La modalidad metal del Villa de Bilbao comenzó el pasado viernes 23 de septiembre, donde veremos en las próximas cinco semanas una nueva oleada de bandas emergentes de la variada rama que tiene este estilo, desde el metal alternativo al trash metal, del hard rock al metal industrial e incluso sumergirnos en los sonidos más duros del black metal o death metal melódico. Una rica y variada diversidad de estilos, muchos grupos que “lucharán” para ser elegidos entre los tres candidatos que lleguen a la ilusionada final, y por supuesto, ganar esta 28 edición del prestigioso concurso musical.

Público variado y expectante esperaban en la entrada del templo llamado Bilborock (algunos más de veinte minutos esperando a que comenzara), quizás llegamos a la media entrada, muy expectantes, queríamos ver lo que este año había seleccionado el jurado entre las 122 formaciones que se presentaron, tanto nacionales como internacionales (Italia, Suecia, incluso fuera de la zona euro).

Las dos primeras bandas de esta modalidad fueron los madrileños Hiranya y los alicantinos Mind Driller, y de nuevo nos encontramos con otro cambio respecto al folleto informativo, que indicaba que esa noche tocaban los bizkaínos Orion Child, pero la realidad es que su presencia en el Villa es la semana próxima, digamos que intercambiaron papeles con Hiranya que, por cierto, fueron los primeros en salir.

Joven formación de cinco miembros, con Sara como voz principal, su música pude ir desde el death metal melódico tipo Arch Enemy hasta los sonidos más alternativos de formaciones como Paramore. En total tocaron seis temas, los justos para comprobar que esta banda, con un primer disco editado llamado “Breathe In”, puede llegar muy lejos si siguen trabajando duro sin perder la ilusión y labrarse un camino gira tras gira.

Escuchamos “Falling Letters” y “War” entre los primeros temas, una toma de contacto que fueron hilando como tal tela de araña, las canciones salieron unidas y eso es una baza importante para no perder ni un segundo, recordar, estamos en un concurso con tiempo limitado.

Temas con estructura y desarrollos largos, cambios de ritmo y registros melódicos y agresivos, muy lejos a un mensaje gutural, es decir, un equilibrio perfecto que goza de una gran personalidad. Luego pasamos a la melodía con “Shoeless”, que fue presentada apareciendo las primeras palabras de los madrileños, también “Fire”, encajando una esencia alternativa americana.

Coros por parte de su bajista para reforzar los temas y darles más fuerza, para ir terminado con “False God”, buena base rítmica soltándose los músicos sobre el escenario, esto iba acabando. “Lost” cerró la contienda, intensificando giros continuos, melodía agresiva y fuerza abrasiva, y mientras tanto, el público se iba moviendo por las primeras filas despertando el tono festivo que impusieron estos madrileños.

Desde Alicante venían directamente los Mind Driller, que desde el principio nos metieron en el bolsillo con un impacto visual sobresaliente, una puesta en escena que nos narraba de forma teatral los siente temas que tocaron en total.

Son seis, entre ellos tres cantantes, empezando por Estefanía Aledo en tonos más melódicos, V y Daniel en tonos más intensos, cabalgando en unos terrenos con influencias bien visibles de bandas internacionales como Rammstein, Coal Chamber y Evanescence, una coctelera de sonidos que en los 90 irrumpían con fuerza por todo el mundo.

Ya desde el principio nos sorprendieron con la introducción, su bajista Pharaoh y su guitarrista Javix, salían a escena con unas máscaras rojas de carnaval veneciano, para luego aparecer uno de sus cantantes rompiendo desde dentro ya que estaba escondido en una caja de regalo que minutos antes pusieron sobre el escenario.

Tienen temas en inglés y también en alemán, con dos discos editados hasta la fecha tal como nos comentaron nada más empezar, dando protagonismo al último llamado “Zirkus”, que, por cierto, fue el tema con el que dieron el pistoletazo de salida ante un show divertido, quizás el mejor que haya visto en este concurso a lo largo de los años, y creerme, son muchos! y eso de agradecer, que una banda se preocupe al máximo de estos detalles, porque al final, siempre suman.

El circo comenzaba, uno de los cantantes de apoderó de un megáfono para dar paso rápidamente al segundo de los temas “Lugmich an”, muy en la onda de los sonidos industriales de Rammstein, incluso se escuchaba de fondo una gaita, luego dieron paso a un-metal con secuencias grabadas en forma de samplers.

Máscara de gas también llevaron y dieron rienda suelta a su imaginación con un escenario que bien podíamos situar en la Matanza de Texas, con delantales llenos de sangre, máscaras terroríficas y un pene de goma por fuera del pantalón de uno de los cantantes, tocaba el turno de “Psycho”, con sonidos comerciales del género con una parte melódica a tener en cuenta.

“Ich Bin Anders!” marcando su sonido de la parte germana, para luego afrontar la parte final en una línea variada y alternativa, un corte más un-metal con ”The Solution” y “My Own Law”, donde todo el grupo se puso a saltar, también sufrieron una pequeña parada técnica para pedir a la mesa de sonido que subiera los sonidos de secuencia por los monitores ya que no los oían, fueron unos segundos de nervios..

Y para el final, “Escape”, experimentando con el rap metal del lado de Clawfinger, mientras escuchábamos una secuencia de niños cantando en los intervalos de parada que tiene este tema. Al final, ellos felices nos saludaron a pie de escenario, y se despedían con los deberes cumplidos soñando estar en la deseada final.