Del mismo que maravilla el proceso mediante el cual la arena silícea (arcillas) fusionada con óxidos metálicos secos a altas temperaturas (1.500 grados centígrados) se convierte en una sustancia de naturaleza vítrea, obteniéndose un tipo de textura y color según la técnica usada y el aporte de pequeñas concentraciones de cobalto e incluso diferentes acabados (Templado, Laminado, Anti-reflejante), con la ayuda de ciertas herramientas especiales o mediante un tratamiento especial en concreto; en el mundo de la música, donde ya no queda casi nada por inventar, pasa exactamente lo mismo.
La originalidad y grandeza de un grupo reside en la capacidad a la hora de saber encajar todos los elementos. En su segunda entrega los alcarreños Abel De Pedro y Los Nuevos Bourbones se desmarcan con un estilo más rebelde, rockero y quizá un tanto más comercial. Con eso, su creatividad ha llegado más lejos, ensanchado los límites de su sonido para aportar melodías personales y vitalistas que coreadas por Abel De Pedro (Cantante de la banda) desprenden frescura y optimismo, abarcando un contenido profundo, gracias, en gran parte a esas letras que relatan cosas cotidianas que le pueden pasar a cualquiera, un día normal con tus amigos o reflexiones en la doliente soledad del domingo surgidas a partir de desilusiones, falsas promesas y mentiras de amor.
Un disco de esos que reducen la importancia de aquellos problemas íntimos, que a veces amargan nuestra existencia, ofreciendo nuevos detalles interesantes con esa sencillez que les caracteriza, cubriendo cualquier resquicio que puediese descubrir un amante de la buena música hecha de corazón.Y eso lo vas a poder apreciar desde el primer segundo de "Retratos", transmitir y compartir con todo aquel que reciba estas canciones, incitando a moverse, hacer cosas y olvidar el apalancamiento a que lleva la sociedad actual y su sistema de trabajo porque su atractivo no es, precisamente, aquello que nos ofrecen, sino el modo en que moldean un estilo plenamente asumido por todos que transmite una profundidad y sinceridad aplastadoras, una visión positiva de todo aquello que nos rodea y es que cuando creas tu propio estilo consigues no sonar a nada, tan solo a ti mismo y eso es lo les pasa a ellos, una personalidad reflejada en su música, la cual te engancha desde la primera nota.
Buen recibimiento con "Piel y Huesos" haciendo uso de un rock básico, con cierto aire al rock urbano de los vascos Memoria De Pez o los navarros Marea , contando muchas cosas en pocas palabras, intercalando exquisitas pinceladas guitarreras para imprimir las sensaciones que en cada momento necesitan. También emana sentimiento la siguiente " Olvídame", una honesta declaración de principios, a echar a volar y que cada uno afronte por si mismo los pequeños sufrimientos y desengaños que la vida trae consigo. No hay ningún tema flojo en el conjunto del disco, encontramos temas con pegadizos estribillos a la que hasta ahora nos habían acostumbrado, por citar alguno: "Lo Buena Que Estás", "Carla" o "Los Amigos" en el que ponen su granito de arema músicos allegados: Rayo (Mesas y Gafas), Diego (Ex-Nuevos Borbones), Carlitos (AntiCrispis, No System), Valen (Mesas y Gafas) y Davicillo (Obispo En Llamas) y melodías cargadas de emoción y dramatismo entre densos nubarrones de distorsión en "Bombas" y "Milonga".
No obstante, aunque las canciones mantienen un estructura muy similar entre ellas, de vez en cuando uno se va tropezando con pinceladas estilísticas distintas como por ejemplo algunos patrones ska en "No Te fíes", travesías de folk celta en "Llueve", matices de extraordinaria delicadeza como el acompañamiento pianístico de Victor (Kalandrakas) en "Para Volar" y ligeros retoques de percusión en "Lo Bueno Que Estás" que refuerzan la gran aportación vocal de Miguel (Dr. Sapo). Una variedad que enriquece sus potencialidades expresivas y creativas. ¿Y se le puede pedir más a un pequeño objeto redondo de policarbonato? Creo que no