Pandemia es una de esas bandas a las que he visto nacer, crecer y, actualmente, hacerse un hueco dentro de la escena Thrash estatal. Por eso, cuando me informaron de que este día iban a presentar nuevo disco, en la sala Black Bird y con Soldier, no dudé ni un instante en variar mis planes.
De camino al concierto, estaba convencido de que la sala santanderina iba a contar con una muy importante entrada, por el nivelazo de las bandas, ayudado, además, por una entrada al simbólico precio de 5€. ¿Qué seguidor del Thrash de Cantabria y alrededores se lo podría perder?
Una vez llegada al citado lugar pude comprobar que no estaba equivocado y, como pudimos constatar a lo largo de la velada, si no se llenó la sala, poco le faltó, lo cual, en una comunidad tan difícil para el metal como la nuestra, es todo un logro.
Mientras charlaba brevemente con los miembros de Pandemia y con algunos amigos allí presentes, y con una puntualidad máxima, comenzaban la actuación los asturianos Soldier.
Esta iba a ser la cuarta vez que iba a disfrutar de este cuarteto, con 2 discos a sus espaldas, además de las maquetas previas, y que están grabando un tercer disco que saldrá, esperemos, en algún momento de este 2018.
Arrancaron su actuación con “Stand your ground”, presente en su disco debut, “Gas powered Jesus” del 2012, con algún pequeño problemilla con el pedal del bajo pero rápidamente subsanado, con la banda sonando a saco desde el primer momento, como seguirían demostrando con “The great western oligarchy”, la canción que da título a su último disco hasta la fecha, editado en el 2015, y que es un temazo en toda regla.
No había tiempo para pausas y así lo demostraron con “Christoholic”, esa pieza rompecuellos que abría su última referencia, tras las que se presentaron y se mostraron encantados de tocar de nuevo con Pandemia, antes de dar la bienvenida a Dima, su nuevo guitarra, que demostraría una increíble habilidad durante toda la velada, para dar paso a “Corrupted (Sex in prision)”, también de su última obra, y que habla sobre todos los que nos roban, siendo una pieza cañera, pero con mucha calidad, una constante de la banda.
Soldier
Se remontaron a los inicios de la banda con “Destroyers”, tema que aparece en alguna de sus primeras maquetas y que se registró en su primer disco, con una contundente batería y unas guitarras que aplastaban, tras la cual, nos recordaron que están grabando su tercer disco y que esta noche iban a tocar una nueva pieza, llamada algo así como “Exterminate”, siendo la primera vez que la tocaban en directo y que me pareció algo más agresiva que el habitual sonido de la banda, pero sin salir de su Thrash Metal clásico.
Cuando iban a interpretar “Axis of Evil”, de su actual trabajo, nos pidieron que hiciésemos un “Wall of death”, que la gente, muy entregada durante toda la noche, celebró y disfrutó, mientras nos interpretaban el citado temazo, tras el que se empezaron a despedir, interpretando su clásico “Revolt”, presente en su primer disco, y que se ha convertido en su tema más aclamado en los conciertos.
Pero la banda aun nos dejaría un tema más, tras un amago de irse, y esa pieza fue el clásico de Pantera “Cowboys from Hell”, en la que Phil, su cantante y guitarra, aquí se centro en las labores vocales y en bajar a divertirse con las primeras filas en un circle pit, mientras Dima nos dejaba a todos con la boca abierta con su magistral forma de ejecutar el solo de esta pieza.
Y así, tras más o menos 40 minutos de actuación, se marchaban los chicos de Soldier, dejando, una vez más, la sensación de que son una banda que deberían estar junto a otros nombre en los primeros puestos del Thrash estatal y seguro que solo es cuestión de tiempo el que su nombre este en boca de todos, y con su nuevo y genial guitarrista, será muy pronto.
Aquí en Cantabria no solo se les quiere mucho, sino que ya tienen muchos seguidores y eso será por algo.
Tras un rápido cambio que apenas llegó a los 20 minutos, teníamos sobre las tablas a nuestros Pandemia, presentando en directo su nuevo disco “Behind enemy lines”, recién salido del horno, cuyas copias, como nos dijeron, llegaron por los pelos al día de su presentación.
Evidentemente, este disco iba a ser, casi exclusivamente, el protagonista de la velada, ya que lo interpretaron en su integridad, por lo que muchos iban a escuchar por vez primera estos temas; yo había tenido ocasión de escuchar prácticamente todas en un concierto dado el año pasado en otra sala santanderina.
Para arrancar, lo hicieron con “Running out of hope”, un temazo muy currado y del que han editado un video recientemente, para, tras saludar a todos los presentes, seguir con “Suicide squad”, otro tema nuevo, llena de fuerza y con un gran solo de guitarra.
Tras quejarse del calor que hacía en la sala, recuperaron “Eat my guts”, de su anterior trabajo, el EP “Aggression desires”, y que fue muy bien acogido por la gente que conocía dicho tema y que fue seguido por “Behind enemy lines”, ese gran tema que da título al disco que estaban presentando.
Tras tomarse un ligerísimo descanso para refrigerarse, siguieron con “If I were you…”, un tema que fue muy bien acogido y donde se nota la personalidad del sonido de batería de Rubén, el último en llegar, pero que ha dejado su impronta en el sonido de la banda, como bien nos comentó Robert al presentarlo, antes de avanzar con “Chemikaze”, con un sonido muy rápido de batería, dentro de una canción muy cañera.
De nuevo recordaron su anterior Ep, (obviaron todo el material de cuando cantaba Tatu y en castellano), para interpretar “Death expectancy”, también muy celebrada, tras la que nos preguntaron qué tal lo estábamos pasando y seguir con “Message of death”, con un solo asesino de guitarra y con un sonido muy contundente de todas la banda, algo que fue la tónica de la actuación de los cántabros.
No había tiempo de pausas y la anterior fue unida con “Pandemia”, ese himno que lleva el nombre de la banda y en mitad de la cual hicieron un amago de irse, para retomar la canción y, tras decir que estaban cansados y agradecer a Soldier esta noche tan especial, seguir con “Signs of life”, otro gran tema y que ha sido el single de adelanto del disco, algo que se pudo notar en la reacción de la gente, que conocía dicho tema.
Tras anunciar que tenían un puesto de merchán para quien quisiera llevarse algo de la banda, llegó el turno de “The last zombie Alliance”, la última canción que faltaba por interpretar del nuevo disco y que era la única pieza que no había escuchado aun en directo, siendo un tema que me gustó bastante.
Pandemia
Se mostraron agradecidos por el trato que les habíamos dado y nos anunciaron que la gira acababa de empezar, despidiéndose con “Aggression desires”, el temazo que daba título a su anterior trabajo y que, lógicamente, fue muy bien recibida por la gente, antes de dejarnos, como clímax final, con la versión del “Arise” de los míticos Sepultura, con la que dieron por finalizada su hora de actuación.
Si hay algo que se puede decir del concierto de Pandemia es que fue un concierto muy intenso y que, aunque se nos hizo corto, la entrega y la caña que nos dieron, hizo que acabásemos rendidos a sus pies.
Se abre una nueva etapa en la historia de Pandemia, una historia en la que van a intentar darse a conocer en el resto del estado, con citas muy importantes, y es que esta es una banda que no parece tener techo. Ojala consigan llegar a metas muy altas porque se lo merecen.
Y así, tras dos grandes conciertos, abandoné la sala Black Bird que, al menos la mayora de las últimas veces que he acudido, ha registrado llenos, lo cual quizás sea el fruto de hacer las cosas bien, con buenas promociones de los conciertos y cumplir los horarios a rajatabla, algo que, yo al menos, agradezco mucho.