Desde Pinto (Madrid) nos llega el sexto trabajo de L.S.M, un disco que lleva por título "La palabra y el mal genio". La obra en cuestión está compuesta por doce temas, grabados en Anhell Estudios y producidos por Ismael Gutierrez, consiguiendo un resultado bastante bueno.
Este es un disco de punk rock sincero, rebelde y bajo un prisma diferente, con composiciones melódicas y con unas formas destacablemente positivas. Las letras tienen una evidente carga política, social y reivindicativa, y también hacen uso de la ironía y de la guasa en temas como "El ejemplo a seguir". Y la vuelta de tuerca viene de la mano de "Yon Guein", con aires del Oeste, y con la inclusión del violín de Sata (Buachaill Banda) y Ángel Muñoz de Cripta a la Armónica.
En cuanto a la presentación, hay que comentar que la portada es bastante llamativa y además las letras están en formato poster desplegable, algo que hemos visto pocas veces y que denota originalidad, buen gusto y preocupación por que las cosas queden bonitas y salgan bien. Sin embargo, los títulos de las canciones de la contraportada y los datos técnicos del disco, cuesta muchísimo leerlos por el tipo de letra que han escogido para presentarlos.
Las guitarras están presentes en todo este "La palabra y el mal genio", de manera muy acertada y dándole notoriedad a los temas. Las canciones son rudas, potentes e incisivas. Tal vez el aspecto menos destacable del disco es la batería, que varía poco el ritmo y llega a taladrar un poco. Nada notorio, pero sí que cojean un poco en este aspecto.
Para este disco L.S.M se ha rodeado de muy buena gente, de músicos como Alberto de Boikot, que aporta sus cuerdas vocales en "En el mantel" o de Goar Iñurrieta aporta las seis cuerdas en "Volver a soñar", aparte de las colaboraciones ya mencionadas de "Yon Guein". Como canciones más destacables tenemos "La ciudad de los olvidados", "Energía", para mí la mejor del disco, "Mi memoria" y "Todos menos tú".
L.S.M es una buena banda, no han inventado la pólvora, pero lo que hacen lo hacen bien, y al final y al cabo eso es lo importante.