Parece que hoy en día, algo que no ha cambiado en más de una década, es una novedad hablar de un grupo en el que haya algún componente femenino, triste pero cierto, parece que el mundo del rock es eminentemente masculino. Pero las cosas van cambiando y cada vez se ve público más variado en los bolos, por algún sitio se empieza.
En este caso me toca presentar a una banda en la que todos sus componentes son mujeres. Ellas son "Yo no las conozco", y nos presentan un disco debut ágil e intrépido, que lleva por título "Salto al vacío" y que está compuesto por siete temas.
En un primer momento, o por lo menos para mí, llama la atención la voz de Iraide, que tiene una tonalidad a la que no estamos acostumbrados en este tipo de formaciones. Y es que, puestos a comparar (aunque sea odioso), no se puede negar que la idea preconcebida de una cantante femenina es la de que tenga una voz de esas que te cortan el hipo. Iraide no tiene ese "vozarrón", por decirlo de alguna manera, pero no lo hace nada mal. Su tono es menos denso y más suave y fresco, pero no por ello tiene nada que desmerecer a otras voces a las que estamos acostumbrados.
En otro orden de cosas, hay que comentar que la banda de Madrid se mueve entre el rock y el punk rock, con temas algo más acelerados y otros un tanto menos frenéticos, pero en ningún caso se quedan, ni te dejarán quedarte, con los pies en el suelo, salvo para cerrar este "Salto al vacío" con "Ilusión kamikaze", que es la balada del disco.
Como canciones más llamativas, de esta su primera incursión musical, nos encontramos "Quiero salir" y "Crisis", dos temas totalmente opuestos, y que tal vez suenen un poco chocantes al estar grabados uno a continuación de otro, por el hecho de tratar cuestiones tan diferentes. Sin embargo, ambos son los más exquisitos de este disco, junto al buen comienzo que supone "Ya no somos dos". Además las seis cuerdas brillan con luz propia en la ya citada "Quiero salir" y en "Y no es un sueño".
Esperamos estar asistiendo al nacimiento de una banda que puede resultar imparable.
17/11/2015 
María G. Guerrero 
