Kiss aún están en forma como para dar saltos sobre sus míticas plataformas, maquillarse las arrugas, escupir fuego y ser parte de un impresionante montaje que han sabido perfeccionar y pulir durante unas cuantas décadas, pero igual de efectivo que en sus primeras giras. La banda que atesora 28 discos de oro en Estados Unidos y que ha vendido más de 40 millones de álbumes, traían unos teloneros de lujo como lo son Megadeth.
Kiss venían a España para celebrar sus 45 años de carrera sobre el escenario con cuatro shows repartidos por la península. Esta gira no viene motivada por un nuevo disco. El grupo no necesita un reclamo para congregar a todos sus fans al pie de un escenario. La de Madrid sería la segunda fecha de esta gira. Un día antes habían descargado con no muy buenas críticas en el Rock Fest de Barcelona. Otra cita sería en la Plaza de toros de Córdoba, la primera que Kiss hace en Andalucía en toda su carrera musical y su último concierto ha sido en el Resurrection Fest en Viverio el 14 de julio.
Cuatro décadas no son tantas si hablamos de largas trayectorias en el rock ‘n’ roll. Pero celebrar 45 años de carrera tiene mérito si ésta ha consistido en tocar cada noche subidos a gigantescas plataformas, escupiendo fuego, rodeados de explosiones y kilos de maquillaje cubriendo el rostro.
Kiss son serios, aunque esa seriedad choca con la naturaleza de Kiss cuando ves miles de sonrisas en un estadio a rebosar de público de todas las edades. Gene y Paul han hecho un excelente trabajo modelando la iconografía del grupo. Aunque, al final, todo el circo se sustenta en lo mismo. Kiss no es un gran grupo por lo que vende o por lo que genera a su alrededor, sino porque tiene grandes canciones y millones de seguidores en todo el mundo.
Megadeth
Riadas de fans se acercaban desde primeras horas de la tarde a las cercanías del WiZink Center. El lugar se empezaba a rodear de caras pintadas y miles de camisetas de Kiss. Pero había grandes y serios problemas con la logística. Pocos saben que el concierto estuvo a punto de suspenderse por esta razón. Los trailes que transportaban el escenario de Kiss llegaban con dos horas de retraso. Había varios de los trailers de la gira de Kiss que acababan de descargar material y se marchaban a estacionar en otro lugar. Allí quedaban varios autobuses que transportan a todo el personal y dos trailers enormes que llevaban los grupos electrógenos que suministran energía a todo el montaje de la banda.
A las 16:30 estaban convocados los asistentes al Meet & Greet con Kiss, y la banda aún no había salido ni tan siquiera de Barcelona a esa hora. El escenario estaba a medias por montar, y una vez confirmado que se podía hacer finalmente el concierto, Kiss voló hacía Madrid, llegando en un vuelo privado sobre las 18:30 y donde les recogieron cuatro furgonetas tipo Van, saliendo estas en dirección de las instalaciones del WiZink Center. Todo esto hizo que las puertas se abrieran con dos horas y media de retraso en el horario estipulado (de las 17:00 a las 19:30) y que la actuación del primer grupo telonero The Blackmordia finalmente no se produjera, Megadeth también sufrieron las consecuencias, ya que tuvieron que recortar su setlist a diez temas. El propio Dave Mustaine dio explicaciones hacia el final del concierto.
Finalmente nos preparamos para disfrutar de uno de los grandes del thrash, aunque con quince minutos de retraso. Situados ya en el pit de fotógrafos, las luces se apagan para que la intro comience con “Prince Of Darkness”, y la pantalla nos muestra una animación, donde el logo de Megadeth se carga de energía radioactiva. Ahí la maquinaria de Mustaine comienza a funcionar. Dirk Verbeuren da salida a “Hangar 18”, los fans, quienes rápidamente comienzan a saltar y a cantar con la aparición de Dave Mustaine en escena.
Megadeth suena brutal, Kiko Loureiro es el primero en salir al ataque. Una hora duró el repertorio, con temazos como; “The Threat Is Real”, “The Conjuring”, “Take No Prisoners”, “My Last Words”, “Tornado of Souls”, “Symphony of Destruction”, “Peace Sells” y “Holy Wars… The Punishment Due”. ”Dystopia” logro una gran acogida, sobre todo con los solos a dúo entre Loureiro y Mustaine. Dirk Verbeuren logra darle un sonido intenso y veloz a Megadeth, mientras que Kiko Loureiro aporta técnica y ejecución. Dave Mustaine mantiene al grupo más vivo y solido que nunca.
Megadeth
Tras la actuación de Megadeth tocaba los últimos preparativos por parte del personal logístico trabajando tras el enorme telón negro que tapaba el escenario. Finalmente, se podía apreciar que los laterales y parte superior del escenario quedarían sin poner, así como el kit de batería de Eric Singer quedaría semi escondido entre una plataforma de luces por la cual no se podían ver los dos parches de la batería con el logo de Kiss. Veinticinco minutos de retraso y sonó el “Rock and Roll” de LED ZEPPELIN que sirve de intro. Apagan las luces y suena el All right Madrid!!! You Wanted the best, you got the best... The hottest band in the world... Kiss!!! El inicio del concierto no pudo ser más demoledor.
Tras la caída de la gigantesco telón con el logo de Kiss que cubría el escenario la banda arrancó el tren fantasma y la locomotora diabólica teatral de una marca bajo la licencia de unos 3000 productos descargaban todo su arsenal en Madrid. Kiss abrían el show a golpe de pirotecnia y ponían sobre la mesa el primer temazo, la primera carta fuerte para desatar la Kissteria. Una canción que captura el espíritu de lo que vas a obtener durante el resto del concierto, y “Deuce” es perfecta para abrirlo. El inicio fue muy potente y la han seguido temas rodeados de pirotecnia y llamaradas de fuego que flanqueaban a Eric Singer, que marcaba el tiempo de la imparable máquina de rock duro que es Kiss, seguida “Shout It Out Loud” y la locura se extendió por el pabellón, unánimemente puesto en pie desde el primer acorde. Paul nos saludó, comenta que la noche anterior estuvieron en Barcelona y nos reta animando al personal. Chapurreó un “No hablo demasiado español, pero comprendo sus sentimientos y mi corazón es tuyo” y tras varios segundos de respiro, llega para rematar “War Machine”.
Las luces y la pirotecnia estaban ayudando a hacer de la noche un verdadero espectáculo de colores, con el fuego como elemento clave. El sonido, apabullante. La energía, infinita. El WiZink Center tuvo una entrada más que respetable, cerca de unas 15.000 personas. Con “Say Yeah” y “I love it loud” el espectáculo empezó a ganar altura con Simmons sacando la lengua siempre de paseo y escupiendo fuego de una espada en llamas.
Kiss
Llegaba entre más lengüetazos, saltos y un maquillaje aún impoluto, un tema que el resultado fue, una vez más, demoledor y visualmente espectacular. Aquí es el momento de Tommy Thayer donde te demuestra una vez más que él no está ahí por casualidad, disparos de pirotecnia desde su guitarra mezclados con riffs de “Shock Me”. El público tenía ganas de himnos como “Firehouse” o cantar junto a Simmons “Calling Dr. Love”. Pero con “Lick It Up” y “I Was Made For Lovin’ You” triunfaron, todo el público de Madrid se vino arriba y en pie las corearon al unísono, fogonazos y llamaradas desataron un infierno sobre el escenario. Empezaba entonces la parte más espectacular del show, con dos plataformas que elevan a Thayer y Simmons escupiendo sangre y alzándose sobre lo más alto del escenario en “God Of Thunder” y Stanley sobrevolando el público con una tirolina para cantar “Love Gun” desde una pequeña plataforma situado en el centro de la pista. Antes elogió a la Kiss army, cuando pidió que se encendieran las luces para poder vernos las caras.
Momento de alto impacto de una rotunda y celebrada “Black Diamond” en la que la batería de Singer se eleva hasta lo más alto del Pabellón y se dejan ver en el fondo del escenario dos tigres que ocupan todo el fondo, visualmente todo lleno de explosiones y luces. Y en los bises “Detroit Rock City” y “Rock And Roll All Nite” que también celebró el público desbordando la euforia entre pirotecnia, toneladas de confeti y Simmons y Thayer suspendidos sobre el público. Un concierto que fue pura maestría escénica, se curraron el escenario y machacaron al público como si fuera su primera vez. Final de fiesta de una banda que, sin moverse un milímetro de su actuación escénica, aún sorprende y entretiene.
Sangre y fuego sobre el escenario, un repertorio escorado hacia los días de gloria de los setenta y ochenta con una superproducción escénica brutal. El de la lengua kilométrica es un auténtico genio sobre las tablas. La hora y cuarenta minutos que duró el concierto parecía haber pasado en apenas unos minutos. El público, satisfecho pero con ganas de más, se esparció por la sofocante noche madrileña consciente de que Kiss sigue siendo el mayor espectáculo del mundo. Como dice la voz que cada noche presenta el show: “Querías lo mejor, tienes lo mejor: la banda más caliente de la tierra: Kiss”. Cerraban brillantemente un espectacular y un soberbio concierto en Madrid.