Corría el año 2002 cuando nos aventuramos por primera vez a escribir y a sacar fotos del Rebujas Rock de San Mateo de Buelna (Cantabria). 14 años después empezamos esta crónica de su XX Aniversario, nosotros empezamos hablando sobre este evento hace mucho, ellos comenzaron a organizarlo un “poquito antes”. Lo primero de todo es una simple y llana palabra, pero muy significativa: ¡¡Felicidades!!. Es importante felicitar a la gente cuando con el paso de los años hacen las cosas cada vez mejor, cuando mantienen vivo un festival, cuando son referente en todo el Estado y cuando les hemos visto crecer, mejorar y superarse edición tras edición. Yo me siento del Rebujas, para mí es EL FESTIVAL DE FESTIVALES. Me hacen sentirme muy orgullosa, como si yo tuviese algo que ver en todo el tinglado que montan, ¡¡jejejeje!!. Aunque en cierto modo me gustan las personas que son un espejo en el que mirarse, las admiro profundamente.

Para mí ir al Rebujas Rock es una cita ineludible año tras año. Tengo que decir, con toda la sinceridad del mundo, que me suele dar exactamente igual quién toque o deje de tocar. Todos los años hay por lo menos un grupo que me entusiasma y con eso ya me vale, y normalmente me suele gustar más de la mitad del cartel o el cartel al completo. Este año me parecía sublime y así finalmente se vio reflejado en la respuesta de 15000 personas que se personaron en esta 20ª Edición. Pero el Rebujas yo lo vivo como algo mucho más grande, intenso y emocionante que el hecho de ver a unas buenas bandas, es un festival vivo donde te encuentras con muchísima gente que ves de año en año, y donde el buen ambiente preside toda la jornada, entre otras muchas cosas que se podrían comentar. El Rebujas me ha dado momentos y recuerdos inolvidables y eso no se paga ni con todo el oro del mundo.¡El Rebujas Rock es mucho más que música!.

A toro pasado debo comentar que me llegué a emocionar, cosas de la vida, una cada vez se emociona más fácilmente. Pero es que cuando llegaron las 4 de la madrugada, haciendo balance, me di cuenta de que habíamos visto unos conciertazos de esos que quitan el hipo, porque Rat-Zinger y Lendakaris Muertos nos dieron un par de bofetadas bien dadas y el resto de los grupos también dejaron el pabellón muy alto. Pero, bueno, ya comentaremos luego grupo por grupo, aunque es inevitable decir que en general todos dieron un espectáculo digno de mención.

No me queda más que felicitar a la organización del Rebujas Rock: ¡¡Mi más sincera enhorabuena!!. ¡¡Sois muy grandes!!. En Insonoro brindamos porque nos volvamos a encontrar en septiembre por lo menos unos 20 años más. Como dice Marea: “Mi casa está donde estás tú” y nosotros en San Mateo nos sentimos como en casa. ¡¡Gracias por todo!!.

Y quería acabar estas líneas, comentando una cosa que aunque “ensombrece” un poco estas bonitas palabras, tengo que decir porque si no lo digo reviento. Me gustaría que las personas que vienen al festival tuviesen el detalle de utilizar los contenedores de basura. El espectáculo era dantesco al finalizar la noche, el prado lleno de vasos, bolsas… Practiquemos un poco la empatía, a ver si a los demás os gustaría ver vuestra casa llena de basura. Está claro que en unas pocas horas llegarían unas cuantas personas a limpiar esa cerdada, pero esa no es la cuestión. Hay que cuidar un poco lo que nos ofrecen con tanto cariño y sin pedir nada a cambio.

La verdad es que me alegre mucho cuando Sez Naus fueron los elegidos para abrir el Rebujas Rock 2016, porque, al margen que me una cierta amistad con la banda y que los sigo casi desde que empezaron, era el premio a la constancia y al trabajo bien hecho.

Pero los de Suances no se iban a quedar mirándose al ombligo, sino que prepararon concienzudamente este concierto y, a tenor de lo visto, pueden estar muy satisfechos.

La cosa empezó muy bien porque exactamente a la hora fijada la banda estaba comenzando su actuación; creo que en las 12 veces que he ido a este festival nunca había visto una puntualidad tan extrema.

Dado lo puntual del comienzo y lo temprano que era, aun mucha gente estaba en otros quehaceres, pero Joaki, vocalista y guitarra de la banda se encargó de animar a la gente a que se acercará diciendo las diferentes provincias que estaban presentes; una forma muy original y sobre todo efectiva de comenzar el festival, ya que el recinto fue cogiendo ambiente.

La actuación la comenzaron como suele ser habitual con “Nada tienes” y “Cuadros”, en los que ya se vio a la banda bastante asentada y con una serenidad absoluta para estar actuando ante tanta gente.

Si alguien aun no se había enganchado a su música, adelantaron su versión del “Killing in the name” de Rage Against The Machine, para así enganchar a los más despistados, haciéndonos botar a todos los presentes.

Tras el agradecimiento a la organización del Rebujas, interpretaron “Carroñeros” y “Todo suma”, antes de que sonará ese temazo que es “Sandy Hook”.

Como aquello era una fiesta, tras interpretar “Sol”, la banda saco unos botes con humo verde para interpretar “Pornonuclear” y comenzar a despedirse con “El aprendiz”, no sin antes invitar a los asistentes a pasar por su puesto de merchandising.

Su actuación concluyó con la sorprendente versión del “¿Por qué te vas? de Jeannette, en mitad de la cual dividieron al público en dos, para formar un Wall of death, mientras soltaban chipas desde el escenario. Una forma muy espectacular de acabar el concierto.

He visto muchas veces a la banda pero ninguna me ha dejado tan contento como la de ese día, donde toda la banda estuvo fantástica; el mejor concierto con mucho que les he visto

Estoy seguro que esta actuación va a marcar un antes y un después en la trayectoria de la banda.

Desde Asturias con su contundente Punk-Rock llegaron Misiva para darnos una buena lección, una muestra viva de algo que a veces se nos olvida y que deberíamos tener más presente: A veces 80 años de carrera no implican ser muchísimo mejor. Hay grupos, como ellos, que demuestran mucho con apenas 3 discos, grupos que están iniciando una carrera y que derrochan toneladas de talento.

A Misiva les había visto unas cuantas veces en directo pero no sé por qué en el Rebujas me hicieron pensar que eran mucho más buenos de lo que yo recordaba. Les noté muy compactos, demostrando energía y buen hacer, poniendo los puntos sobre las “ies” y con una solidez que me dio mucho que pensar. Misiva es en definitiva un grupo a tener en cuenta. Ellos salieron a actuar los segundos, en un festival que va a quedar siempre en la memoria de todos, y supieron dejar una huella en el público. ¡¡Enhorabuena!!.

Empezaron el concierto en castellano para finalizarlo en asturiano, no sin antes “pedir permiso” para tomarse la licencia. ¡¡Faltaría más!!. Cómo no vamos a dejarles expresarse en su lengua. De todos modos, creo que teníamos pocas opciones a decir que no, ¡¡jejeje!!. En castellano, en asturiano, en chino mandarín, en turco o en inglés, Misiva conquistan con sus canciones. Aquella tarde pudimos escuchar las melodías de temas como “Invencibles”, que da título a su último disco, y que grabaron en castellano y asturiano, “Pexes inertes”, “Eches a correr” o “Gran mentira”, de título homónimo a su segundo trabajo de estudio.

La verdad es que sus discos tienen mucha calidad y saben plasmar a la perfección ese carácter en directo. Para los que no les conozcáis todavía (algo difícil de creer) en su web está disponible toda su música para que os la descarguéis: www.misivapunkrock.com. ¡Hacedlo!. Estoy segura de que os van a gustar.

Desastre, estos chicos más que cabeza de cartel, son los cabezones del cartel, año tras año insisten en repetir y, literalmente, ya ni ellos saben la de ediciones que llevan subiendo a la tierruca a celebrar el Rebujas, con las gentes de la asociación que tanto les quiere y que incluso dedicaron un callejón a los de Usera. Así pasó, que los madrileños saltaron al escenario a comerse el mundo empezando por San Mateo de Buena.

El concierto se abrió con “Manicomio” y bastante más público a esas horas que en pasadas ediciones. Pasamos de la “Acción” al “Mal Trago”, entre bailes, botes y algún kalimotxo volador (a algunos parece que se lo regalan). Por su puesto no faltaron “De pena”, “África” o “Tambores de guerra” y en “Soltando lastre” llegó uno de los momentos más emocionantes de la noche, un jovencísimo Marcos, baquetas en mano, se sentó en la batería para demostrarnos que la edad no está reñida con la música y que a pesar de que en unas horitas para cumpliría los 13 años, Marcos se ganó a pulso el mejor regalo de cumpleaños que se puede tener: que todo un festival coree tu nombre al unísono ¡Cuántos músicos llevan toda la vida tocando y nunca lo han conseguido!

Y es que siempre da gusto ver a Desastre en directo porque son un puto clásico del rock urbano que, a día de hoy, siguen con el mismo buen rollo y las mismas ganas que hace más de veinte años, por eso pueden cantar “Como la espuma” tantas veces como quieran que es una letra que no les va a afectar en su vida. Uno de los momentos más esperados y divertidos en los conciertos de Desastre es “El loro” (que mono el loro colorao) que siempre hace bailar a propios y extraños, que vino seguido de “Resistiré”, que ahora llevan apadrinada gracias a su proyecto Resistencia 67, donde han compartido escenario y giras con otras bandas como Cäscarrabias y Sonotones tras dejar fuera a Sublevados. Porque ellos son así, lo mismo te hacen una versión de los Thin Lizzy que de El Dúo dinámico.

Si hay una banda sonora para el Rebujas es el “Que no amanezca” dedicada al festival y visita obligada a las tablas de la gente de la organización y de Héctor, un gran fan de la banda que fue el que más lo disfrutó. Terminaron con “Me piro” entre gritos, aplausos y un salto espectacular que pegó Alfonso al público a pesar de que el escenario contaba con un foso más que considerable.

Llegó el turno de que Lendakaris Muertos se adueñasen del escenario y de que el desfase y la diversión tomaran el Rebujas Rock. No hay sorpresas en un concierto de los Lendas ni falta que les hace. El suyo fue un show adrenalínico y visceral, donde el público se enganchó desde la primera nota. Arrancaron con “Tenemos A La Pasma” y fusilaron sin descanso un abarrotado setlist en el que tuvieron cabida los clásicos imprescindibles y un buen puñado de temas de su último disco, que la concurrencia coreó con igual ímpetu demostrando tener la lección perfectamente aprendida.

Infatigable como siempre, Aitor Ibarretxe cantó, saltó, provocó y se mezcló con el público, haciendo gala de una capacidad innata para crear vínculos con sus seguidores, quienes entraron al trapo a sus envites cual Mihura en “modo Dios”. Queda para estudio su extraordinario talento para seguir cantado como si tal cosa, esté siendo zarandeado por el público, pegando botes en el escenario o tropezándose con algún cable.

Mientras Aitor subía y bajaba incesantemente desapareciendo entre el público, Jokin, Potxeta y Joxemi, salto va y salto viene, mantenían sin pausa una intensidad arrolladora. Como manda la tradición, terminaron el concierto con “Oso Panda”, el himno por excelencia, dejando tras de sí un reguero de gente sudada y sonriente, con ganas de más, pero agotados tras un encontronazo con una banda que, actuación tras actuación, sigue sumando adeptos a su locura. God save the Lendakaris.

La Raíz posiblemente sea el grupo más deseado por los festivales cántabros en llevarles a sus correspondientes ediciones, son muchos intentos, pero al final el que se llevó el gato al agua fue el Rebujas Rock en su vigésima edición, una buena noticia para los seguidores norteños, poder ver en nuestras tierras a la banda del momento, era su primera visita y esperemos que no la última.

Sin duda fueron la banda que más gente congregaron en la campa del festival, cientos y cientos de personas, mejor dicho, miles y miles hasta llegar a cifras nunca vistas en San Mateo, una burrada, fueras por donde fueras había muchísima gente, en su mayoría jóvenes con ganas de cantar, gritar y subir el puño en alto.

Venían a presentarnos su último álbum “Entre Poetas y Presos” a Cantabria, mejor dicho, a presentarse ellos en sociedad, y para la ocasión eligieron un set list de lo más completo, empezando con “Entre Poetas y Presos”, “Borracha y Callejera” del disco “Así en el Cielo como en la Selva”, y “La Voz del Pueblo” de su segundo disco, estas tres fueron el primer bloque en el que se metieron al público en el bolsillo.

Bajo banderas republicanas por parte del público, siguieron transmitiendo su mensaje ante la fiesta acumulada que justo después de terminar dejo kilos y kilos de basura en el suelo (¡respetar el entorno, cojones!).

Fiesta y más fiesta a base de temazos “Nos Volveremos a ver”, “Por Favor” o “Jilgueros”, también tiempo para los agradecimientos y la reclamación popular con mensaje, en definitiva, más de 20 canciones que mucho tiempo, eso fue lo malo a mi parecer, se hizo el concierto demasiado largo. ¿nos estaremos haciendo mayores y tanto movimiento nos gana?, puede ser.

El fin llegó con “Nuestra Nación”, “Rueda la Corona” con sus cuatro cantantes al frente y “La Hoguera de los Continentes”.. punto y final. La Raíz es la banda del momento, es el grupo con más progresión que ha tenido este país en los últimos años y en el Rebujas lo demostraron, me quedo con cosas positivas entre ellas la cantidad de jóvenes que arrastran y a los que les llega su mensaje, y eso, muy poquitos grupos lo logran.

Tras la música más tranquila de La Raíz, éramos muchos los que necesitábamos un poco más de caña, para irnos contentos para casa y que mejor banda que Rat-Zinger para animarnos. Pensaba que iba a haber una desbandada tras la actuación de los valencianos y más cuando el cambio y la prueba se demoraron un poco; sin embargo cuando comenzó la actuación de los vascos aquello estaba prácticamente lleno.

Era la segunda vez que los veía y las dos en pocos meses, ya que fue en nuestra fiesta Insonoro de abril; la verdad es que de entrada la presencia escénica es mucho más visual y espectacular en un festival de todas todas.

Tras una introducción, comenzaron con “Dios salve a Ronnie Biggs”, “Dicen que soy” y “Aplastándote”, tras la cual la gente se empezó a animar aun más.

Tras “Apártate”, escuche por primera vez en directo “No soy de Nazareth” y “Uno de los nuestros”, dos canciones de su “Larga vida al infierno”, que salió en abril de este año.

Una de las canciones que más me gustan es “No habrá piedad para nadie”, tras la que sonó “Chivo loco”, antes de volver a su actual trabajo con “Únete al terror” y “Electrozombie”.

Tras interpretar “L.E.Y”, desaparecieron unos segundos mientras sonaba una locución y volver disfrazados de curas para tocar otra de mis favoritas como es “Amen”.

Con “Larga vida al infierno”, la lluvia, que había estado ausente durante todo el festival hizo acto de presencia de manera intermitente.

La genial “Patria”, nos llevo a “En su trozo de tierra”, para luego agradecer a Nacho, el batería que estaba echándoles una mano esa noche, antes de interpretar “El Kaos en mi”.

Nos lo estábamos pasando genial con todo el mundo divirtiéndose pese a la lluvia y las horas acumuladas de festival con canciones como “Narcosanto” o “Mi navaja”.

Pero cuando iban a interpretar “Rock and roll para hijos de perra”, hubo algún problema eléctrico debido al agua que estaba cayendo dentro del escenario y que estuvo a punto de cargarse el festival; con todos los presentes cantando el estribillo y la banda, desesperada por esta incidencia, yéndose al ver que no era posible seguir, volvió la luz y pudieron dejar el concierto por donde iba.

A la banda aun la quedaban tres joyas a cual mejor para acabar la actuación: “¿Tenéis speed?”, “Odio tu puta nación”, con la que me deje lo poco que me quedaba de voz y “9 Mm”.

Cuando ya me marchaba del lugar, y pese a que nunca lo hacen y de hecho en el setlist no había más canciones, hicieron dos más en forma de bis: “Soy un Kalashnikov” y “Sicario del santo padre”.

Tras estas dos canciones la banda se marcho definitivamente, dejándonos, a los que aun aguantábamos, una sensación de ver a una gran banda en directo; si hace seis mese me gustaron, esta vez me encantaron.

Y así termino una edición esta del XX Rebujas Rock, en la que todo ha salido genial: puntualidad exquisita (el festival acabó casi hora y media antes de lo que suele ser habitual), muy buen rollo entre los asistentes (si te empujaban te pedían perdón) y una gran afluencia de gente, que hace aventurar que tenemos Rebujas para rato. Que así sea y que nosotros estemos ahí para verlo.