La quinta edición del Huercasa Country Festival reunió un año más a un variopinto público que se esmeró en vestirse para la ocasión con botas camperas, sombreros tejanos y camisas de cuadros, dibujando una estampa más propia de una localidad tejana que de la meseta castellana. Fueron alrededor de 10.000 almas, según la organización, las que acudieron a la cita más importante para los amantes del Country de este país y en la que, como siempre, disfrutamos con su ambiente tranquilo y familiar.
La jornada del viernes se abrió con una de las artistas más prometedoras del country de la costa oeste, Jaime Wyatt, que con su voz ligeramente áspera ofreció un show intimista que dividió al público entre los que se enamoraron de su lánguida sensibilidad y los que se aburrieron con un set que en una sala hubiera funcionado mucho mejor.
Jaime Wyatt
La cosa cambió radicalmente cuando The Cadillac Three aparecieron en escena. Con chulería macarra se dedicaron a descerrajar temas de hard rock de espíritu sureño con los que consiguieron que el público se revolucionara y coreara canciones como “I’m Rockin’”, “Don´t Forget The Whisky” o “Days of Gold”. El suyo fue el concierto más divertido, adictivo y enérgico de todo el festival.
The Cadillac Three
Lo de John Hiatt fue otro nivel. Se subió al escenario acompañado por The Goners, una banda exquisita en la que destacó sobremanera Sonny Landreth, cuyo manejo del slide dejó al público con la boca abierta y los pelos como escarpias.
El setlist fue sensacional, ya que tuvo como eje central el álbum “Slow Turning”, con el que músico se consagró hace ahora 30 años. Así pudimos oír temas fundamentales como “Drive South”, con el que comenzó el concierto, la magnífica “Slow Turning”, “Tennessee Plates” o la impresionante “Is Anybody There" Hiatt dominó en todo momento el show con la presencia que sólo tienen los grandes, marcó los tiempos con maestría y contó pequeñas anécdotas sobre las canciones como cuando nos recordó que “Riding With The King” fue versionada por hace unos años por B.B.King y Eric Clapton. Su voz, siempre creíble, trasmitió con emotiva sinceridad el mensaje de “Have A Little Faith In Me” y con "Memphis In the Meantime" se despidió de un público consciente de haber presenciado un sublime espectáculo.
John Hiatt
En la jornada del sábado, la asistencia aumentó respecto al día anterior y en el recinto se pudieron ver más familias, niños y vaqueros que nunca. Tras la obligatoria sesión de baile en línea, Stephanie Quayle, acompañada sólo por guitarra y bajista, ofreció el primer concierto del día con temas de country pop inofensivo como “I’ve Got You Six” o “Selfish”.
También incluyó en el setlist un par de versiones de clásicos indiscutibles como son “Jolene”, de su admirada Dolly Parton, y “Mamas’ Don’t Let Your Babies Grow Up To Be Cowboys”, que popularizaron Willie Nelson & Waylon Jennings como dúo, pero que a tenor de lo que vimos a la cantante de Montana le quedaron muy grandes.
Stephanie Quayle
Tras el show inocuo de Quayle, The Band of Heathens tomaron el testigo sobre el escenario. Los de Austin se mostraron como una banda cohesionada con un sonido pulcro y claro, y pudimos disfrutar de los hermosos juegos vocales con los que adornan su música.
La energía fue aumentando según transcurrían los temas, comenzando con temas “Carry your Love”, “Grenn Grass of California” o “All I’m Asking”, colando un par de versiones que rindieron al público definitivamente (“You Wreck Me” de Petty y “Blue” de The Jayhawks) y dejando para la parte final la fuerza de canciones como “Hurricane”. Impecables.
The Band of Heathens
Como había sucedido el día anterior con Hiatt, el concierto de Steve Earle estuvo a años luz de lo que habíamos presenciado hasta entonces. Comenzó con “So You Wanna Be an Outlaw”, que da título a su último álbum, y a partir de ahí Earle nos sumergió en una maravilloso recorrido por la esencia de música americana. Sonaron “The Firebreak Line”, “Johnny Come Lately”, la canción que grabó con The Pogues, y también pudimos oír “Guitar Town” y “The Galway Girl”, con The Dukes dando una lección de calidad irrefutable, donde tuvo especial protagonismo la sensacional Eleanor Whitmore al violín y coros, sin duda, la mejor voz femenina que escuchamos en todo el festival.
Steve Early se mostró muy reivindicativo y declaró su preocupación por nacionalismos y fronteras antes de presentar “Jerusalem”. “I Ain’t Ever Satisfied” y la escalofriante “I'm Still in Love with You"”, con la bella voz de Whitmore acompañando a Early, fueron sencillamente sublimes. Con el público completamente absorto, la locura se desató cuando comenzaron a sonar las primera notas de “Copperhead Road”, poderosa como pocas. En un final apoteósico, Early nos sorprendió con una extraordinaria versión de “Hey Joe” y cerró la actuación con la preciosa e íntima “Christmas in Washington”, con la que consiguió que a más de uno se le escapara las lágrimas.
El concierto de Early fue mágico, excepcional y maravilloso. A partir de ahí, la pregunta de la noche fue ¿Hiatt o Early? Pero, ¿por qué elegir si en dos días consecutivos hemos visto dos de los mejores conciertos de este 2018? Congratulémonos de nuestra suerte.