Hay veces que te llega un disco para llenarte el alma, y entonces sobran las palabras. El otro día tuve la suerte de ver a Acoplados en acústico y hoy tengo el placer de escribir sobre su primer disco, un trabajo que lleva por título "Carpe diem" y que está compuesto por seis impetuosos y elegantes temas.
Lo más destacable de Acoplados es, sin desmerecer a nadie, la impresionante voz de Patricia Ruiz. Una voz capaz de poner literalmente los pelos de punta y que por poco me hace llorar el otro día mientras la escuchaba en directo, me falto la valentía necesaria para llorar en público, porque por dentro estaba más que emocionada. Esta genialidad de las magníficas cuerdas vocales de la señora Patricia Ruiz se une a la de Hubber, señor que canta también bastante bien, y forman un combo perfecto.
Este "Carpe diem" es un disco muy fácil de escuchar y muy difícil de olvidar. Está cargado de matices y de variedad. La música está muy trabajada y las letras también. La verdad es que la parte compositiva destaca sobre manera, impresionan la manera en la que se juntan las palabras en "Lo más bello" o "Mi camino", dos grandes himnos, junto a "Balas oxidadas" o ""De puertas, inviernos y olvido".
Los aportes de la trompeta de Gustavo Caluga en "Balas oxidadas" y el Saxofón de Michel Urrutia en "Carpe diem" dan un toque de distinción y buen gusto, algo que deleita irremediablemente el paladar y los oídos. Y además de ellos, entre algunos otros, colaboran a las voces los señores Dako Deja vu a la intro y Jorge Catalán, aportando sus cuerdas vocales, en "Mi camino" y Mario San Miguel a la voz en "Empezar".
Me alegra enormemente saber que hay bandas que todavía tocan el corazón, que son capaces de conmover y que llegan a las entrañas para quedarse dentro del alma y fijarse a fuego en los huesos.
Mi más sincera enhorabuena a Patricia Ruiz y a Hubber, como máximos abanderados de Acoplados, y a todos los que participan en este proyecto. El buen gusto, la honradez y el buen hacer emanan de cada poro de Acoplados y de su primer disco "Carpe diem".