Por fin llegó el fin de semana en que se celebraba el Primitive Noise en su tercera edición y que este año nos deparaba la novedad de que las dos jornadas se llevaban a cabo en el mismo fin de semana y no en fines de semana contiguos como en años anteriores. El objetivo era facilitar las cosas a la gente que pudiera venir de fuera de Cantabria.
Casualidades de la vida ese día salí muy tarde de trabajar (es lo que tiene trabajar de cara al público) y cuando quise llegar a Santander eran cerca de las 22.00; como era de prever, eso suponía que, al menos, a un grupo me había perdido.
Al llegar al Rock Beer The New vi mucha gente en la calle, lo cual hacía presagiar una buena presencia de público como así fue: según me comentaron más tarde, un centenar de personas asistiríamos a esta primera jornada.
Al acceder al interior vi como Cüter, que acababan de terminar su actuación unos minutos antes, estaban recogiendo, al mismo tiempo que Voltaje Cadáver iban preparando sus cosas.
Me disculpé con la gente de Cüter, ya que es una banda que, las dos veces que les he visto bajo este nombre, me han gustado mucho. Según me dijeron algunos de los presentes la banda había gustado mucho y parece que poco a poco van dándose a conocer. Son muy buenos y se lo merecen.
La presencia de los anteriormente citados Cüter y de la banda que iba a actuar a continuación, Voltaje Cadáver, ambos de Torrelavega, hizo que se diera cita en el local mucha gente de la capital del Besaya y es que allí no es fácil ver conciertos en directo y menos de estos sonidos.
Como ya comenté la anterior vez que les vi este año, estamos ante gente con mucha experiencia musical y que lo que hacen lo hacen muy bien y les gusta mucho cuidar los detalles.
Desde el principio la banda deja patente la potencia musical de sus canciones, con Manu que demuestra porque es un vocalista tan apreciado y con Panchi demostrando lo grandísimo batería que es, sin desmerecer al resto de la banda, que suena atronadora.
No faltó en su repertorio “Nos gusta la mugre”, a la que siguió “El hombre venido a menos”, que, según dijeron, hacía mucho que no tocaban y “Escupiendo fuego”.
Siguieron avanzando en su actuación con “Ciudad industrial” y “Lobos callejeros”, en la que anunciaron que estaban acabando de grabar su primera referencia y que esperamos con muchas ganas.
El broche final de sus 45 minutos vino con los primeros acordes del “Love bites” de Judas Priest, para interpretar su última canción, que termino de manera muy intensa con unos sonidos cercanos al Doom.
Sigo creyendo que es una banda con un nivel altísimo y que los amantes de los sonidos cañeros en Cantabria van a tener en ellos a una de sus bandas favoritas. ¡¡Muy buenos!!
Voltaje Cadáver
Tras la actuación de los cántabros, llegaba el turno de los madrileños Perräs Salvajes, que, tras una ligera demora en los cambios, comenzaron su actuación a saco, con la vocalista, igual que antes lo hizo Manu, cantando entre el público.
Apenas había oído alguna cosa por el Bandcamp de la banda, y si ya de por si me habían gustado, en directo me convencieron plenamente.
Repasaron sus más de 7 años como banda (antes se llamaban Wild Dögs), centrándose en su último LP editado hace dos años y que lleva por título “La noche es más oscura justo antes del amanecer” y del que tocaron canciones como “Más allá de nuestros ombligos” o “La calle y la noche también son nuestras”.
Sus letras son bastante combativas, con críticas al machismo, la miseria, la decadencia y en favor de la lucha y la superación, todo ello con canciones cortas, pero muy intensas.
Su vocalista cantaba de manera enérgica, como si la fuera la vida en ella, bien arropada por la bajista en los coros, sin olvidar al resto de los integrantes que no pararon de dar tiza en la media hora de actuación; ni siquiera algún problemilla con el micro pudo con la cantante.
Tras tocar “Demasiada presión” de su disco homónimo del 2012 acabaron su repertorio, pero por aclamación popular volvieron a tocar un par de canciones más, dando por concluida la velada esta banda de Madrid, que, si te gusta el Punk y el Hardcore con algo de Crust, te enganchará.
Y así concluía esta primera jornada; en la que todo había salido a pedir de boca.
Perräs Salvajes
La jornada del sábado, sin las prisas del día anterior, fui al Rock Beer The New con tiempo, para así poder charlar un poco con la gente y con la duda de si la asistencia al evento sería similar a la del día anterior o bien sería diferente.
De entrada hay que decir que el tipo de público, aunque algunos repetimos, era totalmente diferente, ya que esta noche era noche de Death y de Grindcore; afortunadamente la gente respondió, y, aunque no hubo tanta afluencia como el día anterior, estuvo cerca.
La primera banda era los anfitriones del festival, Dalle Killers, a los que hacía mucho tiempo que no les veía, habiendo sacado el pasado año un disco compartido con los venezolanos Optofobía.
Además, aunque siguen en formato trío, ahora cuentan con Charly de Undernoise a las guitarras y voces, alternándose con el bajista Loko, que, junto a Bertón a la batería, llevan en la banda desde su fundación hace 6 años.
Su repertorio repasó sus trabajos publicados, el mencionado Split y “Gore and roll” del 2013, junto a canciones que no había oído anteriormente como “Sangría de sangre” o “El merodeador nocturno”, que nos muestran unas composiciones más elaboradas, pero sin apartarse de su sonido.
Las canciones más aclamadas por los presentes fueron “Defecaciones bíblicas”, “Posser de mierda” y “Collar intestinal”, aunque yo eche en falta “Dorancel Vargas”.
Su concierto fue muy corto, sin llegar a la media hora, pero muy contundente y dejándome no solo con ganas no solo de volver a verlos sino también de tener nuevo material de la banda
Gran comienzo de jornada.
Apenas había escuchado algo de la siguiente banda: Bokluk. De entrada, nada más subirse al escenario me di cuenta que el bajista era el mismo de Come Back From The Dead, que tocaron en la fiesta presentación de este festival dos semanas antes.
La banda lleva en activo 5 años y han editado una demo, un LP y un Ep, este último llamado “Intra - Vital Derangement”, que sacaron el pasado año y que fue el que se llevó el mayor protagonismo de la velada. Como nota curiosa cuando fui a comprarlo ya no les quedaba.
Desde el comienzo llamó la atención la intensidad con la que tocaba su batería, una autentica bestia parda con las baquetas y su cantante, que no paraba de animar a los asistentes.
Entre sus intensas y potentes canciones encontramos muy buenos temas, e incluso se atrevieron a presentar algún tema nuevo, que la verdad tiene muy buena pinta.
La gente se lo estaba pasando en grande moviéndose alrededor del escenario e incluso llevando al cantante a hombros, y la cosa se calentó aún más cuando sonaron los primeros acordes del “Troops of doom” de Sepultura.
Desgraciadamente su concierto terminaba tras cuarenta minutos muy bien aprovechados por una banda que me gustó mucho y me pareció muy interesante, con temas de mucha calidad.
Y el cierre de festival venia de la mano de otra banda de A Coruña, Bodybag, banda con apenas un par de años de existencia y hermanada con la anterior ya que su bajista y cantante es el batería de Bokluk.
Para evitar que la batería se moviese como había ocurrido con el anterior grupo, pusieron un bafle a modo de tope, y así evitar problemas.
En sus 45 minutos de actuación repasaron su Ep “Predominance of Insanity” del pasado año y su disco compartido con los suecos Modorra publicado este año.
Ya desde la inicial “Into the Bodybag” vimos que su música es una mezcla de Death y Grind, con un batería que si el de Bokluk es una bestia parda con este ya no sé qué más decir: que animal. Además en buena parte del concierto alternó las voces con el bajista.
Su concierto tuvo una primera parte, en la que repasaron casi en su totalidad su Ep, y una segunda, en la que se centraron en su disco compartido.
El público estaba expectante, hasta que en “Swallow the skin” la gente se puso a botar sin parar, y es que el concierto ya iba más o menos por la mitad.
Y casi sin darnos cuenta, tras más o menos 40 minutos, su actuación terminó, con la versión del “Powerpigs” de los suecos Wolfpack, aunque a petición de la concurrencia tocaron una canción más.
Bodybag es un grupazo, con un sonido muy intenso y que nos dejó un gran final de festival.
Y así concluía una nueva edición del Primitive Noise, que ha sido un éxito tanto en su concierto presentación como en el festival en sí, con mucha afluencia de gente y muy buen ambiente.
Desde aquí agradecer a Isa y a Bertón el que sigan al pie del cañón, organizando saraos como estos y que esperemos que se repitan muchas más veces. Estaré ahí dándolo todo y descubriendo bandas, que sino quizás nunca conocería.