Las otras canciones que han sonado de “Efecto Inmediato” han sido: “Tu mejor momento” (¿se referirá en el fondo a él mismo? Pudiera ser perfectamente), “Quítame este escalofrío” y “Por el mismo precio” (en la que nos transmite que llegan momentos en los que hay que quitarse cosas de la cabeza para que puedan caber otras nuevas).
La banda suena muy contundente y compenetrada, algo que no es de extrañar ya que llevan juntos desde 2013. De hecho, en “Relojes en la oscuridad” Nacho ha abandonado el escenario dejando que la cantara Jesús Ortiz de Zárate, el teclista que viene acompañándole desde los años ochenta del siglo pasado. Cuando estaba acabando el tema, Nacho ha regresado con la misma energía que ha tenido durante toda la noche.
Se está comunicando mucho con el público. Así en “Sol del Caribe” ha explicado que la compuso con dieciséis años. Además, fue uno de los temas que tocaron cuando fueron teloneros de Ramones. Sí, lo fueron; aunque pueda parecer extraño. También de Siouxsie & the Banshees; y de Wilko Johnson.
Ahora mismo acaban de concluir la frenética “Nadie puede parar” y están abandonando el escenario. El público no para de gritar y aplaudir.
“Grité una noche. Mi voz dio botes”.
Ha empezado el bis con “Crocodile rock”, una canción que Nacho ha confesado que siempre había querido tocar en directo. Ahora está invitando al público a que suba al escenario. Cualquiera que vea las imágenes sin escuchar el sonido podría pensar que estaban cantando “We are the world”, pero no, se trata de “La chica de ayer”. De nuevo. Por segunda vez en el concierto. “Ya os he dicho antes”, explica Nacho, “que esta canción ya no es de nadie. Es vuestra”. Y así es. El público que abarrota el escenario, con la ayuda del resto de la sala, se entrega a cantarla hasta la extenuación. “Give the people what they want”, que decían The Kinks.
“Otro golpe, recordar toda mi debilidad”.
Acaba de terminar el concierto en la sala Kaya (título de un disco mítico de un artista internacional fundamental del que Nacho y Carlos Brooking hacían versiones en sus comienzos musicales), que ha albergado un concierto de un grupo imprescindible del pop-rock en castellano. Una noche como hoy en Guadarrama la vida parece regalada.
Veinticinco años después acabo de darme cuenta de lo que tenía que haber hecho aquella otra noche en vez de seguir como hasta hoy. Ahora ya nada tiene solución.
“Mi voz y el humo juntos con el viento.
Me vuelvo loco buscándote en el tiempo.
Mi voz y el humo juntos con el viento.
Me vuelvo loco buscándote en el tiempo...” |