¿Qué podríamos contar sobre uno de los maestros decanos del rock en este país? Hacía casi un lustro que no te veía y fue en mi último Viña Rock muy, muy cerquita (nótese la ironía) cuando lo vi a través de un “plasma” como a M.Rajoy. En esta ocasión, tener la oportunidad de pasar al foso para hacer fotos, además de la responsabilidad de esta crónica, me permite tenerte a escasos metros y si yo no soy aquel chaval que con 16 años te vio en directo por primera vez, este Rosendo que aparece en el escenario acumula unas cuantas canas más que yo. Sin embargo estás dispuesto a darlo todo en el escenario como aquella primera vez, como tantas otras veces te he visto hacer.
Hoy no quiero desgranar cada canción del concierto, ni para bien, ni para mal. No quiero porque el hacerlo me llena de una sensación muy próxima a la tristeza. No solo porque sea tu “hasta luego”, sino porque otro de nuestros referentes no pudo estar contigo. Boni, cuídate…a ti también te queremos.
Me resulta difícil imaginar que el año que viene no volveré a hacer cola para verte. Eres casi uno más de la familia, he crecido contigo y he tenido la suerte de llevar conmigo a tus conciertos a los pequeños de la familia que quedan agradecidos y con las pilas cargadas. “La gira de despedida del Reverendo”, de nuestra piedra angular. Decía tu comunicado que “ni quemarse, ni desvanecerse, dejarlo en lo más alto”…y ahí quedarás. En lo más alto de los escenarios que nos han visto crecer a tantos adolescentes y que ahora te despedimos como padres de familia con canas.
Hoy recuerdo la primera vez que te escuché en la radio del coche de mi primo “Purdey”…Loco por incordiar, tenía yo probablemente 13 años y daba mis primeros pasitos en esto del rock and roll, con alguna cinta vieja de mi padre de Lone Star y el “The Final Countdown” de Europe. Estuve mucho tiempo tarareando “Loco por incordiar”, “Pan de Higo” o “Agradecido”. Hoy sigo loco por incordiar, entiendo Pan de Higo y quédote agradecido, “abuelo”, porque gracias a ti, muchos de nosotros llevamos una guitarra a cuestas (aunque sea en sentido figurado) y hemos aprendido a ser críticos y un poco sarcásticos cantándote. |
Me hiciste sin pretenderlo, ser parte de algo. De repente el no sentirme guapo no me generaba complejos. Europe no estaban mal, pero eran guapos, cantaban bien y su chulería era más propia de cómic que otra cosa. Contigo importaba algo más, los feos nos juntábamos a tu alrededor como en una fogata de campamento americana y tú eras nuestro fuego, tu voz rasgada y tu socarronería eran reales…y yo quería escribir como tú. Una vez leí que Stephen King decía que su literatura era la hamburguesa de la literatura. Sencilla, sin artificios y cercana. Rosendo, has sido la hamburguesa de la música de este país.
Me has enseñado muchas cosas a través de estos años pero algo que honra tu trayectoria es ser fiel a ti mismo, a que no te importe el postureo o lo que digan de ti…algo que he trasladado a mi propia persona, AGRADECIDO, señoría.
Gracias por hacernos ver tanto mamoneo, por señalar a los flojos de pantalón, por gritarnos “¿de qué vas?” Y hacernos poner los pies en el suelo. Hoy soy yo el que a veces veo a algún joven y pienso “maldición, eres un corazón salvaje”.
Hoy deberíamos ser todos los que cantamos bajo el escenario los que subiéramos a cantarte a ti, pero sabes que Agradecidos quedamos y que pese a que las cintas de cassette quedaron atrás, siempre estarás en nuestros coches al ir a un concierto, en las reuniones con los colegas y ojalá permanezcas mucho tiempo en el imaginario popular porque “lo malo es…ni darse cuenta” y afortunadamente tú, nos abres los ojos.
…y recordad no confundir marginal con nunca verán lo que yo quiero.
GRACIAS! |