Segundo día de Viña Rock y dejamos de mirar al cielo para mirar al suelo, no caer ahogados en los charcos era una labor complicada, la lluvia no remitía. Y con ella llego se suma el frio a este curioso micro clima del Albacete tropical.
La vida es así y el Viña Rock no podía ser menos, apelando a la épica del buen Viñarockero, con la mejor de nuestras sonrisas afrontamos el segundo día.
Un segundo día que desde bien temprano tuvo gran afluencia, obviamente era mojarte en el recinto (Asfaltado) o morir presa de las arenas movedizas del barro del camping.
Numeroso fueron los Viñarockeros que sortearon los accesos, los cuales cuando más llovía resultaban impracticables, (a ver si algún día los vemos asfaltados).
Y a si lucieron de bien los conciertos de Antilopez, Gatibu y Kaos Urbano, junto con el poco sol que pudimos ver durante todo el Viña 2017.
Después llegaron las grandes sorpresas LDS (Lágrimas de Sangre) y Sons of Aguirre, la enésima vez en que los escenarios “secundarios” se empieza quedar pequeños, o más bien que los que tocan allí piden a gritos “Escenario principal”. |
Caía la tarde y con ella Los de Marras y el directo siempre certero del amigo Poncho K.
El Último ke Zierre se hizo dueño de la noche y de la lluvia incesante, 30 años después, son capaces de hacernos olvidar las calamidades climatológicas. Después Txarango nos hizo olvidar la ausencia de La Raiz, con un directo bailongo a la par de animado. Seguimos con el crisol de músicas que es venir al Viña y degustamos el directo de Mala Rodríguez , Alademoska, acabando las carreras en Talco siendo uno de los mejores directo de la jornada.
Siendo la 1:30 de la mañana y completamente secos del pogo de los italianos (aquello ejerce un poder, cual centrifugadora demencial) asistimos Russkaja y por supuesto, a uno de los directo más contundentes, el de los sevillanos Narco. Otra vez apelamos a la velocidad… Corremos como alma que lleva el diablo, (que entre el agua y las carreras, solo faltaba la bici para que aquello fuera un triatlón) para ver acabar a Auxili y nos sumergimos en la cuncas e de mar (muy a tenor de que el Atlántico estaba sobrevolando Villarrobledo), de la mano de la fuerza de los gallegos Dakidarria.
Así acabamos la jornada, que ni la lluvia, ni el frio, acongojo a los asistentes, siempre al pie del caño, callera lo que callera, inmensa la gente que hace grande a este, y a cualquier festival.
Nos retiramos a descansar y coger fuerzas para ese domingo que corona esta XXII Edición. |