El fin de semana del 20 y 21 de abril, la banda barcelonesa Ekko y los madrileños Noprocede unieron fuerzas para visitar el norte peninsular con dos fechas, la primera en la Sala Niágara de Santander y la segunda el mítico Edaska de Barakaldo, Bizkaia, dos fechas arriesgadas pero necesarias para dos bandas que viene pegando fuerte, el norte es difícil pero tarde o temprano hay que visitarlo si se quieren hacer fuertes en los directos, como bien dijo Kitai hace unos meses, comer barro, básicamente.

Acudimos a la primera de las dos fechas, la de Santander, llegando poco después del inicio del concierto de Ekko, fuimos algo apurados porque veníamos de hacer fotos del concierto aniversario de Noche de Rock en el Black Bird, pero las prisas y la carrera merecieron la pena, eso sin duda.

La música de Ekko se puede catalogar como rock urbano de toda la vida, muy en la onda de Marea o Gritando en Silencio, un tipo de música “accesible” dentro de lo que se cataloga rock nacional. Vimos a una banda compacta y con mucha ilusión por agradar, llena de actitud y presentando los nuevos temas de su álbum “Las Leyes de su Jauría”, que por cierto suena genial, quizás haya sido el motivo principal de acudir esa noche al Niágara.

Más o menos llegamos sobre la cuarta o quinta canción cuando iban tocando “Cenizas”, que forma parte de la novedad, por cierto, continuando con “Cada Madrugada”, que fue uno de sus singles de su anterior trabajo “Día Cero”. Canciones directas y rápidas, la mayoría presentadas por su cantante Mark con pequeñas introducciones con versos con sentido, como bien hacen nuestros compadres Bocanada.

También escuchamos “Resurgir” y “Mil Abrazos”, esta última en el disco “Día Cero” cuenta con la colaboración de un buen amigo, Balta de La Desbandada, con un resultado genial ya que son dos bandas muy afines. Y ya para terminar, entre otras, “Como una Brisa” y “Náufrago del Tiempo”.

El concierto se nos pasó en un respiro, a la próxima lo veremos de principio a fin, eso sin duda, pero claro, esperemos que vuelvan pronto.

Noprocede es otra banda que allá por donde va está dejando buenas sensaciones, incluso agotando entradas en su ciudad natal como es Madrid en enero de 2017, cosa difícil en estos tiempos que corren para un grupo local, poca broma como diría aquel.

También lo suyo es el rock de aquí, pero tiene algo distinto que no sabría definir, quizás sea la voz de Javier, potente, también rasgada pero melódica a la vez, no sé, tiene algo diferente, de esas que llegan dentro.

Tienen un disco que hemos rallado hasta la saciedad, “Grisú”, aunque su anterior trabajo del 2013 “No Quedan Valientes” no suena nada mal, dos referencias a tener en cuenta. Empezaron con “Saltan las Ratas”, “Ciudad Olvido”, “Dos Turnos sin Tirar” y “Mátame”, un inicio feroz tirando de tres canciones “antiguas” y una novedad, dándonos cuenta que esta banda promete, además tiran mucho de coros y eso especialmente me encanta, es una forma de alimentar las canciones que realmente me gusta.

Concierto sin complicaciones, a excepción de la rotura de cuerdas de uno de los guitarristas, que pidió ayuda a Marc de Ekko, que como en la banda barcelonesa hay tres con ese nombre, allí aparecieron todos para echar una mano, así da gusto. Continuaron con “Que se quite el Frío” y “El Malo”, llegando al ecuador del concierto rápidamente, allí ya entrando en calor agradecieron la presencia del público, éramos pocos pero los que estábamos disfrutamos como niños.

Otro tema que nos puso la piel de gallina fue “Para los Restos”, mejor dicho, un temón, interpretada a medias entre Javier y el batería, Javier Salas, que no se le dio nada mal lógicamente, ya que es el cantante de Nadye, que visto lo visto, además de ser un gran productor, canta bien, toca la guitarra, y ahora por lo visto, la batería, este chaval es un potosí, vale para todo, además graba discos. Y así a lo tonto, terminaron con “Tachar de la Lista”, toda una declaración de intenciones.

Y al terminar, foto final de las dos bandas, dos grupos hermanos, dos formaciones que marcan el futuro del rock nacional, ese cambio generacional tan necesario como real, solo hace falta dar oportunidades y eso pasa por ir a sus conciertos y abrir tus oídos para no escuchar el sota, caballo y rey del rock nacional, hay más grupos y con muchos, te la gozarás, como las tres chavalas que estaban saltando y votando mientras Noprocede estaban tocando, eso es el presente.

Gracias!