COLABORACIONES
 Crónica
 
Azkena Rock Festival 2.011 - Parte I
  23/06/2011     
  Mikel García     
  Karlos García
  Recinto, Vitoria - Gasteiz, Araba
  
www.insonoro.com

Diez años se dice a bote pronto, sin embargo, si uno se para analizar la historia de este prestigioso macrofestival se percatará que no todo ha sido un camino de rosas, más bien un reto de superación constante, como la vida misma de cualquiera.

Si bien, ha ido desarrollándose cada vez mejor, ha sido del resultado de pasar tanto por buenos como malos momentos, quizás el más relevante la superación de una profunda crisis por el año 2007 que estuvo a punto de tambalearlo y que sirvió para que el público reaccionase y demostrase una absoluta confianza en favor de su filosofía y procedimientos; e independientemente, si finalmente el cartel conformado estuviera o no a la talla de lo esperado, en cuanto a calidad se refiere.

Lo que no cabe duda es que esa fidelidad ha sido clave en el éxito cosechado durante ese largo periodo de tiempo, convirtiendo a este evento musical en el lugar de encuentro por excelencia, sobre todo para aquellos amantes del rock underground, el clima que se respira trasciende incluso fronteras musicales, una hermandad que cada año se hace más hermosa y consistente.

Quizás, para un amplio sector de sus asiduos, no fuese el conjunto de bandas de este año, el más impactante que cabría esperar para festejar por todo lo alto esa década de vida, pero debemos de ser conscientes y ponernos en la piel de los organizadores, cada día les resulta más difícil contratar a bandas de renombre y que además nunca hayan participado; como consecuencia de la abundancia de festivales europeos y la importante suma de dinero que se les debe desembolsar. A pesar de ello, debemos darles la enhorabuena tanto por la variedad musical ofrecida, algo que saben equilibrar muy bien y la multitud de actividades paralelas que le hacen aún más mayúsculo, conciertos gratuitos en la Virgen Blanca, charlas de debate, sobre la filosofía y el recorrido del festival en el Artium y exposiciones fotográficas en los bares de la capital.

Sin embargo, siempre se ha de tener en cuenta otros factores, no solo la calidad musical ofertada sino las condiciones y el trato que se recibe por parte de la organización, aspectos importantísimos para lograr esa asiduidad y supervivencia. En lineas generales han sido excelentes, salvando un cierto descontento derivado de la simple razón, de que no hubieran tenido en consideración la situación económica actual y por consiguiente, haber fijado unos precios anticrisis tanto en bebida como comida, discutible o no, ahí queda la queja.

  
Ambiente
 

Este año hemos podido disfrutar de muchos y grandes conciertos, aunque hemos vuelto a cerciorarnos de un ahorro bastante considerable en lo que concierne a gastos de estructura, la dimensión de uno de los escenarios, más concretamente el principal, Solomon Burke Stage, era menor al de ediciones pasadas, y es que la crisis también afecta a los eventos musicales.

Una vez más, nos hemos visto acompañados de un clima habitual en estas fechas, ese de principios de verano, que puede cambiar repentinamente de sol a lluvia, por suerte esta vez la lluvia no ha aparecido en los tres días, a diferencia del año pasado que provocaba un recta final un poco pesada de llevar. Este año lo más curioso ha sido el tremendo frío que azotaba a las noches, aunque no impedía en exceso el poder disfrutar del festival, al cien por cien, era cuestión de ponerse una sudadera y adiós mal.

La primera jornada destacó principalmente, a parte de lo musical, por la masiva afluencia de público, la más numerosa de todas las ediciones, 18.456 personas, un récord que pillaba por sorpresa incluso a los más realistas. Era tal las ganas de diversión que ya desde las primeras horas de la tarde la masificación de gente era considerable, no había más que ver la larga cola que se formaba para canjear el abono por la pulsera que daba derecho al acceso al recinto, o pasarse por la zona de casetas, en donde los más sensatos y espabilados guardaban impacientemente su turno para canjear rápidamente su dinero, por el correspondiente, en esta ocasión fichas de casino, otro nuevo fetiche para los coleccionistas.

Como todas las actuaciones se iban a desarrollar en el escenario principal el Solomon Burke (D.E.P "The King Of Rock & Soul"), tendríamos tiempo suficiente, en los debidos tiempos muertos entre banda y banda, de visitar tanto el stand oficial del festival como el resto de los puestos del mercadillo, incluso tener la oportunidad de presenciar una boda a la manera más típica de Las Vegas, en un “Wedding Chapel”, capilla instalada en las inmediaciones de la entrada, sin duda alguna una de las novedades más llamativas de esta edición.

  
Ambiente
 

Siguiendo con la filosofía de los últimos años, el beneplácito de inaugurar el festival era otorgado a una banda vasca, recayendo, esta vez, en los navarros Bizardunak que no lo desaprovecharon, arremetiendo sin contemplaciones con su provocativo humor y ritmos de folk, en sus apenas treinta minutos de actuación.

Los nueve barbudos se mostraron como una roca en directo y sus dos vocalistas el tándem perfecto para un grupo de tales características, uno de ellos no cesó de incitar a perrear, soltando su esperanzador discurso, descaradamente, y asociándolo siempre con todo tipo de guasadas, “Viva Navarra Independiente”, “En los camerinos nos hemos encontrado con algún heavy que llevaba braguitas rosas”, “Tocamos los primeros porque estamos pasados de moda”, y concluir de un modo más juerguista, lanzando cervezas y botellines de agua al aún reticente público. ¡Tremenda juerga!

Años de experiencia y sapiencia musical fueron lo que nos demostraron Mark Oliver Everett y el resto de músicos de Eels, en la hora que estuvieron sobre las tablas. Fue un concierto tremendo, por la pasmosa coherencia con la que combinaron sus recursos instrumentales, sacando a la luz una melodías exquisitas y a la vez, algo desconcertadoras, motivado siempre por esa particularidad de ir pasado de un estilo a otro (rock, funk, soul, pop), su excepcional forma de expresión.

Tres hurras por la sección de vientos que lograron sostener la orgía de arpegios del barbudo Mark, de un modo firme y sólido. ¡A partir ahora les trataré con mas respeto!

  
Eels
 

La tarde olía a mágica y el primer estallido de euforia iba a venir a cargo de grupo musical anglo-estadounidense de hard rock, Black Country Communion, que dió el 100% de sus posibilidades. Glenn Hughes (Deep Purple, Black Sabath) a la voz, con una eterna sonrisa en el rostro, ataviado con una llamativa chaqueta azul y sus característicos movimientos, desprendió un magnetismo que muy pocos pueden presumir de exhibir sobre un escenario.

Un recital memorable de hard rock setentero y sin adulterar, siendo de una satisfacción inmejorable, tanto para los propios miembros de la banda como para todos los que estuvimos allí presentes. La banda sigue conservando totalmente su técnica y forma de tocar, Joe Bonamassa, Derek Sherinian (Dream Theater) son capaces de aportar todos los matices y arreglos que tienen sus canciones también en directo, así quedó corroborado en los temas de su reciente nuevo disco “2”, como “Save Me”, “I Can See Your Spirit”, “Man In The Middle” que sonaron maravillosos, conquistando corazones y tras concluir con un bonito recuerdo a Deep Purple, la imperecedera “Burn”, literalmente salieron en hombres. ¡Se superaron a si mismos! 

  
Black Country Communion
 

Si los ánimos ya se habían caldeado, lo que hacía falta para elevarlos a un nivel mayor era la llegada de una de las formaciones emblemáticas del rock británico ochentero, hablamos de los ingeniosos The Cult.

Si en algo han destacado, a lo largo de su carrera, es la calidad que han hecho gala desde siempre en sus composiciones, consiguiendo que su disfrute sea de lo más pasional. Aunque fue un concierto correcto y entregado no le podríamos calificar de sublime, ya que fue como el que va a un asador de lujo y le sacan una chuleta que no está del todo sabrosa, a la que le falta un pelín para ser considerada un mangar exquisito.

El vocalista Ian Astbury conserva totalmente su técnica y forma de cantar, pero sigue dando una imagen bastante lamentable al cometer esa serie de típicas payasadas que no hacen más que ponerle en total evidencia, en esa ocasión se excedió bastante saludando a las personas que iban a mear a las vallas del recinto y bromeando con el típico campeones, campeones.

Una, hace gracia, pero continuamente como que no. Curioso se me hizo escuchar de su propia voz un cumplido a los Héroes del Silencio. Sin embargo, incurriría mal, si les tachase de una falta de dedicación, la entrega por parte de la banca como la efusiva respuesta del público concentrado siempre será para recordar, básicamente porque sacaron a relucir sus grandes dotes, por medio de un explosivo repertorio, en el que los temas más novedosos se vieron eclipsados por enormes clásicos, “Rain”, “Lil´Devil”, “Wild Flower”, “She Sells Sanctuary” y “Sweet Soul Sister”, acabando con todo el público del festival a sus pies con una muy coreada “Love Removal Machine”. ¡Junto a Rob Zombie, lo mejor del día en el festival!

Set List

- Fire Woman
- Rain
- Every Man And Woman Is A Star
- Sweet Soul Sister
- Electric Ocean
- Rise
- Dirty Little Rockstar
- Horse Nation
- Phoenix
- Lil’ Devil
- Wild Flower
- She Sells Sanctuary
- Love Removal Machine

  
The Cult
 

Activos, desenfadados, con ganas de dejar una huella imborrable y es que Rob Zombie se aplicó musicalmente, ofrendando un show tan espectacular como hilarante, dignificando extraordinariamente su razón de ser. Ya de entrada el escenario hablaba por sí solo, una escenografía espeluznante, unos paneles con mitos del cine de terror,  Frankestein, King Kong o el Hombre Lobo, nada fuera de lo normal vista la pasión del inconmensurable Rob, amante de los cómics y las películas de terror clásicas. El interés por el mismo fue constante y no recuerdo haber dejado de clavar los ojos en el escenario mientras la banda descargaba con fuerza y crueldad sus crispantes melodías, las cuales transportaban con absoluta precisión todo ese buen gusto por el metal industrial bailable y groove metal.

Emoción, intensidad, rabia, fuerza y diversión son quizás las óptimas cualidades de su música y las que pudimos degustar de principio a fin, todo ello con un espectáculo visual terrorífico e innovador; a parte del siniestro maquillaje de los músicos, tres pequeñas camas elásticas que le permitieron a Robert Bartleh realizar su característico headbanging y después de haberse pegado una de sus cuantas carreras por el escenario, un micrófono en forma de esqueleto, el lanzamiento de una tanda de globos para amenizar aún más la fiesta y lo imprescindible en esos casos, un impresionante juego de luces rojas que crearan el ambiente adecuado, un atmósfera oscura y macabra que haga más compacta y convincente la ceremonia.

La banda sonó increíblemente poderosa y cristalina, empujados por el desbordante entusiasmo del respetable y desembocando en una fiesta salvaje. El buen funcionamiento, en directo, de temas tales como “Superbeast”, “Living Dead Girl”, “Dragula”, o el recuerdo del pasado a White Zombie, con dos tremendas joyas“, “Thunder Kiss '65”, de ese tesoro “La Sexorcisto” y el imponente exitazo “More Human Than Human", del disco “Astro-Creep” , hizo sucumbir tanto a seguidores y detractores, más cuando John 5, el guitarrista del ex-Marilyn Manson, rompió su guitarra en dos y se la regaló a uno de los de las primeras filas. ¡Totalmente cautivador!

Set List

- What Lurks on Channel X?
- Superbeast
- Living Dead Girl
- More Human Than Human
- Demonoid Phenomenon
- House of 1000 Corpses
- Sick Bubble-Gum
- Thunder Kiss '65
- Never Gonna Stop (The Red, Red Kroovy)
- Dragula

  
Rob Zombie
 

Un querer y no poder”, sea quizás la mejor frase que describe lo que el mítico Ozzy nos obsequió en Gasteiz, un recital bien corto (Una hora y cinco minutos) en el que se pudo observar que aunque conserve totalmente su técnica vocal, ya no goza de un estado óptimo, en contadas ocasiones, estuvo justito de voz e incluso desafinando considerablemente. Aunque nos duela sus 63 años ya empiezan a pasar factura, pero visto lo que aconteció dos días después en Bélgica, suspensión por laringitis, nos tendremos que contentar con ello, por lo menos, hemos sido unos afortunados.

Es cierto, también, que no suele darse muy a menudo ese privilegio, por nos tendremos que conformamos con los que nos brinde en cada nueva visita.

Estaba claro que la salida de este incuestionable músico iba ser apoteósica pero no me imaginaba tan ensordecedora, miles de gargantas gritando su nombre. Incluso un inicio así, tan fulgurante y enloquecedor, el mítico vocalista moviéndose alocadamente de un lugar a otro, con esa mirada de loco y manteniendo el tipo en “I Don´t Know y “Suicide Solution”, una sensación de querer ofrecer una similar imagen de sus mejores tiempos, pero el paso de los minutos evidenció lo contrario, que ya con su avanzada edad no está para tirar muchos cohetes.

Si bien, la cosa empezó a desvanecerse a partir de su numerito con la manguera, en “Mr. Crowley”, en la que se echó espuma en su cabeza, para posteriormente quitársela con el agua de la propia manguera. Quizás fuera ese el principal causante de la desgracia, no sería nada bueno mojarse la cabeza, con la fría temperatura que estaba haciendo a esas horas de la noche.

  
Ozzy Osbourne
 

A pesar que de su voz empezaba a flaquear, se emperraba en no dejar un pésimo sabor de boca, sacando fuerzas de flaqueza donde no las había e intentando rayar, por lo menos, a un nivel aceptable pero la cosa iba a peor, menos mal, que cuenta con una banda increíble, que le sabe arropar en esos momentos infortunados, luciéndose con exquisitas partes instrumentales, que marcaron esa diferencia con respecto a todas las formaciones que se dieron cita en el Azkena rock, exceptuando Thin Lizzy, solos majestuosos, tanto de guitarra por parte del talentoso Gus G, actual guitarrista y líder de la banda de power metal Firewind, como de Tommy Clufetos, un baterista de una técnica y elegancia impresionante, permitiendo así a Ozzy un respiro para tomar aliento, porque sino no se como hubiera acabo la historia, a lo mejor una retirada más temprana de la que fue.

“Faires Wear Boots” fue, a todas luces, la mejor medida y clavada en lo instrumental, después de una descafeinada “Bark At The Moon”, el primer desencanto por sus demasiados y evidentes desafines, lo mismo que “Iron Man”, otro de viejos clásicos de Black Sabbath y “Crazy Train”, en los que tampoco estuvo acertado pero que sin embargo levantaron el ánimo de los aún cabizbajos, aquellos que no se creían eso tan atroz que estaban siendo testigos. “Paranoid” sirvió de punto y final a un recital que a pesar de no cumplir las esperadas expectativas, a mansalva, hizo que el público enloqueciese y volará hasta al cielo, tal como si esa fuera la última vez.
¡Es imposible no dejarse atrapar por esos grandes clásicos! 

Set List

- O Fortuna (Intro)
- I Don’t Know
- Suicide Solution
- Mr. Crowley
- Bark At The Moon
- Fairies Wear Boots
- Shot In The Dark
- Rat Salad
- Iron Man
- Crazy Train
- Mama, I’m Coming Home
- Paranoid

  
Ozzy Osbourne
 

Uno de los máximos atractivos del festival era, sin duda, presenciar la reunión casi original de Kyuss, pese a que a más de alguno no le haya hecho mucha gracia que haya sido revivido su espíritu, prescindiendo del inigualable Josh Homme (Queens Of The Stone Age). Tan solo el dinamismo de Nick Oliveri dio el efecto de poder mitigar la falta de telón de fondo y el negativo efecto del juego de luces.

Una banda que en el pasado sorprendía por como realmente sonaban sobre un escenario, parecido a una maquina apisonadora, produciendo la sensación de estar intentando respirar en una nube tóxica que se espesa al igual que el cemento, sonidos densos y envolventes, de una profundidad sonora casi abismal.

Fue muy grande ver como una cierta frialdad inicial dejó paso rápidamente al desenfreno colectivo de lujuria stoner que hizo, sin remedio, el ritmo cadencioso e hipnótico de la música de tan fantástico cuarteto. Sin darte tiempo a que salieras de la rítmica atmósfera que estaban creando haciendo sonar consecutivamente sus temas (“Gardenia”, “Hurricaine”, “Asteroid”, “El Rodeo”, “Allen´s Wrench”) y con la fuerte presencia de John García que se dejó el alma extrayendo toda su desquiciada pasión, sobre todo, en los bises, aquello se convirtió en una poderosa e inolvidable noche, volviendo a ganar el buen rock.

Set List

- Spaceship Landing
- Gardenia
- Hurricane
- Thumb
- One Inch Man
- Conan Troutman
- Freedom Run
- Asteroid
- Supa Scoopa and Mighty Scoop
- Odyssey
- Whitewater
- El Rodeo
- 100°
- Allen's Wrench
- Green Machine

  
Kyuss
  
 
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