Una vez Txema nos saludo y presento a la banda, llego el momento del primer bloque, pertenecientes a la época que abarca hasta el primer directo y que para mí es la etapa con la que me adentré no solo en el mundo de la Polla, sino en la música Punk. Por ahí sonaron seguidas “Salve”, “La justicia”, “Lucky man for you”, “Socios a la fuerza”, “Cara al culo”, “Quiero ver” y “Nuestra alegre juventud”.
Todas estas canciones fueron muy importantes en la vida de toda una generación que crecimos con ellas y que nos ayudaron a moldear nuestra forma de ver las cosas; desgraciadamente, 30 años después siguen teniendo vigencia, básicamente porque los problemas a los que nos enfrentamos son los mismos.
Tras tomar un poco de aire, siguieron sonando canciones tan míticas de la primera parte de la historia del grupo como “Muy punk”, “Los siete enanitos”, “Come mierda”, “Delincuencia” o “Chica yeyé”, con otras de la época que engloba los discos de la primera mitad de los 90 y que también se han convertido en clásicos como “Así es la vida”, “Alicia” y “Jhonny”, esta ultima una de las pocas que Evaristo suele interpretar en los conciertos de Gatillazo.
Otro breve descanso para interpretar otro bloque, que en este caso se centró en los últimos disco de la banda, que son los que menos he seguido y que corresponden a cuando la banda tuvo que recortar su nombre; ahí sonaron “La solución final”, “Tan harto”, “Violencia”, “Ahora unos minutos de publicidad” e “Iros todos a la mierda”, con la que parecía concluir el concierto.
Sin embargo, aún quedaba un rato con más canciones míticas que empezaron con la popular “Ellos dicen mierda”, para la que contaron con la colaboración de Zorrilla de The Birras a la voz, junto a dos de mis favoritas: “El congreso de los ratones” y “No somos nada” (no se la de veces que habré cantado esa canción cuando era más joven).
Un pequeño amago de irse, pero siguieron con “Porno en acción”, la inevitable “Carne pa la picadora” con Juanón también de The Birras a la voz y la mítica “Txus”, con dedicatoria incluida.
Así terminaban 75 minutos y 29 canciones, en la que nos inundaron los recuerdos de otras épocas, cuando el Punk era reivindicativo y se ocupaba de cosas importantes y no de las banalidades que muchas bandas hablan a día de hoy.
Cada uno podrá sacar sus conclusiones, pero allí vimos un concierto de lo que deberían ser las bandas de versiones: un homenaje a la banda y una fiesta, de amigos para amigos, sin dejar de llevar a cabo una buena interpretación y con mucho sentimiento.
Si queréis ver este homenaje, van a hacer unas cuantas fechas próximamente, para que el mensaje de La Polla Records no se pierda en el olvido.
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