Es bien conocido el gusto de Loquillo por cuidar los detalles, algo que volvió a demostrar convocando a los medios en la coctelería Casa de Suecia de Madrid para presentar su gira 40 Años de Rock and Roll Actitud, compuesta por once conciertos a lo largo de la península, que arrancará el 15 de septiembre en Arnedo (La Rioja) y seguirá por Murcia, Málaga, Sevilla, Granada, Salamanca, Valencia, Bilbao, A Coruña y Zaragoza, para acabar el 14 de diciembre en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
Las entradas se pueden conseguir desde el día 24 de abril en la web del propio Loquillo y a partir del día 26 de abril en ticketmaster.
La gira, y el disco triple con cincuenta y cinco canciones de las más significativas de la carrera del barcelonés, que se puso a la venta el día 20 de abril, se llaman así porque fue en 1978 cuando José María Sanz dio su primer concierto, siendo todavía menor de edad, en el Cabaret Tabú de Barcelona.
Además, se reeditan dos libros sobre Loquillo: “El chico de la Bomba” y “Barcelona ciudad”. Próximamente se publicará otro sobre la etapa de Loquillo y Los Trogloditas en Madrid, titulado “En las calles de Madrid”.
Si bien no hablaron, estuvieron acompañándole en la presentación Sabino Méndez, Gabriel Sopeña y Josu García, quienes han tenido una muy importante aportación en la carrera de El Loco; aunque sí posaron para las fotografías.
Los que sí hablaron fueron David Gistau y Manuel Jabois. Ambos, que se consideran chicos de barrio, expusieron la importancia del barrio; clave en las canciones de Loquillo, como puede ser la necesidad de huída de allí que quedó reflejada en Cadillac Solitario –con letra de Sabino Méndez. Loquillo quiso huir del barrio alistándose a la Armada. “Se equivocó –consideró David Gistau- porque el que le iba a sacar del barrio sería el rock and roll”. Luego, al evolucionar, tuvo el acierto de reconciliarse con su origen en la madurez “en la que el barrio se convierte en un blasón, un origen que tener presente”. |
Manuel Jabois, que creció en un barrio en el que les cosían el pájaro loco en las cazadoras y todos los de su pandilla querían ser rockeros, también resaltó la importancia del barrio en la vida. “Cuando creces en un barrio lo primero que piensas es en salir de allí para ver mundo”. Considera también que el mérito artístico de Loquillo fue el camino de vuelta. El regreso al barrio. Saber mirar atrás. Saber de donde venía.
También habló de lo grato que es y de lo joven que te mantiene la vida en pandilla.
Al fin y al cabo, como destacó David Gistau, una banda de rock and roll no deja de ser una pandilla. En el caso de Loquillo, una pandilla que se conjura antes de salir al escenario. “Cada concierto es un desembarco. Cada concierto es una excusa para vivir en pandilla”. Una pandilla que ha creado unos cuantos de los himnos de su generación.
Loquillo remató la presentación: “Cuando naces en un barrio la pandilla es la que te salva”. Apostilló lo dicho anteriormente: una banda de rock and roll no deja de ser una pandilla. “Tengo un pasado como jugador de baloncesto. Cuando empecé me dijeron: el baloncesto es un deporte individual que se juega en equipo...Y eso es lo que he mantenido durante toda mi vida: he querido estar en el mejor equipo con personajes individuales... Me he sentido entrenador y aglutinador de todos esos talentos. Yo, si estoy aquí es por una razón muy clara: me he sabido rodear de los mejores...” Y, para acabar, recordó aquello que se decía en La Bola de Cristal, donde participó: solo no puedes; con amigos sí. |