Sin haber descansado demasiado pero con unas ganas increíbles de afrontar la segunda jornada de Gasteiz Calling poníamos, a primera hora de la tarde, rumbo al Iradier Arena.

En las inmediaciones del multiusos ya se respiraba un gran ambiente. Divisábamos furgonetas de gente llegada desde diferentes puntos de Europa y los bares de la zona con decenas de clientes que comían en ellos o tomaban algo antes del arranque de esta segunda jornada.

Llegábamos justos de tiempo al Iradier Arena y una gran fila de gente esperaba para acceder al multiusos. Tras enseñar nuestra entrada-pulsera y un rápido cacheo por parte de los miembros de seguridad ya estábamos en el interior dispuestos a degustar más de diez horas de punk-hardcore. El sonido, aunque mejoró con respecto a la jornada inaugural volvió a dar que hablar entre los asistentes.  

Mucho público catalán para recibir y disfrutar con CRIM, banda encargada de abrir fuego a las 16:00h. del sábado 11 de noviembre. El combo formado por Adri, Quim, Javi y Samulesqui llegaba desde Tarragona y desplegaron con contundencia su propuesta punk-rock en catalán.

Las esteladas no faltaron en un directo cargado de energía que nos dejó temas como "Maneres de viure" o "Benvingut Enemic" y que sirvió para poner las pilas a los que llegaban algo distraídos al recinto. El próximo 16 de diciembre CRIM volverán a visitar Vitoria-Gasteiz y tras el completo bolo ofrecido en el Gasteiz Calling, no nos quedará otra que repetir.

Nueva ración de punk de la mano de unos combativos One Way System que con actitud y una buena ración de temas clásicos se ganaron un público que entonó con fuerza canciones como "Nightmare" o "Jerusalem".

Los de Lancashire en Inglaterra no son una banda que se prodigue mucho por la zona, y, pese a presentarse con un nuevo frontman y ofrecer un directo algo descafeinado, fueron un buen número de espectadores los que siguieron su actuación.     

La banda local Quemando Ruedas, que volvió a escena en 2016, estuvo bien arropada por unos seguidores que disfrutaron con el activo y enérgico punk-rock ofrecido por el quinteto desde la tarima.

La audiencia cantó con fervor temas emblemáticos como "Mi navaja" o "La poli te protege" y la formación, que contó con los habituales Felix a la voz y Dieguillo a la guitarra, y otros músicos como Javi de Rat-Zinger a la guitarra o Unai Perales de Mystic Moss a la batería, recordó para deleite de los presentes canciones pertenecientes, en su mayoría, a su debut "Aquí vale todo".

Quemando Ruedas han vuelto para demostrar sobre los escenarios que quien tuvo retuvo y parece que este retorno no va a ser algo puntual. Seguiremos con atención su agenda.

Mucho y bien me habían hablado del combo sueco The Baboon Show, formación que salió a escena a las 18:35h. y que pronto conquistó, con un eléctrico e desigual directo, a aquellos que les veían por primera vez.

El cuarteto formado por Cecilia Boström a la voz, Frida Ståhl al bajo, Håkan Sörle a la guitarra y Niclas Svensson a la batería irrumpió como un vendaval sobre las tablas y sus cincuenta minutos de actuación nos supieron a poco.

Una inquieta vocalista, que bailó sin tregua, saltó desde el bombo y nadó sobre las cabezas de los presentes, y el resto de componentes que demostraron clase y actitud sobre las tablas, interpretaron entre otros temas como "Me, Myself and I", "You got a problem without knowing it" o "Queen of the dagger".

En marzo de  2018 volverán a ofrecer una serie de directos por el Estado y nosotros ya hemos marcado varias fechas en el calendario. ¡Conciertazo!

Cambio de registro con la salida de Municipal Waste a escena. Los de Richmond, Virgina traían su particular metal-punk acelerado hasta el Gasteiz Calling y brindaron un intenso show de ritmos pesados a la audiencia.

Temas como "Slime and Punishment" que da nombre a su última publicación o "I Want To Kill The President" no faltaron en el directo de este quinteto norteamericano que agitó el multiusos con su contundencia y técnica.

Con ellos el Crossover ha vuelto al mapa musical y punks, trashers y hardcores poguearon juntos bajo las tablas.

Tras el atronador concierto de Municipal Waste le tocó el turno a Youth of Today, grupo hardcore-punk neoyorkino formado en los años ochenta, época de la desintegración de numerosas bandas pertenecientes al movimiento straight edge al que se adhirieron. Estuvieron en activo hasta 2010 donde la banda se disolvió y algunos de sus miembros se desperdigaron hacia otros grupos (Shelter, Gorila Biscuits o Limp Bizkit).

Nada más comenzar, se reconoció su inconfundible estilo; canciones cortas y machaconas, una base de bajo bien marcada y toques melódicos intercalados. En su repertorio destacaron temas clásicos de la banda como “Can´t close my eyes”, “Make a change” y “Break down the walls”. Todo ello acompañado por discursos reivindicativos tras algunas canciones en los que destacaron la importancia de cambiar el mundo y mantenerse unidos. Todo ello, acompañado de un pogo animado y numerosas incursiones de los asistentes al escenario, que fueron bien recibidas por el grupo.

Thee RKaLiens era una de los conciertos más esperados del día, ya que no hay que olvidar que la banda está formada por algunos de los miembros originales de Rich Kids on LSD, grupo muy adorado en la escena underground de los 90 y destacada influencia para grupos que por aquel entonces todavía estaban por llegar, tal como han reconocido los mismísimos NOFX. Muchos han definido este como el mejor concierto de la jornada, la verdad es que los solos marcianos se combinaban a la perfección con los ritmos acelerados provenientes de la batería.

Zapatilla y solos locos, mientras una niña saltarina, que seguramente sería hija de alguno de los músicos, se atrevía a asomarse al escenario. El subidón de adrenalina se apoderó del cantante cuando se atrevió a soltar un “me gusta España”, la reacción fue rápida y comenzaron los abucheos y los vasos voladores que le hicieron ver que algo no iba bien, por lo que en la siguiente canción soltó un “viva basque y visca catalunya” que le debió chivar algún compañero. A pesar de los percances mencionados hubo lugar para desempolvar un montón de temas clásicos como “Beautiful feelings”, “Drink Positive”, “Scrab on my brain” o la monstruosa “Betrayed”. En definitiva, nada mejor que una buena dosis de verdadero hardcore noventero para hacer las delicias de los fans.

Casi rozando la medianoche era el turno de Madball, uno de los grupos más esperados de la jornada. Fueron fieles a su estilo, y los fans lo demostraron con un pogo salvaje, incursiones al escenario y manteo del cantante. La bases de batería y bajo llenaron de potencia el Iradier Arena junto con la abrumadora presencia vocal del cantante. Destacó el estilo Old School, el face to face al público. El público coreo temas como “Pride”, “Down by law” o “Infiltrate the System”.

Cuando el grupo londinense “The Vibratos” lanzó su primer álbum no se imaginaban que una de sus canciones nombraría a la aclamada banda que íbamos a presenciar; hablamos de Stiff Little Fingers; grupo formado en pleno Belfast, lo cual es crucial a la hora de interpretar sus letras debido al ambiente político que se respiraba en esa ciudad.

Dejando a un lado la historia de la banda podemos decir que cumplieron con creces sobre el escenario del Iradier Arena. El trío formado por bajo, guitarra y batería no decepcionó en absoluto; el cantante Jake Burns no parecía afectado por la edad, más bien al contrario, se encontraba en plena forma. Aunque quizás los fans esperaban un repertorio lleno de clásicos, mezclaron temas más actuales como “Roots radicals, rockers and reggae” con los ya conocidos por todos como “Suspect device” o “Alternative Ulster” llegando así al momento más álgido de la actuación.

El colofón al festival lo otorgó Perkele, grupo sueco referente del movimiento Oi!. El concierto destacó por tocar sus temas más conocidos y porque animaron a todo el pabellón que no paraba de cantarlos. Entre ellos “Me”, “Moments”, “Forever”, “When you are dead” y por supuesto “Heart full of pride”, tema que alargaron durante minutos y que hicieron corear a todo el público antes de despedirse. Buen ambiente, sonido mejor en otros conciertos y despedida emotiva.