Segundo trabajo de Cilconautas, de la mano del mago Iñaki Llarena, vuelve este carismático grupo comandado por el inquieto Mai Medina (Voz, guitarra), Javier `Txo` Pintor (Bajo) y el gran Alén Ayerdi (Ex-Batería de Marea). El primer soplo en forma de vendaval de Ciclonautas llego en el 2014 con "Qué tal?", con un año en liza desde su formación, el tremendo éxito no se hizo esperar.
En "Bienvenidos los muertos", siguen la senda de ese primer disco, con un Rock, a ratos Urbano, con golpes de caja demoledores y lo mejor, las pinceladas de un Stoner que les hace despuntar en el conjunto de las bandas del corte.
Con la canción homónima, comienza el baile, un arpegio de guitarra da pie al tifón, que por momento se torna en huracán, gracias a esas pesadas guitarras y la carismática voz del amigo Mai.
En "Los fantasma del Ocaso" un comienzo andalusí , nos despista en cierta medida, después llegaremos a comprender el porqué del inicio, mientras, Ciclonautas nos regala un corte a la altura del estilo, con líneas de bajo cual toboganes en sus escalas. De menos a más, con un interludio, silencio incluido, que se antoja demoledor, única armar para acabar con esos fantasmas.
Si bien el disco anterior ya era una obra de arte, este lo es tanto por dentro como por fuera, con una edición muy currada, dado que el disco viene enfundado y con un libreto con ilustraciones de Iosu Berriobeña. Se nota cuando un músico valora su trabajo y no hablo solo de la música.
Seguimos con "Pensamientos perros" un sonido fronterizo nos adentra a una reivindicación vital, se puede mascar la tensión en el centro de la canción, para dar paso a un diabólico solo.
Cambio de tercio cuando suena "Uh La Lá" cambios de ritmo coronan un estribillo tremendamente reconocible y lleno de musicalidad gracias a ese teclas de fondo.
En el centro del disco encontramos "Mordieron Luna (hasta arriba)" comienza como lo hacen los grandes, en este me refiero a Extremoduro, no solo por la aparición de Iñaki Antón (Uoho) en el órgano Hammond, si no por las pinceladas en el principio y en la parte central, un break que derrocha calidad a raudales.
"Extraño" es el tema más largo, con un medio tiempo pesado, acompañan a una de las mejores letras del disco. Punto fuerte cuando entra Marc Ford, guitarrista de The Black Crowes, dándole una garra descomunal.
Volvemos a los orígenes con "Torcido" vuelve el sonido primigenio, modulaciones a la entrada del estribillo, una de esas canciones necesarias para entender a esta señora banda.
Con "La reina" llega otra muestra más de la musicalidad de este trio, una canción que no entiende de reglas musicales, contundente con un sonido que ya es bandera para los estudios Aberín de Navarra.
"Fetiche" es sinónimo de rabia, es un auténtico tiro en la sien. Entre susurros Mai nos adentra en una letra intimista, más bien minimalista, virulenta. Consiguiendo que la música se una a ella, como si de un sinónimo habláramos, como de un ruido de jungla.
En el último corte, suena un tema en acústico, un charango andino lleva el peso de la música y en la dicción en la letra, una regresión a la Argentina natal de Mai, una Oda al aire, un guiño hacia donde comienza este vendaval llamado Ciclonautas.
Un disco que viene para quedarse, tanto en las cabeceras de los puretas del Rock como para los que entiende y abogan por las subetiquetas y sus sonidos nuevos.
Abran paso a este ciclón, abran paso a Cilconautas.
14/10/2016 
