Tras todo un año esperando, llegó el día de la Virgen de Valencia, patrona del municipio de Piélagos y fiesta grande en mi localidad de residencia, Vioño de Piélagos, y como suele ser costumbre, tras tomar algo por el pueblo nos acercamos al Varuko para degustar su gran paella, con la que obsequian a los presentes, mientras te rodeas de buen ambiente.

Con la esperanza de que, como en años precedentes, nada más acabar la comida hubiera música en directo, nos quedamos un rato, pero este año se habían retrasado un poco más los conciertos, con lo que decidimos descansar un poco y volver a ver lo que nos daba tiempo.

Una hora después, estaba de vuelta al local y los conciertos aún no habían empezado, aunque no tardarían en comenzar, siendo los primeros en sonar Hijos de Utah.

Reconozco que no sabía que me iba a encontrar ni quienes eran los integrantes de la banda, que resultó ser un trio acústico formado con dos voces y dos guitarras, masculina y femenina, y una batería mini, interpretando canciones de diferentes estilos. El guitarra es, además, miembros de los Royal Podencos, a los que habíamos visto en este mismo local solo un mes y medio antes.

Arrancaron, tras saludarnos, con un repertorio basado en una serie de temas, de esos que te suenan o te pueden sonar, y que son tan agradables para el oído, sobre todo cuando son interpretados con la pasión, la calidad y la entrega con la que lo hicieron estos chicos.

Allí pudimos oír piezas de rock americano en su versión más sesentera, desde temas más cercanos al rock sureño o al country, a otras más cercanas al blues o al rock más clásico, pero eso si, todas interpretadas con mucha calidad y con una demostración de la compenetración que existe entre ellos, además de esa humildad como agradeciéndonos con el corazón el que estuviéramos allí prestándoles atención, pese a ser una banda que muy poca gente conocía.

No citaré el título de ninguna canción porque algunas me sonaban, pero ignoro sus nombres, así que me quedo con la esencia de haber disfrutado de algo más de una hora de esa música atemporal de hace unas décadas, canciones agradables para degustar tranquilamente y disfrutar de cada nota sin grandes estridencias.

Si tenéis la posibilidad de ver a estos chicos, no lo dudéis porque disfrutareis de un buen repertorio de canciones agradables, interpretados por unos grandes músicos y cantadas de manera muy dulce.

Recomendables.

Tras este concierto, todo se fue preparando para la actuación de Y ahora que!, esa banda homenaje a La Polla Récords que se estrenó aquí mismo hace 7 meses y que no ha parado de actuar desde entonces con actuaciones por prácticamente toda Cantabria; para esta ocasión contaban con la presencia de Ricky, antiguo integrante de Nikaia y de Recesión, que apenas llevaba unos pocos ensayos por lo que no sabía aun todo el repertorio.

Se demoró mucho el cambio entre grupo y grupo, casi una hora, lo que hacía que lo que iba a ver del repertorio no fuera mucho, ya que había echado planes para la hora en que comenzó el concierto, pero aun así me quedé un rato para ver que tal sonaba.

El repertorio no varió mucho y arrancaron con “Bandejitas, latas y paquetes”, seguida de “¿Y ahora qué?”, tras la que comentaron que era el debut de Ricky y que durante algunas canciones no tocaría, aunque al menos en el rato que estuve yo, siguió en el escenario haciendo coros.

Tras el habitual regalo de discos originales de La Polla Récords entre los presentes, siguieron con “Salve”, antes de hacernos recrear por un momento el mítico primer directo de los de Araba con “La justicia” y “Lucky man for you”, que fueron seguidas de “Socios a la fuerza” y ese “Cara al culo” con el himno de “A las barricadas” en su inicio y mitad.

El último grupo de canciones que escuché fue el integrado por las míticas “Quiero ver”, “Nuestra alegre juventud” y “Odio a los partidos”, para, tras media hora de concierto, seguir con los planes que tenía previstos ajenos ya a los eventos de El Varuko, pese a que la actuación, como es habitual, me estaba gustando mucho.

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Y así concluía mi presencia en las actividades de El Varuko que, año a año, nos presenta unas actividades alternativas a las institucionales con motivo de la fiesta de la Virgen de Valencia, lo cual es de agradecer porque es una oferta que nos agrada más y todo ello en el mejor local y rodeados de amigos y conocidos por todos los lados.

Que sea por muchos años más.