A principios de 2018 nació en Madrid la banda Los Bannanos, formada por Miller Mac (guitarra y voz), Bucky Pop (batería y coros) y Braulio Fed (bajo). Con las ideas muy claras sobre lo que buscaban, el fruto de su trabajo no tardó en llegar, y en agosto presentaron su primer disco homónimo, 12 canciones que rondan el power pop y el hard pop. Trabajo autoproducido completamente por el propio Miller Mac.
Un sonido muy simple envuelve todo el disco, acompañando a una voz muy ambientada en la música de la movida madrileña. Avisan de la que van a liar con la primera, "Soy rebelde", con la guitarra jugueteando con el palm mute, un bajo sencillo y una batería a ritmo de corcheas en los platos charles y ride. Dinámica que se repite a lo largo del disco. "No me gusta protestar" es precisamente eso, una canción protesta, o al menos de las que explota contra todo lo que se odia, aunque no con la rabia del punk. "Punky Panther City" amplia la temática de las letras y finaliza con un pequeño guiño a Loquillo.
Pasando por "Jenny ya no volver", una historia de amor frustrado, llega "Viejo barrio", canto al pasado, en la que podemos encontrar el primer punteillo de guitarra del disco. Como comenté previamente, el disco es muy simple en cuando a lo instrumental se refiere. "Lejos de Viernam" cuenta con un ritmo más cortante, con una voz que cambia un poco el tono respecto a las anteriores, ya que hasta este momento ha sido todo muy lineal. "Viaje a ninguna parte" es una de las canciones más traquilas del disco que invita a desconectarte del mundo por un rato. Todo lo contrario que "Bailando", más rápida, más bailable, muy acorde con su nombre. "Una maniquí" combina un poco varias épocas y estilos, con un estribillo influenciado por el pop de los 80/90 pero con una instrumental más rockera. Para finalizar está "Solo", manteniendo la tónica del resto del disco, un trabajo power pop de principio a fin.