Tercera y última jornada del festival En Vivo, a priori, el día grande del festival, quedaría demostrado unas horas más tarde. La cosa pintaba tan bien, o mejor, que el día anterior. Los problemas, los mismos, la temperatura parecida y, aunque el desgaste físico sea irremediable, las ganas de pasarlo bien volvían a estar a tope.
Pasando unos minutos de las cinco de la tarde ya estábamos junto a las vallas del foso. Hoy los sufridores eran los navarros Dikers con un importante cambio de formación, ya que del trío que vimos en su última gira solo Iker Piedrafita permanece en sus filas. Tras la intro que abría su disco “Carrusel” solo necesitaban tres instrumentos para que sonaran con fuerza “Al Azar”, “El cepo” y “Nadie”, una de sus primeros discos, no me la esperaba.
Para Iker fue imposible continuar con camiseta, era sofocante el calor. Después vino “Carrusel”, primer single de su último disco en 2008, y es que están de vuelta a los escenarios tras un largo parón, preparando además un disco nuevo. La tarde siguió con “Sucio corazón” y “Sigo en pie” bajando un poco el ritmo con una melodía que invitaba a ponernos tiernos con “Ronco invierno” pero no había tiempo que perder así que volvieron a dar caña con “Tengo un plan” y “Dale gas” con las que se despidieron.
Este “cambio de rumbo”, poco cambia el concepto ya que conserva fieles seguidores, en los cuales me incluyo, y confío en que el sonido siga siendo al que nos tienen acostumbrados. Diría las canciones que me faltaron pero serían demasiadas, y es que hacía mucho desde la última vez que los vimos. El sonido podía haber sido mejor, como ya ocurrió con algunos grupos el jueves y el viernes.
Mientras tanto Vendetta ya estaban preparados en el escenario 1 pero el calor era insufrible y me esperaba una larga noche así que busque aire fresco y descanso esta tarde también bajo la sombra de la carpa de prensa, casi desértica, guardando fuerzas para lo que vendría después, que no era poco.
Dikers
Faltaban unos minutos para las siete de la tarde y para que Txarrena estuviesen firmando discos en la carpa de Maldito Records, los navarros presentaban aquí su nuevo disco en directo.
Tras una hora de recuperación, volví al escenario 2, lo que empezaba a sonar tenía buena pinta, eran los madrileños Alamedadosoulna, que numerosos y uniformados corrían con sus instrumentos por el escenario.
Algunos temas nuevos alternados con temas, por lo visto, conocidos. Digamos que, quitando una o dos canciones, era la primera vez que los escuchaba y nueva en su puesta en escena. De las nuevas sonaron, entre otras, “Caricatura”, “Me lo trago” o “Pierde gracia” y de su anterior disco algunas que me llamaron la atención fueron “Seminte”, “No me enteré de nada” y “Escalera de caracol”. Derroche instrumental y anímico que me gustó bastante.
Cuando todo llegaba al final se produjo un repentino silencio absoluto en el escenario, todos ellos quedaron inmóviles durante unos segundos, como si hubiésemos dado al botón de “pausa”. Después, de vuelta al movimiento, hicieron un juego con el sombrero de uno de ellos, levantándolo en el aire desde la punta del pie intentaban que cayese en su cabeza. Ninguno lo consiguió pero pasamos un buen rato.
Las que yo pude cantar un poquito fueron, como tanta gente que aún no conoce a un grupo, las más conocidas (supongo), “Camaleón” y “Optimista”, que fue la encargada de cerrar su show. Recordaron que pronto presentaban su nuevo disco “Play!” y estuvieron firmando a partir de las ocho y media en la carpa de Maldito Records.
Alamedadosoulna
Llegaba otro momento de descanso, de coger fuerzas, porque después empezaba todo del tirón, una tarde-noche de lo más variopinta en lo musical en la que tendríamos grupos para todos los gustos. Ahora de fondo escuchaba a Kiko Veneno en el escenario 1.
Mientras andaba por allí, entra barras y puestos de comida, cerca de las ocho de la tarde vi pasar a los hermanos Escobedo y compañía con responsables de la organización rumbo al stand de Last Tour, también Sôber estaría firmando discos a sus seguidores.
Y empezaron a sonar flauta, gaita, acordeón… mis paisanos Celtas Cortos ya estaban frente al público, que según escuchaba la música iba volviéndose hacia allá y que ya empezábamos a ser muchos. Comenzaron con una instrumental, “Beni’s reel” seguida de “El marinero borracho”, un tema de su último disco “Introversiones”, la original se llama “The drunken sailor”. Pero no se olvidan de las de siempre así que siguiente fue “El emigrante” tras la que se presentaron y aprovecharon para felicitar a la organización Amnistía Internacional que cumple 50 años al grito de “amnistía, salud y anarquía”.
Una de las ya míticas, “20 de abril”, con mucho significado para mi, puso a todo el mundo cantar pero no solo de estribillos viven los Celtas, demostraron que la banda tiene grandes músicos con otra instrumental, “El alquimista loco” y variaron el ritmo con “Skaparate nacional”. Que poco han cambiado algunas cosas desde que escribieron esta letra.
La melancólica “La senda del tiempo” arrancó al final los gritos del público que coreaba el nombre del grupo. Después, otra más de su último disco, “Blues del pescador”, y una que no me esperaba, “República de Sanjes”. Merecido triunfo el que estaban teniendo los pucelanos, y no es que lo diga yo, el público estaba como nunca.
Al ritmo folk irlandés, todos en fila se movían a la vez hacia uno y otro lado del escenario, otro momento para lo instrumental en el que me pareció escuchar un fragmento de “La mujer barbuda”.
Con “Fiesta”, otra “introversión”, se despedían, la gente gritaba “¡Esos Celtas, esos Celtas, eh!” y aún les quedaban un par de temas, “Retales de una vida” y “No nos podrán parar”, que hizo saltar a todos los presentes en esa inminente noche. Muy a gusto nos dejaron, y eso que no tenía buen concepto de ellos en los festivales pero me sorprendieron y montaron una auténtica fiesta.
Celtas Cortos
En el escenario 1 ya estaba todo preparado para Txarrena, salió primero El Drogas con “Poca luz” y a él se le fueron sumando poco a poco sus compañeros. Esta vez no estaba Brigi a la batería ya que Koma tenía un concierto la misma noche. Yo si diría que se notó su falta, acostumbrada a verlo reventando baquetas, aunque igual fue porque me fijé expresamente.
El Drogas, ataviado con un sombrero de copa, una chaqueta tres cuartos que parecía estar hecha de retales de colores y un bastón, lleva la voz y la fuerza de una banda a la que calidad le sobra. Las siguientes fueron “Salvaje mirar” y “Así” incluidas en su más reciente trabajo de estudio.
Para este momento, la chaqueta de colores y el sombrero ya habían desaparecido, en su lugar lucía, como suele hacer, un pañuelo. Además de las nuevas como lo son “Todos los gatos”, “Estos clavos” o “El fuego de la tarde”, también tuvieron hueco para otras canciones de su primer disco que salió allá por 1992 pero que no ha perdido un ápice de personalidad.
Pudimos entonces disfrutar de temas como “El charco”, “Nos queda poco tiempo”, “Nada sin ti” o “Frío”, la versión de Alarma que les acompaña siempre. Tampoco cabe olvidar “El lobo feroz”, con su careta de lobo incluida. En esta vía de escape, El Drogas suena mucho más romántico que con Barricada pero siempre con ese punto canalla que le caracteriza.
Esa noche presentaban “Con nocturnidad y alevosía”, un disco grabado en directo en Pamplona en los Sanfermines de este año. Si suena parecido a lo que yo escuché, igual hago un hueco entre mis discos para el suyo, que viene además con DVD.
Llegaba el final con “Empujo pakí” mientras nos deseaba “que nunca nos suene el despertador” y remataban un concierto de diez con “Azulejo frío”. Mostrándose muy agradecido nos despidió al grito de “Siempre lo peor, siempre Txarrena”. Fue, para mi gusto, uno de los mejores del festival.
Txarrena
A estas horas, The Locos empezaba su firma de discos en la carpa de Maldito Records, los esperaríamos para cerrar el festival.
Cambio de escenario, los Sôber aparecían todos de negro, como es habitual, su Ô gigante brillaba al fondo, las guitarras comenzaron tras la intro de “Superbia”, su último disco, con el tema del mismo nombre. Siguieron con “La nube” y “Eternidad”. Durante esa hora ya se podía ver a mucha gente frente al escenario contiguo, no olvidemos que después de Sôber era el turno de los cabezas de cartel, The Offspring.
Sonó algún tema nuevo, como “La Araña” pero la mayoría fueron las de siempre, “Paradysso” o “El hombre de hielo” entre otras. Tampoco tenían demasiado tiempo, es lo que tienen los festivales, pero si hubo tiempo para cambiarse los papeles, Carlos Escobedo a la batería y Manu Reyes a la percusión con dos tambores: una caja y un timbal.
El momento romántico vino justo después con “Náufrago”, dando protagonismo a la voz sin apenas sonido de guitarras, un emotivo tema que pone los pelos de punta. El intenso tramo final fue de mano de “Oxígeno”, “Arrepentido”, esperando que nadie lo estuviese esa noche, “Loco”, que es una de las que siempre pide la gente y “Sombras”.
Entre ellos hay complicidad, como si nada hubiese pasado años atrás, Carlos entonces se despidió presentando a sus compañeros, agradeciéndonos a todos nosotros el darles fuerza tras su vuelta a los escenarios y a Last Tour por hacer posible estar allí esa noche.
Sôber
Cinco minutos para la medianoche, el recinto del festival era un hervidero, se hacía casi imposible moverse por allí, más difícil cuanto más cerca del escenario, pero la euforia se desató en cuanto The Offspring puso un pie en el escenario y comenzaron a tocar “All I want”, seguida de “You’re gonna go far, kid”.
Pero lo que parecía que iba a ser una descarga enérgica y vibrante se fue desinflando por momentos, muchas pausas, algunas por el hecho de la gran cantidad de gente que se agolpaba en las primeras filas y que hicieron ceder alguna de las vallas delanteras, por lo que hubo que reforzarlas al instante y pedir calma.
Tras las pantallas se veía la marea de gente hasta bastante más atrás de las torres de sonido. No me sorprendió, estaba claro que iba a ser esto lo que ocurriese, así que por esta vez buscamos un sitio más “seguro” y alejado de lo que acostumbramos. Yo era una más de los casi 70.000 asistentes que no quería perdérselo.
Todo el mundo se lo estaba pasando en grande pero yo me esperaba algo más, incluso el sonido me pareció mucho más suave de como que habían sonado Sôber o Txarrena. La verdad es que el set-list era temazo tras temazo, como para pasarlo muy bien, pero ellos no le pusieron ni unas gotas de actitud.
Fueron desgranando el repertorio con temas de sobra conocidos, “Staring at the sun”, “Original Prankster”, “Hit that”… numerosos éxitos de los californianos. Dexter Holland se arrancó con algunas palabras en español tras “Americana” diciendo cosas como “somos los Offspring” o “estos chicos están locos”
Dijeron que se despedían con “The kids aren’t alright” y nos dedicaban un “viva Madrid, viva España” pero quedaban 15 minutos para finalizar su tiempo y se habían guardado dos para el final, estas fueron “Want you bad” y “Self steem”. Era la una y diez de la madrugada cuando se apagaron las luces del escenario, por fin podríamos movernos con normalidad por el Getafe Open Air.
The Offspring
Otro cambio de escenario, los horarios se cumplían con exactitud una vez más. Se notó que lo más gordo de la jornada ya había pasado pero a La Fuga también le esperaba mucha gente. Los temas nuevos siguen sin calar entre la mayoría del público porque aunque salieron directos con “Gripado corazón” no fue hasta el segundo tema, “Buscando en la basura”, y los siguientes, “Majareta” y “El manual”, cuando parecieron moverse más las primeras filas.
Pocos temas de su último disco, el primero con Pedro como vocalista, sonaron esa noche, parece que preferían dar más sitio a otros de su anterior etapa, tales como “Pedazo de morón”, “Las olas”, “No solo respirar” o la conmovedora “Por verte sonreír”, que hace cantar a todo el mundo. Se les veía cómodos, cada uno en su papel.
No faltó esa noche la versión que ya incluyeron en uno de sus discos de “Heroína” entre la que metieron un fragmento de “Juliette” de los Platero, para terminar el tema con “Heroína” otra vez. Una mezcla un tanto extraña que no me convenció.
Una de las nuevas que parece funcionar algo mejor, es “Arde el viernes” con la que apuntaron a la recta final que nos traía “Los molinos” y, como no incluirla, “P’aquí, p’allá” que terminó con confetis y serpentinas de colores saltando por los aires. Un grupo que a pesar de todas las idas y venidas, de todas las trabas y piedras en el camino, sigue vivo, afortunadamente para sus muchos fans.
La Fuga
A las dos y cuarto de la madrugada Jairo, conocido como Muchachito, su banda, la Bombo Infierno y Santos de Veracruz lo tenían todo preparado, el primero con su bombo, su guitarra y su sombrero, el último con su enorme lienzo, aún en blanco, sus pinceles y sus colores. Empezó con “El compadre” y la enlazó a “Si tú, si yo, si, no”. Casi todas las canciones parecen ir así, enlazadas, sin apenas pausas.
Siguieron a estas “Será mejor” y “Que mala suerte”, tras la que presentó a todos sus compañeros de escenario. Jairo tiene un manejo rápido de las cuerdas y de la palabra así que desde el primer minuto vimos un concierto veloz, muy vivo. Alguien me comentó una vez que sus conciertos tienen buena parte de improvisación, lo cual no me sorprendería en absoluto.
Muchos músicos forman parte de la Bombo Infierno en directo, desde el teclado, saxofón, trompetas, trombón hasta un contrabajo. “Sin vigilancia” y “Conversaciones incompatibles” dieron lugar a otra pequeña pausa para recibir a Los Delinqüentes y Tomasito, así que aprovecharon ese oportuno momento para tocar “Quitao” y “40 forajidos”, un par de temas de G5, el grupo que todos ellos formaron para grabar un disco hace unos años y del cual solo faltaba Kiko Veneno.
Tras esta amigable colaboración siguieron con “Paquito Tarantino”, “Más que breve” y “En el río”. El ritmo divertido de Muchachito y los suyos y la energía de sus directos, rumba ágil y algunos estribillos pegadizos enganchan a mucha gente en sus conciertos. A mi modo de ver, no consigue transmitir lo mismo en los discos. Canciones que en directo me parecen un cañón, en los discos no me convencen del mismo modo.
El dibujo de Santos de Veracruz ya estaba casi completo por lo tanto se acercaba el final. Este vino con “Luna”, “Tiempos modernos” y “Ojala no te hubiera conocido nunca”, tema que le lanzó al gran público. El lienzo ya tenía letras y el show de Muchachito punto y final. Se despidieron del público y de nuevo nos cambiamos de escenario.
Muchachito Bombo Infierno
Si Muchachito trae buen rollo, aún más traen otros catalanes, La Pegatina. He de decir que en principio no creí que fuesen a gustarme mucho pero menuda fiesta montaron, no había precisamente poca gente y pocos fueron los que no terminaron por unirse a la juerga. Así conocí temas como “Miranda”, “Muérdeme” o “Tomasín”.
Ritmos alegres, letras optimistas y desparpajo hacen de sus conciertos un espectáculo apto para todos los públicos. Aunque no eran horas para cualquier público, ya superábamos las tres y media pero ellos también parecían divertirse mucho así que no dejaron que decayese el ánimo. Sonaron, entre otros, “Alosque”, “Chocolate”, “Gat rumberu”… un variado repertorio que incluía temas de sus tres discos de estudio, el último, publicado este año.
“Foxy & Billy” le dio la voz a uno de los músicos de la banda aportando un aire discotequero muy guasón a la noche. Con su rollo verbenero han conseguido una legión de seguidores que cantaron cada estribillo y bailaron cada tema, pegadizos por cierto, como la animada “La sorranchera”, la simpática “¿Cómo explicarte?” y la ocurrente “Mari Carmen”, con la que echaron el resto y se despidieron.
La Pegatina
Mientras tocaba La Pegatina se anunció que The Locos estarían en el mismo escenario y no en el 1 como estaba previsto. Así que tocó esperar un rato mientras cambiaban un equipo por otro y mientras inflaban la mascota del grupo, que ocupa el fondo. Las fuerzas ya estaban al mínimo pero aguanté un poco más.
Empezaron con “Paletovisión”, una versión ska de “Don’t worry, be happy” y “Tradiciones”. A Pipi le costaba despertar del todo a los presentes, supongo que la mayoría andaban como yo, pero él y los suyos no dejaron de intentarlo con “Buscando líos”, “Surfin’ bird”, versión de The Trashmen y “Malo Juanito”. Después vino una muy simbólica, “Lloviendo idiotas” a la que siguieron “Carne para la picadora” y “Txus”, dos versiones de La Polla Records. No vinieron nada mal para remover al público.
A pesar de ser un grupo con letras cargadas de protestas como demuestran en “Prepotencia mundial” y de reivindicaciones, plasmadas por ejemplo en “Su indiferencia” también saben transmitir optimismo como ocurre con “Algo mejor”, siempre queda un rayito de esperanza. Y hablando de rayos, dedicaron también un canto al Rayo Vallecano, el equipo de sus amores.
Solo tienen un par de discos a la venta pero el tercero está a punto de ver la luz, tanto en Europa como en Sudamérica, y así nos los recordaron. Con él público mucho más entregado, a pesar de la difícil hora, remataron con ganas y fuerza tocando “Resistiré” y después formaron un gran pasillo de gente, separándolos a cada lado del escenario para después volver a llenarlo, corriendo los unos hacia los otros mientras sonaba “Como un animal”, la última de la noche.
También hoy quedaban varios grupos de versiones en la carpa (o escenario 3) pero eran las seis menos cuarto de la mañana y llevaba más de doce horas allí, creo que me había ganado unas horas de sueño así que me arrastré como pude hasta mi tienda de campaña. ¡Qué camino más largo! Buenas noches, Getafe, ¡hasta el año que viene!