Empezamos la jornada del viernes del Resurrection Fest con un sol radiante bajo una estampa veraniega, por consiguiente, calor y más calor en la zona de conciertos, cosa que nos obligó a llevarnos una gorra y a untarnos con crema solar para apaciguar en la medida posible los problemas acarreados por el astro rey.

Motörhead y Children of Bodom serían los platos fuertes de esta jornada, seguramente los culpables de que mucha gente se desplazase hasta Viveiro metiéndose entre pecho y espalda kilómetros y kilómetros. Y ahora al pueblo a desayunar y a pillar víveres en el supermercado cercano a la zona de acampada, para luego coger el autobús que nos acercaría al recinto, eso sí, previo pago de un euro.

El pistoletazo de salida lo darían Blaze Out e Intolerance, pero ambas actuaciones nos las perdimos llegando en el momento justo para ver la descarga de los franceses Dagoba.

Buena puesta en escena y perfecta comunicación con el numeroso público que se congregó a estas primeras horas dejando un recinto con muy buena imagen, demostrando que la gente no es perezosa y cuando un grupo gusta acuden a la hora que sea.

Aprovecharon su nuevo paso por la península para presentarnos los temas de su nuevo trabajo "Tales of The Black Dawn”, empezando con el primer single “The Sunset Curse”, un disco producido por Logan Mader (ex Machine Head), que ha conseguido a unos Dagoba más melódicos en una grabación con voces limpias con buenos momentos de cambios de ritmo. Y para finalizar, no se olvidaron de "Born Twice", uno de sus últimos videoclips.

Get Dead seguían en el escenario principal con un sonido punk hardcore melódico, poniendo toda la carne en el asador aprovechando su momento. Unas canciones muy lineales que terminó por cansarnos un poco, llegando a la recta final con un aburrimiento total, por eso tiramos para ver la actuación de nuestros amigos de Anestesia. Hay que agradecer al Resurrection por llevar a nuestras bandas más cercanas, ya en pasadas ediciones nos visitaron en este evento Cobra y Horn of The Rhino.

Más de 20 años en la escena musical, siempre, manteniendo un buen estado de forma y formando discos como puñales, el último, “Zirkulutik Espiralera”. Repasaron lo más exhaustivo de su discografía, con temas frenéticos como “Erantzun”, “Gu” o "Zaborra Gara” (Somos Basura), con un Mikel muy comunicador para ser media tarde, dejando perlas de la talla de ”somos más de patxaran, que de Jägermeister”, viendo que estaban rodeados por logotipos y demás historias del conocido licor de ciervo, es más, el escenario llevaba dicho nombre.

Entre tema y tema nos dejaron todo tipo de mensajes, la mayoría de carácter reflexivo del tipo “ningún Ataque sin Respuesta” o recriminando la represión policial. Un derroche de energía del cual ya estamos acostumbrados por verles tantas veces en directo, no dejando tiempo ni para el descanso ni para recoger aliento, y enchufando una tras otra temas como “Epaia” o “Gatubutasunean”, hasta llegar al último de ellos, otro de sus himnos que les ayudan a despedirse del personal, “Agur”.

El líder de los Municipal Wasted, Tony Foresta, hacía acto de presencia en el escenario principal con su otra formación, Iron Reagan, dentro de su primera gira por Europa con este nuevo proyecto. Sonido old school de hardcore directo, ante la atenta mirada del personaje de Ronald Reggan, presente en una extensa pancarta con el nombre de la banda. Comprometidos con la causa del anti producto americano, sus canciones tienen dicha temática con cierto aroma a crítica, con un Tony omnipresente siendo uno de los reyes del género al igual que el eterno Jello Biafra.

Dr Living Dead no tuvieron su día y sufrieron ocasionalmente problemas técnicos de sonido sobre todo en el inicio de la actuación. Su líder, compareciente con un pié escayolado, no le frenó para moverse de un lado al otro del escenario junto con sus compañeros, que aparecieron ataviados con las típicas caretas de invasores del espacio.

La nueva ola de bandas que practican el trash metal clásico está de actualidad, y Dr Living Dead es una de ellas, al igual que nuestros amigos de Angelus Apatrida, representados sobre el escenario con Guillermo Izquierdo, que estaba echando una mano a la banda.

En una de las ediciones del Leyendas del Rock coincidimos con ellos, en un show vivo y frenético, lamentablemente esta vez su actuación fue frenada en exceso, quizás sea por las circunstancias de su cantante o los problemas técnicos que al final cansan a uno. Seguramente tengamos la oportunidad de verles en otros escenarios y allí defiendan a capa y espada su propuesta como debe de ser.

Cambiamos de tercio con Kadavar, una de esas bandas que nos podemos encontrar en cualquier festival indistintamente del estilo musical, ya que su rock psicodélico o rock setentero pega con todo.

El trío alemán nos dejó abobados, creando un ambiente intimista que bien nos recuerda al Azkena Rock Festival, por cierto, allí les conocimos por primera vez. Sus influencias van desde Black Sabbath, Led Zeppelin a Deep Purple, aflorando una nutrida selección de temas con sabor añejo a hard rock y riffs versátiles con pasajes de encanto y electricidad.

Entre los temas más destacados que tocaron está el “Lord Of The Sky” , “Come Back Life” y “Doomsday Machine”, donde también resalta la soberbia lección que nos dio su batería, fundamental en la banda con una pegada y energía que ya muchos quisieran.

Hasta el momento una de las actuaciones más destacadas del día, pero aún tendríamos muchas cosas que ver, entre ellas, la vuelta a los escenarios de Backyard Babies.

Toxic Holocaust, revivió el ambiente de la tarde dando buena cera con su trash speed metal, manteniendo en todo momento vivas a las primeras filas. Llevan al pié del cañón desde 1999 y en sus espaldas cuelgan seis discos, el último ya tiene tres años de vida, “Chemistry  Of Consciouness”.

Misma estela y pálpito que otras formaciones similares como Exodus o Death, así lo demostraron el trío de Portland que supieron estar a la altura bien capitaneados por su rubio cantante y guitarrista, Joel Grind, en una salvaje actuación que iba a toda pastilla con temas como “Nuke The Cross” o “Agony Of The Damned”.

La vuelta a los escenarios de Backyard Babies estaba cantada, y si lo hacen con un nuevo disco bajo el brazo, mejor que mejor, "Four by Four" así se titula y la fecha de salida está programada para el próximo 28 de agosto tras seis años de silencio.

Parece ser que su dos líderes, Dregen y Nicke Borg, han cerrado heridas y ahora se dedican a lo que se tienen que dedicar, a dar conciertos como el que realizaron en el Resurrection, con una perfecta conexión sobre el escenario que fueron a demostrar desde las primeras de cambios, lanzando el primer single de su nuevo disco “Thirteen Of Nothing”, elevando las temperaturas a base del mejor rock escandinavo.

Por delante una hora de emociones que les llevaron en volandas hacia el triunfo, gracias a sus éxitos "Highlights" de su anterior trabajo o "Dysfunctional Profesional" en una línea más melódica. Rock lleno de energía que vino con una sorpresa y anuncio ya que nos visitarán el próximo mes de noviembre, no sin antes tocar en el Leyendas del Rock, festival que recientemente celebró su edición del 2015.

D.R.I, legendaria banda de crossover trash metal, salían a escena, el paso de los años no les ha afectado para nada y ahí siguen dando leña desde el 82 con esos carismáticos miembros como son Spike Cassidy y su cantante Kurt Brech, eso sí, llevan viviendo de sus primeros discos como les pasa a cientos y cientos de bandas del siglo pasado. Llevan sin grabar desde el 2010, que es cuando editaron el “Thrashing Hard At The Bluebird Thearter”.

Sus temas gozan de risueñas letras divertidas, enfocadas en el contexto social con cierto ironismo bajo un sonido primitivo del género. Sonaron entre otras tantas “Who Am I”, “Thrashard” y “Beneath The Wheel”, consiguiendo algunos pogos potenciados por los fieles seguidores de la vieja escuela, que les pusieron en el trono que se merecen.

Minutos más tarde, sobre las nueve y media de la tarde, salían a escena Motörhead, cogiendo sus puestos rápidamente, Mikkey Dee a la batería, Phil Campbell en la izquierda con su guitarra y a la derecha Lemmy Kilmister.

Por delante teníamos catorce temas llenos de actitud y rebeldía, empezando a ritmo de "We are Mötorhead" viendo a una formación estática, lo únicos movimientos eran los paseos de Phil y Lemmy en contadas ocasiones. Lemmy dentro de sus registros habituales, voz rota y gestos dentro de lo normal, con un set list ideal para festivales donde sonaron todos los clásicos de la banda, empezando por "Damage Case", "Stay Clean" o "Metropolis" de su álbum "Mötorhead", más "Over the Top" del clásico "Bomber", dejando poco espacio para los temas más recientes.

Avanzaba el concierto y acabaron con el primer bloque de canciones con un sólo de guitarra, el segundo bloque fue con un sólo de batería, todo calculado al milímetro sin perder contundencia, salvo los temas con cierto brillo blues, entre ellos "Lost Woman Blues".

Su nuevo disco está a punto de caer, casualidades de la vida hacen que sea a final del mes de agosto con el nombre de "Bad Magic", el número 22 en su cuenta, además esta novedad les obligará a programar una gira mundial en la que España está invitada con dos fechas, Barcelona y Madrid, junto con Saxon y Girlsschool.

Recta final a fuego con "Ace of Spades" y "Overkill", perpetuos himnos generacionales que no tienen fecha de caducidad. Una vez más Lemmy cumplió y parece ser que tiene cuerda para rato.

Pasando rápidamente a otro sopapo de contundencia con son los legendarios Nuclear Assault, otros que siguen siendo fieles al crossover trash metal de toda la vida. Un nuevo pulso por retroceder hacia nuestra adolescencia, quemando canciones como cartuchos de energía siendo esta una actuación que recordaremos junto con la de Children of Bodom e In Flames.

No dejamos pasar la oportunidad de reencontrarnos con 7 Seconds, asiduos al festival y que llegamos a verles en el ecuador de su concierto. Presenciamos que siguen manteniendo viva la llama de hardcore clásico, con rapidez características y temas crudos que se alinean a la perfección, más otros encaminados a una onda melódica y rockera, un menú degustación que disfrutamos en apenas una hora de actuación, un buen rato para calentarnos y prepararnos para Children of Bodom.

Children of Bodom, que en octubre visitarán nuestro país para presentarnos su noveno disco "I Worship Chaos", sufrieron varios problemas técnicos, entre ellos el teclado, que su sonido no salía para fuera.

Una vez más, una de las actuaciones estelares más esperadas pasó desapercibida, los problemas de sonido cogen protagonismo ante otras muchas cosas, menos mal que se apaciguaron en el ecuador de su actuación. Su cantante, muy estático, al igual que el resto de sus compañeros, dieron más importancia el poder técnico que el espectáculo en sí.

De todas formas, su línea death melódico no defraudó en ningún momento, notas rápidas sin fisuras demostrando una vez más que las canciones "Hate Me!" o "Every Time i Die" tienen magia, descuartizando su lado agónico y oscuro.

A los legendarios Terror no llegamos a verlos, optamos por reponer fuerzas para afrontar con energía la recta final del día, empezando con los In Flames, que prepararon su concierto con un gran espectáculo de efectos de luz.

Banda capaz de camuflar melodías y registros guturales en una línea más comercial que llevan practicando en la actual etapa de la banda. Anders Fridén es un frontman muy versátil que consigue que los temas rozasen la perfección, más el humo y las luces, que siempre juegan a su favor.

16 temas tenían por delante, de primeras uno de sus himnos "Only For the Weak", luego algunos de su último disco en estudio "Siren Charms", que tuvo presencia en los primeros compases del concierto con "Everythings Done" o "Paralyzed", para luego volcarse en las últimas grabaciones, eso sí, rescatando pistas de hace más de seis años como "My Sweet Shadow" que fue con la que se despidieron.

La anécdota del concierto vino de la mando de un fan que cantó con ellos el "Take This Live", estando a la altura de las circunstancias, hasta el mismo Fridén le felicitó. Seguramente este fan no olvidará este momento y es que In Flamen siempre se han caracterizado por cuidar a su público, siempre vigilantes y siempre con estos detalles, otro fue cuando se pararon para leer una pancarta que había en las primeras filas.

Quizás su peso comercial les haga estar más cómodos y llegar a más gante, así llenarán pabellones, eso fijo.

Ya estábamos de retirada, pero antes vimos a los Exploited, que curiosamente hacía dos meses que les vimos en la Sala Jimmy Jazz de Vitoria-Gasteiz, esta vez con un repertorio más corto y clásico, ante un público que estaba decidiendo si continuar con la fiesta o tomar el camino del descanso.

Wattie Buchan, cantante, sigue estando a un buen nivel de registros, y como no, de energía, tras el susto que nos pegó por el conocido episodio de infarto que sufrió durante la gira pasada. Siguen demostrando que son uno de los iconos del punk inglés y que todavía son capaces de enganchar a nuevas generaciones.

Escuchamos temas de la talla de “Fuck The System”, “Fuck The Usa” o “Sex Violence” que hilaban el alboroto y los últimos circle spits de la noche.

Así concluimos la jornada del jueves del Resurrection Fest, nos retiramos a tiempo para no sufrir las largas colas a la hora de coger el bus con destino a la acampada, ahora a descansar y dar lo máximo en la última jornada del festival.