Hacía ya algún tiempo tenía apuntado en la agenda el concierto que, esta noche de viernes, iban a dar Dormanth junto a los cántabros Korzo, los cuales al final iban a sustituir al Mordor, que era la primera banda integrante del cartel, pero que finalmente no pudieron estar presentes.
La verdad es que los vizcaínos son una de esas bandas que en los 90 tuvieron bastante peso dentro de la escena extrema y parece ser que, tras estar bastante tiempo fuera de la escena, han vuelto con mucha fuerza y muchas ganas.
La cita parecía propicia para que la gente asistiese, dos buenas bandas, en una sala tan acogedora como la Black Bird y por sólo 5€; poco más se puede pedir.
Salvado el primer escollo, ya que el concierto estaba programado a las 21.00 y salía de trabajar solo media hora antes a 30 km de donde tenía lugar el concierto, me presenté en la céntrica sala santanderina más o menos a la hora fijada. Allí me encontré con que aun no se habían abierto las puertas debido a un problema en las pruebas de sonido.
La presencia de gente era bastante aceptable para ser una noche de viernes, que siempre llevan menos gente que las de los sábado, con bastante frio y a finales de febrero; y entre los presentes nos encontramos muchos veteranos de cuando los vizcaínos, aunque asentados en Miranda del Ebro, eran populares.
Dormanth
Precisamente fueron Dormanth los que comenzaron a dar caña en la sala santanderina con una introducción, tras la que se presentaron y empezase a sonar “Black moon”, canción presente en su Ep del 2015 “Voice of the soul… Under the tears of sun” y que supuso la vuelta a la actividad de la banda, tras casi 20 años de inactividad.
Se mostraron encantados de estar aquí en Cantabria, donde habían actuado en su primera etapa, y nos anunciaron que era su segundo concierto con la actual formación, con la que tampoco habían ensayado mucho, antes de empezar a desgranar su mítico “Valley of dreams” de 1995 con la cañera “Destiny”.
Con la gente aun muy fría, pero con la banda animando a seguir con la fiesta y anunciándonos que hoy les acababa de llegar su último disco que tenían a la venta en su puesto de merchán, continuaron con “Shadows of a tear”, la canción que abría su primer disco y que fue muy aplaudida.
Sin salir del mencionado disco, aunque nos vacilaron con que era del último, siguieron con la potente “Remembrances...Behind the light”, antes de dejarnos con una gran versión del “Eternal” de los Paradise Lost, a la que dieron su personal visión.
Tras preguntar quienes de los presentes habían estado la anterior vez, a lo que pocos levantaron la mano, siguieron con la canción que cerraba su primer trabajo, “The eye”, otro temazo, antes de seguir con la intensa “Desolation”, del citado disco, que sería el protagonista único de aquí al final del concierto.
Y es que ya no quedaba mucho del mismo, ya que se despidieron de los presentes, antes de ejecutar ese temazo que es “Forlorn Paths”, y, aunque hicieron amago de irse, aun hubo tiempo para que nos tocasen “Lost in the Sky”, otro gran tema, con el que dieron por concluida su corta pero intensa actuación.
La verdad es que, pese a lo fría que estaba la gente, Dormanth hicieron que poco a poco la gente se fuese metiendo en ambiente y dar un concierto que, personalmente, me gustó mucho, pese a que la banda apenas haya ensayado y es de esperar que a medida se vayan compenetrando los diferentes miembros, entre los que esta Isma de Karonte, la banda suene aun mejor de cómo lo hizo esta noche.
Dormanth están de vuelta, esperemos que por mucho tiempo, y ahora solo nos queda degustar las nuevas canciones, de ese nuevo disco, que, por cierto, adquirí allí mismo.
No hubo que esperar mucho para tener sobre las tablas a la gente de Korzo, a los que habíamos visto hacia unos meses y que tan buena sensación nos dejaron; y esta noche, las sensaciones iban a ser no iguales sino mejores.
Desde el primer momento dejaron claro su sonido, compuesto por esa mezcla entre el Black Metal y el Posta Black entre otros sonidos, que le dan a la banda esa peculiaridad, en donde combinan partes lentas con otras más cañeras, sonidos realmente demoledores con otros más melódicos, como pudimos ver en los primeros temas, que nos hicieron mover la cabeza.
Tras agradecernos nuestra presencia y presentarse, siguieron con “The room of disillusion”, un tema muy potente y cañero, pero que nos dejaba ese poso a sonidos post, antes de continuar cono otro tema de esos que empiezan lentos, pero que sabes que va a estallar en cualquier momento y cuando lo hace es de manera brutal, con la banda muy entregada y sonando muy cañeros.
Nos recordaron la temática de “Aokigahara”, sobre ese conocido parque japones donde van los jóvenes a suicidarse, siendo un tema algo mas tranquilo, dentro de lo que cabe, pero al mismo tiempo muy agresivo, antes de presentarnos “A picture called life”, un tema nuevo, que me gustó mucho, pero que, desgraciadamente, acabó bruscamente por una rotura de cuerda de la guitarra.
Korzo
Tras camabiar de guitarra, empezaron a despedirse, antes de interpretar “1977”, en donde Lavin demostró, si es que hacia falta, sus grandes cualidades vocales, antes de despedirse con “The man without name”, un tema muy rápido y cañero, tras el que hicieron amago de irse.
Sin embargo, ante el problema que habían tenido con la rotura de cuerda en “A picture called life”, decidieron volver a tocarla para que todos la disfrutasemos como tiene que ser, con la que, ahora si, termiaron su actuacion despues de casi una hora. La verdad es que Korzo me gustaron mucho, más que la otra vez que los vi, con su estilo post apocalíptico, en el que mezclan mucho y variados estilos, que habrá gente a la que no le convenza, pero a mi me parece muy interesante.
Si te dejas llevar por su música, la verdad es que parece que entras en otro mundo. Espero con ganas la salida de su nuevo disco para familiarizarme aun más con sus canciones. https://www.facebook.com/korzoband/ Y así dejaba la Black Bird de Santander tras disfrutar de dos bandas que dieron muy buenos y muy intensos conciertos, con una sala que contó con un público que, pese a su pasividad, pareció disfrutar de lo que se veía encima de las tablas.
Ahora toca esperar a que Korzo editen su trabajo y a una, esperemos pronta, nueva visita de Dormanth que nos dejaron con ganas de más esta noche. Dos formas diferentes de música extrema pero igual de validas.