A veces se mezclan una serie de factores para dejarte caer por un concierto, como puede ser un buen cartel, los consejos de algunos amigos, la sensación de que algo grande va a suceder y, evidentemente, el que la música de los grupos te guste. Pues bien, todo esto hizo que me decantase a ver a los bilbaínos The Wizards esa noche de viernes.
El evento tenía lugar en el Rock Beer The New, al que, por cierto, hacia mucho que no me coincidía ir, organizado por la gente de Producciones Tudancas y con los chicos de Amonite de banda invitada.
Una vez llegue a la sala santanderina, bajo una importante tromba de agua todo hay que decirlo, me di cuenta de la gran afluencia de gente que iba a tener el evento, prácticamente lleno, y es que, como ya comenté arriba, se había generado mucha expectación con esta cita.
Con relativa puntualidad subían al escenario los chicos de Amonite, banda que, pese a que llevan ya bastante tiempo en activo, yo no había conseguido aun verlos en directo. Se trata de una banda que en esta ocasión se presentó en formato quinteto, aunque su teclista solo aparecería en 3 de las 5 canciones que interpretaron.
La primera de las canciones que tocaron fue una pieza extensa, con un rollo sicodélico y su guitarra entrando en trance, algo que casi le hace caer encima de la batería; esa mezcla de sonidos que interpretaban, me hicieron evadirme e introducirme en ese viaje al que nos estaban invitando.
Amonite
Siguieron con otro tema con sonidos más futuristas, merced a los muchos efectos con que uno de los miembros de la banda nos deleitaba, una canción en la que ya se apareció mayor presencia de la voz, igual que arrancaría la siguiente pieza, última en la que estaría presente su teclista, con ciertos aires más progresivos, con un contundente sonido de batería y muchos efectos, que dieron mucho color al tema.
Ya en formato cuarteto siguieron, con un tema que a mí me sonó un poco rollo garaje principios de los setenta, algo que no debería extrañar ya que de ahí es de donde deben beber muchas de sus influencias, antes de dejarnos con otro tema, muy celebrado por los presentes y con sonido de armónica inicial incluida, tras poco más de media hora de concierto.
Y es que el concierto de la banda fue relativamente corto, pero muy intenso, dejando a la gente, que ya se arremolinaba en las primeras filas, más que satisfecha por lo ofrecido por la banda, que, no sólo supo calentar el ambiente, sino que consiguió que gente como yo, que no los habíamos visto aun, disfrutásemos de su actuación y eso que no conocía nada de la banda.
Habrá que verlos más veces en directo.
Y si lo que habíamos visto hasta ese momento había estado muy bien, lo que íbamos a ver en el concierto de The Wizards iba a ser simplemente inolvidable.
No hubo mucha demora en el cambio, y enseguida teníamos sobre las tablas al mencionado quinteto, con la gente apretando en las primeras filas, mientras arrancaba la actuación con “Avidya”, igual que lo hacia su nuevo disco “Full moon in scorpio”, con la gente ganada desde el principio y no es de extrañar, ya que su comienzo fue espectacular.
No dejaron su último disco, para seguir con “Calliope (Cosmic Revelations)”, con toda la gente botando y en la que el grupo que sufrió la rotura de la cuerda de uno de los guitarristas, aunque éste, todo pundonor, terminó la canción como si nada.
Tras agradecer a los presentes nuestra asistencia y mostrándose sorprendidos con la actuación de Amonite, siguieron con “Odinist”, al grito de “Scream for me Santander” y es que dicho tema, de su última referencia, cuenta con un cierto poso a la doncella de hierro, siendo un tema muy aplaudido.
Nos llevaron a su anterior y primer álbum, de igual nombre que la banda y editado hace 3 años, con “Curse of Hecate”, un tema que se convierte en una pieza totalmente rompecuellos y con su cantante totalmente desatado y arrodillándose por el suelo.
Sin dejar su primera obra, nos interpretaron “Welcome to the future”, un tema más lento pero muy pesado, que también hizo las delicias de los presentes, antes de regresar a su actual discazo con “Halftones to eternity”, con el cantante arengando a la gente, totalmente entregada a la banda y es que nos habían metido a todos en su bolsillo en poco minutos.
The Wizards
Sin abandonar su actual obra, llego el momento de presentarnos a “Who are you, Mr. Gurdjieff?”, un nuevo tema lento y pesado, pero que no deja de ser una pieza espectacular que nos hizo mover los cuellos al ritmo del tema.
Reconocieron que les gusta homenajear a las que han sido sus influencias y los norteamericanos Pentagram, precursores del Doom, son uno de ellas y se marcaron una versión de su tema “Sign of the wolf “, que animó aun más si cabe a la gente.
Con su vocalista entrando en un figurado trance, arrancaron “Conjure”, de su anterior disco, en la que su vocalista, que no paró ni un instante, bajó a empujarse con las primeras filas y acabo subido a hombros.
Ya en el escenario, su frontman dedicó el siguiente tema, “Stardust” de su nuevo disco, a su hermano, siendo un temazo con todas las letras, quizás el que más me gusto de toda la velada, y con el que hicieron amago de irse,
Sin embargo, no se acabaron de marchar del escenario y nos dejaron una versión del “Tired of being alive”, de otros de sus grupos venerados como son Danzig, muy bien recibida, para, tras agradecer al Rock Beer The New todas las facilidades dadas, despediré con “When we were gods”, ese tema que inicio de manera lento para acabar con mucha intensidad que cierra su nuevo disco y que dio por finalizada su actuación tras hora y cuarto de actuación.
Lo que nos dieron esta noche The Wizards fue algo digno de gran banda y es que no es fácil que la sensación de aprobación sea tan unánime como lo que sentíamos todos los que estuvimos esta noche en la sala santanderina.
Uno de los más impresionante conciertos que puedes ver, superando con creces sus ya de por si buenos discos de estudio, que palidecen ante semejante interpretación sobre las tablas.
Sin duda alguna, creo que todos los presentes nos fuimos de allí con una sonrisa de oreja a oreja tras lo visto esta noche, primero con la gente de Amonite y luego por lo que nos regalaron The Wizards.
Los bilbaínos son una de esas bandas que están llamadas a tomar el relevo dentro de la escena estatal o al menos así debería ser.