La espera ha sido larga y angustiosa, pero por fin sale a la luz el nuevo trabajo de Kaskarriak, "Que nuestros hijos nos perdonen". Un nombre de lo más sugerente, y que refleja la mierda de mundo que estamos creando y en el que vivimos.
 
Para la ocasión grabaron, mezclaron y masterizaron en los estudios DRIVE DIVISION de Santander, consiguiendo un resultado bastante bueno, y han editado y distribuido con Oidos Sordos. La grabación se realizó a principios de 2008, pero por diversas causas el proyecto no quedó al alcance de todo el público hasta Abril de 2009.
 
Los cántabros son siempre consecuentes con sus ideas, y esto lo dejan patente en el disco, con una temática social y reivindicativa. Pasen los años que pasen, no es malo recordar que surgieron en 2000, este grupo ha sido un referente en Cantabria en cuanto al punk, generando siempre muchísima expectación.
 
En directo son de lo más sugerentes y cuentan con una gran plasticidad y contundencia, que va desde las explosivas guitarras, hasta las voces y los atractivos coros y estribillos, la consecuencia es que la mayoría de los temas son tan pegadizos que no te los quitarás de la mente ni con aguarrás.
 
Este disco es todo un cañón, que suelta proyectiles difíciles de esquivar como "Hipocresía"; "Cementerios nucleares", directa y concisa, y rescatada de su anterior trabajo; "Disturbios" y "Palestina agoniza", con su intro, con bastante rapidez, y con una letra cruda como la realidad que reflejan. Tampoco se queda atrás "La cruz de la moneda", sobre la explotación laboral y el lugar preestablecido que tenemos en la sociedad, con toques ska y con la colaboración al saxo de Víctor "doctor tenor" Sánchez.
 
Por otra parte hay otros temas que también se ganan el mérito a pulso, como "Tecnomachine", un claro guiño hacia la sociedad de la deshumanización "gracias" al progreso, donde somos un engranaje más, pero con el contundente mensaje de que no somos lo que tenemos. "Euromentiras" con algo de ska o "Nos quieren cerrar la boca" con guiños al reage. "Neutralidad" se presenta como una de las más diferentes de todas.
 
El toque de humor, valga la "rebundancia", lo pone, "Comediante", una de las más rápidas del disco, dedicada a Miguel Ángel Revilla, al que no le podían haber definido mejor, con un claro guiño a su famosa a la par que ridícula frase "Cantabria me pone".
 
En definitiva "Que nuestros hijos nos perdonen" ha superado con creces cualquier expectativa que pudiesen tener marcadas los seguidores del grupo. Para los que les descubran ahora seguro que se llevarán una grata sorpresa.
 
www.myspace.com/kaskarriakband