Fotografías, ilustraciones y 121 poemas inéditos dan forma a este "El carretero cosaco", la nueva obra literaria de Kutxi Romero Lorente, bandolero y vocalista de Marea.
 
El trabajo arranca con agradecimientos para Enrique Cabezón García, la persona que en palabras de Kutxi "Avivó un fuego casi extinto". Fue con Ediciones del 4 de Agosto, la editorial de la que forma parte Enrique Cabezón, con la que vieron la luz los escritos del artista navarro que animaron al de Berriozar a coger de nuevo lápiz y papel. En 2012 se publicó "Bruce Willis es zurdo", un pequeño cuaderno en el que venían incluidos alguno escritos que hoy reaparecen en "El carretero cosaco".
 
En las 267 páginas de las que se compone este poemario editado por Desacorde Ediciones, nos encontramos con grandes reflexiones, Kutxi es más de deliberaciones que de poesía, situaciones cotidianas, pensamientos de un ser humano. El escritor tira de humor en varios de sus versos y la fotografía, una de sus aficiones, y la amada libertad son algunos de los temas tratados en la obra.
 
"El carretero cosaco" se convierte en el cuarto poemario de Kutxi y contiene pasajes como estos:
 
Patata
 
La cámara fotográfica
es un arma
de repartir
felicidad;
la mayoría de las personas
que conozco
tan sólo sonríe
cuando una de ellas
les mira
a los ojos y les
dispara.
 
´ Orquitis
 
Abandoné
el mundo laboral
por el mismo motivo
por el cual
dejé
de jugar
al baloncesto:
los cojones
no me entraban
por el aro.
 
La publicación (8 de julio de 2015) de este "El carretero cosaco", coincidió con el día del cumpleaños del escritor. Kutxi quería hacerse un regalo a sí mismo y para completar dicho presente contactó con autores de la talla de Miguel Sánchez-Ostiz, Josu Arteaga o Patxi Irurzun, quienes con mucho gusto rematan el trabajo.
 
Kutxi escribe claro, sin desmedidos adjetivos y directo, su obra "El carretero cosaco" no estará entre los ejemplares más vendidos, pero si entre los más sinceros y cercanos.
 
Se te va a quedar cara de tonto
 
Toda la vida pensando
que era un guarro
y ahora resulta
que soy
un hipster.
Mi look facial,
o lo que es lo mismo,
esta barba de indigente,
me ha transformado,
de la noche a la mañana,
en un paradigma
de la modernidad:
mañana mismo
me afeito.