Se suele decir eso de que a grandes males grandes remedios, y por segundo año consecutivo nuestra economía nos impedía escaparnos por las festividades de semana santa, pero, a cambio, iba a tener un fin de semana intenso de conciertos, y donde pude ver la presentación de varios discos y comprobar, una vez más, que nuestra escena cántabra goza de muy buena salud.
El viernes me acercaba por vez primera a la sala Niágara a ver un concierto, donde repetiría al día siguiente; es curioso que en ese local, al que solía acudir en décadas pasadas con frecuencia, aun no hubiera visto nunca un concierto y eso que los programan todos los fines de semana.
También resulta significativo que las dos bandas que iba a ver esta noche son de la zona de Torrelavega y ambas se han tenido que ir a Santander a presentar sus trabajos, ante la falta de locales donde dar conciertos en la capital del Besaya, entre otras coas, por la injerencia de ciertos políticos locales. Es muy preocupante la situación cultural a nivel de calle en Torrelavega, sólo salvado por las iniciativas de las asociaciones, porque de las instituciones sólo se reciben palos.
Una vez ubicados en la sala, vimos como esta se iba llenando, hasta llegar a quedarse gente sin entrar y es que tano Voltaje Cadáver como Wet Cactus demostraron tener muy buen poder de convocatoria, ayudados por unos precios muy ajustados, tanto si solo querías ver el concierto, como si te querías llevar ambos trabajos.
Los primeros en comenzar con puntualidad fueron Voltaje Cadáver, banda formada por músicos con mucha experiencia dentro de la escena cántabra y alguno más joven como Oscar que esta noche iba a hacer doblete ya que tocaría la guitarra con ambas bandas.
Ya desde la primera canción, “Anti idea universal”, la banda dio muestras de su enorme calidad, con canciones que rebosan intensidad y que recibieron desde bien temprano el aplauso de los presentes, como también los recibiría el siguiente tema en sonar que fue “Buitres en la cadena de montaje”.
Mostrándose especialmente agradecidos por nuestra presencia en una noche tan especial para ellos y para sus compañeros de cartel, nos presentaron la canción con la que se abre su disco, “Todos los colores de la oscuridad”, siendo dicho tema “Terror ciego”, una pieza muy directa y contundente, que me gustó mucho, con un Manu demostrando porque es uno de los vocalistas mejor valorados de nuestra comunidad.
Voltaje Cadaver
Precisamente a su vocalista se le vio especialmente entregado en ese “Peregrinos”, tema muy celebrado por un público que estaba entregado a la banda gracias a temas como ese o como “Lobos callejeros”, en donde Panchi nos demostró que es un animal a la batería, con unas cualidades realmente incomparables.
No se olvidaron de recordar a toda la gente que les había ayudado para poder sacar adelante este trabajo, antes de seguir con “Besa la cruz”, pura caña y otro de esos temas que me engancharon, antes de dedicar a los politicuchos de su ciudad ese tema que es “Ciudad industrial”, un tema que refleja la decadencia de dicha ciudad y de muchas otras.
Hasta el momento habían tocado temas de su recién estrenado disco, pero quisieron hacer un punto y aparte para homenajear a los Motörhead de su época más exitosa con ese “Bomber” y que sirvió de recuerdo a sus 3 integrantes ya desaparecidos.
Parecía mentira pero el concierto estaba dando sus últimos coletazos, como así nos lo indicaron, pero aun hubo tiempo de interpretar ese tema bandera que es “Nos gusta la mugre”, antes de despedirse definitivamente, no sin antes recordar próximos eventos y dejarnos con “El hombre venido a menos”, tema que también cierra su disco y con el que nos dejaron tras casi una hora de actuación.
Voltaje Cadáver son una banda con todas las letras, integrados por unos músicos fantásticos, con unos temas intensos y propicios para que tu cuello acabe dolorido y, sobre todo, tienen un directo espectacular.
Con su disco ya editado, tocaran en las próximas fechas todos lo que puedan, así que, si no los has visto, no te los puedes perder y si ya los has visto, seguro que repetirás.
¿Y quién puede salir después de semejante recital y salir airoso de tal empresa? Pues los chicos de Wet Cactus, que, no solo logaron mantener el interés de los presentes, sino que este se acentuó, con momentos de autenticas locura.
Y es que lo de estos chicos es espectacular; a mí me enamoraron la primera vez que les vi y, aunque no los he visto tanto como quisiera, no dejan de ser una banda que en directo son impresionantes, algo que pudimos ver ya desde su inicio con “Jim´s song”, tema instrumental que abría su primer trabajo, llamado igual que la banda y que provocó el delirio de la concurrencia.
El primer tema que sonó de su recién estrenado segundo disco, “Dust, Hunger & Gloom”, fue “So long”, un tema que empieza más lento para ir cogiendo luego intensidad, siendo un pieza donde dejaron ver sus muchas cualidades.
Tras agradecernos nuestra presencia e invitarnos a visitar su puesto de merchán, regresaron a su anterior disco con “The road”, un temazo que provocó un autentico desfase entre el público, con gente empajándose y botando como si no hubiese un mañana. Simplemente espectacular este tema.
Un nuevo tema de su nuevo disco es “Full moon over my head”, y se ve que han querido dar un nuevo enfoque a su sonido, pero sin salirse de su esencia, tras el cual nos presentaron a los miembros de la banda, para seguir con “Aquelarre”, una extensa pieza instrumental, también presente en su actual disco y que nos dio muestra del impresiónate nivel que atesoran estos jóvenes músicos.
Un nuevo viaje a su anterior disco, de hace ya 3 años nos llevó por ese “Ride the way for free” y donde Jaime no quiso ser menos que su predecesor a la batería y demostró también ser un gran músico.
Wet Cactus
Era el turno del tema que da nombre a su disco, “Dust, Hunger & Gloom”, un tema extenso y elaborado, algo que es la línea general de su reciente obra y que coloca a la banda en un nivel superior al que disfrutaban hasta ahora.
Comenzaron a despedirse, mientras interpretaban “Damned rope”, el último tema que sonaría de su anterior obra, tras la que tuvieron algún problemilla con el micro, que aprovecharon para deleitarnos con algún fragmento de los míticos Black Sabbath.
Tras solucionar dicho problema, se despidieron definitivamente con la extensa “Sleepy trip”, tema con el que también cierran su nuevo disco y con el que dieron por concluido su concierto tras algo más de una hora de concierto.
Sin duda alguna, Wet Cactus ya no son el futuro del rock en Cantabria sino que son una realidad, ya que su nuevo disco ha superado al anterior, que ya de por si nos gustó mucho, y, además, en directo llevan ya un tiempo siendo uno de los mejores directos que se pueden ver en nuestra tierra.
La verdad es que cuesta imaginar hasta dónde puede llegar el crecimiento de una banda que, no solo tiene juventud y mucha calidad, sino parecen tener muy claro lo que quieren hacer.
Y así, me fui de la Sala Niágara, muy contento al observar que, una vez más, las bandas cántabras siguen llenando en sus presentaciones, lo cual nos demuestra que aquí hay bandas de calidad y que el público, amigos y familiares aparte, saben valorarlo.
Desde aquí solo queda felicitar a Wet Cactus y a Voltaje Cadáver no solo por este llenazo, sino por sus fantásticos trabajos y que esperamos verlos muchas más veces en directo.