Años llevaba en mi cabeza, anidando como un cuervo negro, la idea y las ganas de ir al Psychobilliy Meeting. Era un tren que, por una circunstancia o por otra, siempre terminaba por descarrilar. Hasta este año. El Meeting ocupa una semana en la que Pineda de Mar, gracias a la increíble labor de Just for Fun, se convierte en un oasis para los amantes del Psycho. Seguramente ms conocido y valorado internacionalmente que de puertas para adentro, este festival es una experiencia para ser gozada, aunque yo solo puedo contar una parte que comprende las noches del viernes y del sábado, esta reunión es mucho, pero que mucho más. Es un lugar de encuentro, un punto de llegada y reunión lubricado con una música para locos, hecha por locos. De locuras así nunca andamos sobrados.
Ubicación: Playa dels Pins, Pineda de Mar, cerca del cementerio.
La carpa donde se celebran los conciertos de las noches esta cruzando las vías del tren. Una vez pasas el control no necesitas nada más. Todo está pensado con calma y organizado de forma expresa para el uso y disfrute de los asistentes. Nada mas entrar hay un buen ramillete de stands donde se puede adquirir todo tipo de parafernalia relacionada: a dos pasos tenemos pendientes, vestidos de vuelo, camisetas, cuadros; dos pasos mas allá vinilos y cds como para dejarse el sueldo de varios meses; dos pasos más acá conviven en armonía bolsos con forma de ataúd, figuritas de Rat Fink, creepes con moteado de leopardo rosa o parches con la cara del monstruo de Frankestein junto a su novia.
Toda una delicia donde babear malsanamente ya que estos objetos están, desgraciadamente, muy alejados de poder ser adquiridos en los circuitos de distribución normales. Como no podía ser menos, de vuelta conmigo vinieron alguna camiseta y dos fantásticos libros que me harán el verano mas amable: La Huella del Gato de Marc Noir, al que fue un placer poder saludar presentando la primera biografía sobre Stray Cats jamás escrita, y Psychobilly, 30 Años de Rock & Roll para Mutantes de Marco “Sr. Mutante” Sánchez, un buen libro y de lo poco que hay publicado en castellano sobre este tema. Si a alguien les interesan aun es fácil conseguir una copia, fácil y muy aconsejable.
Pasado el lugar reservado para los stands, salimos a un amplio espacio central al aire libre con multitud de mesas y bancos, perfecto para regar las gargantas. Hay varias barras y para comer algo. Una magnifica ocasión para socializar un poco, compartiendo mesa con gente de medio mundo atraídos a este oasis extirpado de la rutina cotidiana. Si te preguntas si es un buen sitio para ir en familia la respuesta es un contundente ¡¡si!! Pudimos ver muchos niños acompañando a sus padres. Eso es llevarlos por el buen camino y lo demás son tonterías. Decir también que impera el buen rollo y el civismo, sumado a la buena distribución de baños y papeleras, ríete tú del Liceu donde seguro que los que van son mas guarretes.
Ambiente
Música: mucha y muy buena
El cuanto a música se refiere el Meeting va manteniendo año tras año, y ya van 26, un nivel alto o muy alto si eres amante de este estilo de música. El primer grupo que pudimos ver el viernes fue The Wild Ones, justo antes habían tocado Phantom Rockers y, abriendo la noche, Raygun Cowboys. Por desgracia no pudimos ver a las dos primeras formaciones. Como decía, The Wild Ones fue el primer concierto que pudimos ver. Desconocidos para mí, vimos su actuación de forma intermitente, mientras nos ubicábamos. Sonaron enérgicos y voluntariosos. Tal vez con un poco de ruido, nada criticable, ya sabemos como se la juegan las carpas. Técnicamente me parecieron buenos y muy solventes, indagare un poco mas sobre este trío.
En este punto quiero agradecer a la organización las facilidades para poder realizar nuestro trabajo, tanto de redacción como de fotografía, el pase de backstage fue todo un acierto y un honor para nosotros. Nota: esperamos repetir.
The Wild Ones
Después de despejar el escenario y volverlo a llenar con los aparejos oportunos llegó la hora de Long Tall Texans. Abrieron el concierto con el tema instrumental Taxi! y siguieron con un repertorio de casi treinta canciones donde pudimos oír entre otras Border Radin, Bloody, Indians, Ballroom Blitz o Breakaway, con la que finalizaron el concierto.
Con ellos la gente se empezó a animar mas y el aforo aumentó de forma considerable. Su neorockablilly vitaminado y fibroso fue el combustible perfecto para caldear un ambiente ávido de emociones. Creo que están en un buen momento, con un sonido con personalidad y muy trabajado, con el que inundaron la carpa haciendo vibrar todas sus costuras. Un acierto sin duda.
Long Tall Texans
Después vino el turno de Frenzy. Nunca había tenido ocasión de verlos. Todo un show de efervescencia y tensión. Se mueven mas que el rabo de una lagartija. Técnicamente son muy buenos, tienen muchas tablas y eso se nota y se disfruta desde el principio, con el tema Robot Riot, hasta el final, con Long Play.
Entre una cosa y otra pudimos ver al cantante y contrabajista atravesar la carpa en volandas, por encima de cientos de cabezas, como una tabla de surf humana deslizándose por olas de manos. Un espectáculo. Sabe muy bien que hacer para mover a la gente, como interactuar con el público y tenerte pendientes de ellos. Entre los temas que tocaron recuerdo Hero, I See Red o Cry or Die. Realmente me gustaron mucho, espero poder volver a verlos para comparar.
Frenzy
Nuevo cambio de aparataje y el escenario listo para otro de los platos fuertes de la noche, y con el que se cerraban los conciertos del viernes. Nekromantix, ni mas ni menos, con Kim voz y al bajo, Fran a la guitarra y René, como última incorporación en sustitución de Adam, a la batería. El nuevo batería es la única novedad reseñable desde la última vez que los había visto. Aun parece estar a prueba ya que ocupa la parte izquierda del escenario, ocupando los tres el front line, y no el fondo como suele ser habitual. Será que así Kim lo tiene más controlado. Bromas aparte, es una buena incorporación, aunque creo que aun le falta un poco de rodaje con los Nekro en directo. Para mi son uno de los mejores grupos de Psychobilly.
Contundentes donde los haya, repletos de continuos cambios de ritmo inconfundibles, visualmente con el icónico contrabajo en forma de ataúd (double bass coffin). En los casi noventa minutos que estuvieron sobre el escenario para hacernos gozar con mandanga de la buena, desplegaron un repertorio de unas veinte canciones, bien escogidas, de su arsenal mas oscuro y potente. Desde la primera Wrecking Ball hasta la última Motorpsycho nos dieron buena muestra de su trayectoria. Temas como Alice, Nice Day for a Resurrection, Subculrural Girl o más recientes como Glow in the Dark y una de mis favoritas Devil Smile, con las que hicieron mover los huesos del personal y temblar todas las telarañas.
Puede parecer que la noche acababa ahí, pero no. Hasta las cinco de la madrugada el DJ. Otta Deejay seguiría poniendo música por si a alguien aun le parecía poco. Nosotros recogimos velas con ganas de hincarle el diente al siguiente día, el sábado.