciones. Delaire puede sentirse orgullosos de haberlo logrado.