Reconozco que no conocía de la existencia de King Company cuando me comentaron que iban a actuar en el Escenario Santander, pero una vez escuchado un poco de su música y conociendo, además, de la presencia de Aquelarre, banda gallega que vi a finales del año pasado y que me gustó mucho, no dudo en dejarme caer por allí.
No era nada optimista sobre la presencia de gente, ya que, en eventos similares, la asistencia a los mismos no había llegado al medio centenar, que fuimos aproximadamente los que nos dejamos ver aquella noche de viernes; incluso tenía mis dudas de si se iba a hacer en el escenario principal, como así fue, o en el escenario pequeño. Y eso que el precio de las entradas era más que asequible.
Como pasa con demasiada frecuencia, mucha gente no sabía que esa noche había grupo telonero, y es que, en ocasiones, la información de los eventos se centra en el grupo principal obviando la presencia de los grupos invitados, lo cual me parece un error a corregir.
Los chicos de Aquelarre arrancaron su actuación, tras una intro, con “20:12 P.M. Respirar”, demostrando su valía desde el principio con mucha firmeza y decisión, para seguir con otro tema de su reciente “Tempo”, editado el pasado 2016, concretamente la canción “16:51 P.M. Arcilla y mármol”.
Se presentaron y saludaron a los presentes, mostrándose especialmente contentos de volver a tocar en Cantabria, antes de recuperar “Cenizas”, de su primer disco “Requiescat in Pace” del 2014, canción con la que se dieron a conocer, tras la que se confesaron estar algo cansados tras una semana entera de conciertos, por lo que pidieron colaboración a la gente para el siguiente tema, “Guardián”, canción también presente en su primer trabajo y que me gusta mucho.
Aquelarre
Habiéndose metido ya a la gente en el bolsillo, regresaron a su actual disco con “6:02 A.M. Esclavo del ayer”, un tema algo más relajado, para empezar a recordarnos que les quedaba poco tiempo, pero lo suficiente aun para seguir repasando más temas de este “Tempo”, como “22:47 P.M. Ojos de niebla”, una canción reivindicativa contra la violencia machista y que fue muy ovacionada.
Encarando ya la recta final del concierto, agradecieron a Manu Comesaña, bajista de Inertia, y a Brais Padïn , guitarra de Prima Nocte, el que les hubieran echado una mano en esta gira, ya que los miembros de la formación que ocupan esos puestos no podían hacerla por motivos de trabajo, antes de interpretar “19:23 P.M. Roto”.
Se despidieron dándonos las gracias a todos por venir, ya que últimamente la gente no suele acudir a los conciertos, antes de dejarnos definitivamente con “9:00 A.M. El mismo pecado”, canción que en el disco cuenta con la colaboración de José Andrea.
No voy a ocultar que, pese al cansancio, Aquelarre volvieron a gustarme, incluso más que la banda principal, ya que son una gran banda con muy buenos músicos, un gran cantante, y, por encima de todo, muy buenas canciones.
Seguirles la pista, si os gusta el Heavy el Power Metal, que no os defraudara, todo lo contario, descubriréis a una gran banda.
Tras un rápido cambio, enseguida teníamos sobre las tablas a los finlandeses King Company, banda integrada por músicos que han estado o están en formaciones como Children of Bodom, Twilight Guardians, Enfarce o Kotipelto, y que para esta gira contaban con la ayuda del vocalista ítalo-argentino Leonard F. Guillan ante la ausencia temporal de su vocalista titular.
Lógicamente, al tener solo un disco, “One for the Road”, editado el pasado año, éste sería la columna vertebral de un concierto que comenzaron, tras la intro de rigor, con “Desire”, intentando animar al público y que fue seguida por la fantástica “Wings of love”, tras la que su vocalista se dirigió a nosotros en un perfecto castellano para decir lo contento que estaban de estar en España.
Otro de esos temas que se te graban en la cabeza nada más escucharlo es “Coming back to life”, que cuenta con un gran trabajo de los teclados de Jari Pailamo, antes de adentrarse en ese medio tiempo que es “No man's land”, un gran tema que nos evoca, como el resto de las canciones, al Hard Rock de los 80, pero sin sonar ni arcaicos ni ser una copia.
Aunque se les veía cansados después de tantos conciertos en tan poco tiempo, con una actitud algo estática, salvo su cantante que no paró de contornearse durante toda la actuación y de interactuar con la gente, eso no impidió que ejecutaran de manera brillante temas como “Holding on”.
King Company
Con sólo un disco a sus espaldas, es normal recurrir a la ejecución de versiones y la primera en sonar fue una más que acertada versión del “Daddy, Brother, Lover, Little Boy (The Electric Drill Song)” de los inigualables Mr. Big, banda a la que King Company se la puede comparar en muchos aspectos, antes de dejarnos con un ameno solo de su batería Mirka Rantanen.
Con el publico disfrutando a tope de la actuación, llegó el momento de “Farewell”, con una buena presencia del bajo de Time Schleifer, mientras su vocalista se acercaba aun más al público, para seguir con otro tema lento como “Cast away”, con una brillante ejecución de su vocalista y de su teclista Jari Pailamo.
Muy brillante la entrada de Antti Wirman, que con su guitarra nos transporto a esos parajes a lo Raimbow de “One heart”, quizás de lo mejor del disco, antes de dejarnos con la canción que da título al mismo, “One for the road” y que sirvió de presentación de los integrantes de la banda.
La gente se volvió loca cuando reconocieron los primeros sonidos de “Separate ways (Worlds Apart)” su inolvidable versión de Journey, y que fue muy coreada, antes de despedirse de todos con “Shining”, otro de de los temas que integran su maravilloso disco.
King Company
No hubo que esperar mucho para que volviesen a las tablas para interpretar “In wheels of no return”, la única canción que quedaba por ejecutar de su disco, y con la que dieron por concluida su actuación, tras unos 80 minutos sobre los escenarios.
Muy buen concierto el que dieron los finlandeses, sacando adelante un concierto pese a estar visiblemente cansados, lo cual no fue óbice para que después del concierto charlasen, se sacasen fotos y firmasen todo lo que los presentes les daban, igual que hicieron Aquelarre, demostrando una gran profesionalidad y cariño por sus fans.
Y así, nos marchábamos del Escenario Santander, tras pasar una gran velada, que supieron sacar adelante ambas bandas, pese a la larga semana que estaban dejando atrás y a la escasa afluencia de gente, que, una vez más, dio la espalda a las bandas menos conocidas, algo que, según me comentaron la gente de Aquelarre, es algo que no solo pasa en nuestra comunidad autónoma; ¿será que a la gente solo le gustan los grupos más consagrados y no les gusta tener que complicarse la vida descubriendo nuevos grupos? Puede que sea así, pero ellos se lo pierden.
29/09/2017 
Txutxy Cano 
Escenario Santander, Santander, Cantabria
