Mi primer festival urbano en Madrid, de la mano del whisky escocés, en su primera edición, la cual nos planteaba un auténtico planazo, adentrarnos durante dos días en una vorágine de música en el corazón de la capital.

Ballantine´s True Music Festival, partía de una genial base: utilizar la ciudad como recinto festivalero, os pongo en situación:

Imaginaos 17 céntricas salas (como escenarios): But, Café La Palma, Changó Club, Círculo de Bellas Artes, Costello Club, El Sol, Galileo Galilei, Intruso Bar, Joy Eslava, Maravillas Club, Sala Arena, Sala Super 8, Sala Clamores, Sala Penélope, Siroco, Teatro Barceló y Tempo Club. Todas conectadas entres si por diferentes medios de transportes, bastante próximas. Dado que las dos más lejanas estaban a no más de 3,5 Km. (Eso en Madrid, es un paseo fumándote un piti).

El cartel; bastante variado, bien cargado de grupos indie de primer escalafón, reuniendo a Second, Neuman, Delorean y Lori Meyer´s. Un poco de folk, con Alondra Bentley, Joana Serrat, Bambikina, Black Honey (entre otr@s). Sin olvidarnos del Rap de la mano de Agorazein, Arce y el magnánimo Toteking. Y como no podía ser de otra forma, también tendríamos Rock, como embajadores de excepción de este emblemático estilo, tendríamos a The Parrots, Berri Txarrak, Belako, L.A y como reclamo internacional The Vaccines. Así hasta 139 artistas (Grises por motivos ajenos a la organización no pudieron actuar), siendo un cartel bastante equilibrado en sus diferentes estilos.

Bien hasta aquí, pero ronda en le mente un problema llamado aforo, dado que en varias salas su capacidad no superaba las 100 personas. Todo pensado, pues los amigos del BTMF se curraron una  App para avisarnos de cómo andaba el aforo de las salas a tiempo real, además contaba con la opción de ayudarnos a encontrar y localizar la sala más cercana en caso de un hipotético plan “B”.

Y allá vamos a comernos la villa y corte a sus 38º,  en un viernes caótico por el centro, la tarde empieza amable, gracias al frescor del mármol del Circulo de Bellas Artes, primera parada estratégica ver a Najwa, la “Chica del pánico escénico”, actriz de actrices, nos esperaba a eso de las 19:30 en la suntuosa segunda planta del coliseo de las bellas disciplinas,  acompañada de Didi Gutman (teclados),  Matías Eisen (al bajo) y su pelucón rubio, Najwa nos confiere su Trip hop, aun siendo demasiado pronto para la electrónica, esos ritmos nos dan muchísima fuerza para lo que viene a continuación.

Seguimos nuestra ruta, siguiente parada Sala El Sol, allí nos esperaba Mucho. En el mítico sótano, nos dio cobijo del calor, y a Mucho le sirvió (por enésima vez que tocan aquí) como lugar para alentar nuestros sentidos. A estos hijos de La sociedad ilustrada de lo cósmico, nos obsequiaron con concierto único.  Con himnos  como “Los amantes no olvidan”, “El león de tres cabezas”, la política “Perro Negro S.L.” , haciéndonos vibrar como nunca lo hemos hecho, gracias al buen hacer “cósmico” de  Martí Perarnau, Víctor Cabezuelo, Miguel de Lucas, Carlos Pinto, nos vamos con una sonrisa de oreja a oreja, retomando la ruta de este BTMF.

Siguiente parada después del ágape, la Sala Clamores,  nos esperaba; Sean, Jorge, Nando, Javi y Fran, más conocidos como Second, que a eso de las 22:30 nos animaban la noche, prácticamente para unos pocos fieles y curiosos en descubrir como se iba a desenvolver un gran grupo en una sala reducida.

La conclusión roza las mil maravillas, dado que el quinteto traía un setlist cargados de éxitos (Y eso siempre ayuda) “Rincon Exquisito”, “Muérdeme” o “2502” y por su puesto ese hit que es “Nivel inexperto” perteneciente a su nuevo álbum.

En torno a la media noche, la alternativa pasa a la música electrónica, dado que la música en directo a partir de esas horas, en Madrid, está muy perseguida.

Así que decidimos retomar ruta hacia el Maravillas Club y bailar al son de los ritmos de DJ TUTU y su  House, Disco molón de Bristol, con la cual cerramos el día, para regresar a casa con un estupendo sabor de boca.