Un año más, y van 22 nada más y nada menos, la gente de la Peña Rebujas se liaba la manta la cabeza para organizar el festival Rebujas Rock, uno de los más veteranos de los que se realizan en el estado y, además, de manera gratuita, algo que saben todos los seguidores al rock, no sólo de Cantabria, sino de buena parte del estado, y, por ello, se guardan el último sábado del mes de septiembre para acudir a la cita obligada con la localidad de San Mateo de Buelna, lugar donde tiene lugar el evento.
Y, lejos de vivir de nombres establecidos o de las rentas, el Rebujas va renovándose para mejorar, añadiendo este año, como se hace en otros festivales, una jornada matinal, en la pista donde tiene su sede la peña, con un concierto de Sinbat, banda del municipio que ya el pasado año actuó en el escenario principal, y que esta vez eran los encargados de animar a los primeros asistentes. Por motivos laborales, no pudimos acudir a dicho evento, pero los que lo hicieron nos comentaron que estuvo muy animado.
El cartel de este año era un tanto arriesgado, ya que, bajo mi punto de vista, faltaba un grupo grande que enganchase a un público más mayoritario, y eso se notó en una afluencia sensiblemente inferior a la de años previos, unido a que, no muy lejos de allí, en Reinosa, Rulo actuaba ante sus paisanos de manera también gratuita; eso sí, los que estuvimos allí disfrutamos de seis bandas que dieron auténticos conciertazos.
Ambiente
Aun con una campa desierta y con la puntualidad habitual en este festival, comenzaron su actuación la gente de 4 de Copas, banda cántabra, concretamente de Torrelavega, que está celebrando su 20 aniversario por todo lo alto y, sobre todo, con la edición de su quinto disco, el sensacional “20 en el camino”.
Lógicamente, dicho disco fue la base esencial sobre la que se asentó un concierto que comenzó, tras una intro con la que subieron a las tablas, con “Avísame”, para, tras saludarnos, invitarnos a “Una noche por la que brindar”, demostrando en todo momento, estar más que asentados y sus enormes cualidades, para seguir con “Volveré”, antes de presentarse ante los asistentes, muchos de ellos conocidos de la banda, pero, como a este festival viene mucha gente de otras regiones y es un buen escaparate para darte a conocer, también para quienes no saben quién eres ; seguro que muchos se apuntaron el nombre para profundizar en su trayectoria.
Pero la banda no sólo iba a tocar canciones de su actual disco, sino que quiso recordar otros trabajos como aquel “El cuento se acabó” de hace 3 años y que contenía piezas como ese “7 Pecados” o ese “Mírale”, la historia de un viejo rockero, y que demuestra que la calidad de sus canciones no es flor de un día.
De vuelta a su nueva obra ere el momento de “Culpable”, tema que es de los más conocidos de esta nueva referencia, mientras la banda seguida dándolo todo sobre el escenario y mostrándose muy a gusto, continuando con “Cuenta conmigo”, una pieza que ensalza la amistad de verdad.
4 de Copas
Uno de los momentos más cachondos de sus conciertos llega de la mano de “¿Y ahora qué?”, presente en su disco “Sin mirar atrás”, segundo de la banda y editado hace 10 años, y que fue muy cantada por quienes conocían a la banda, antes de recordar el que ha sido single de su actual disco llamado “Camino”.
No quisieron pasar la oportunidad de homenajear a Kutxi Romero, con el que tienen cierta amistad, con una versión de “La rueca” de Marea, un autentico temazo, antes de despedirse de todos nosotros, no sin antes agradecer a la gente del Rebujas que hubiesen contado con ellos, y dejarnos con la festiva “Madre cerveza”, de su anterior disco, para el que nos pidieron alzar las bebidas, dando así por concluida su actuación, de unos 50 minutos.
La verdad es que Cuatro de Copas están en un fantástico momento de forma, algo que ya venimos diciendo desde aquí en reiteradas ocasiones y es que saben tocar una música que agrada a todos los públicos y además de manera fantástica.
Son una garantía en directo y esta noche lo demostraron una vez más.
A estas alturas, todo el que conoce este festival sabe que lo mismo que no hay una noche sin día, tampoco hay un Rebujas sin Desastre, que fue la primera banda no cántabra que actuó en el festival, allá por 1999, y que desde entonces hasta ahora sólo ha dejado de acudir en contadas ocasiones.
Este año venían presentando su nuevo disco “No hay sitio para nadie más”, publicado el pasado año, y del que hicieron un amplio repaso, comenzando, como en el mencionado trabajo, con “La cometa azul”, antes de recuperar uno de sus temas más conocidos como es ese “De pena”, de su anterior trabajo de estudio, “Soltando lastre” de hace ya 6 años.
Se remontaron a los primeros discos de la banda, concretamente a su tercer disco, aconsejándonos evitar un “Mal trago”, para, tras saludar a los presentes y de manera especial a la peña Rebujas, recordarnos que había un puesto contra el maltrato y cualquier tipo de agresión sexista, y seguir su actuación con “Miradas empañadas”, de su anterior obra.
Regresaron a su actual disco con “El circo”, para la que contaron con un acompañante disfrazado de payaso, siendo una pieza bastante interesante, antes de seguir con uno de sus clásicos como es ese “Dando que hablar”, de su tercer trabajo, publicado ya hace 20 años o ese no menos conocido “Incordiar”, de aquel “Callejón Desastre” del 2009 y que puso a bailar aun más a la gente.
Nos recordaron que estaban presentando nuevo disco, un nuevo homenaje a su barrio de Usera, con canciones como esa bella “La princesa de Usera”, esa canción que da nombre al disco “No hay sitio para nadie más” o, tras saludar a toda la gente que había venido al Rebujas de otras regiones, la cañera “No les creas”, que recuerda en parte a los Koma.
Tras acordarse de toda la gente que estaba trabajando esta noche en la barra, regresaron a sus primeros años con aquel “Algo mejor”, sobre las virtudes de vivir en el campo, para volver a su anterior disco de estudio con “Tambores de guerra” y recordar a la gente que lo está pasando mal “En el sur”, otro tema más de su nuevo disco.
Su nueva entrega discográfica estaba disponible en su puesto de merchán, algo que nos recordaron, para seguir con su anterior disco con el tema que le daba nombre, “Soltando lastre”, antes de sacar esa ese funky que llevan dentro, con otra pieza de su nuevo disco llamada “Super funky love machine” y que me gustó bastante.
Desastre
Empezaron a despedirse con sus aventuras con “El loro”, pieza de sus primeros discos que puso a cantar y a bailar a toda la gente, para, tras agradecer a El Rebujas el que hubieran contado un año más con ellos, seguir con “Quien mucho abarca, poco aprieta”, también de su disco de hace 20 años.
Pero si hay un momento especial en un Rebujas Rock es cuando la banda madrileña, en esta ocasión acompañada por Vero de Sinbat al bajo y con parte de la organización sobre las tablas, se lanzan a interpretar el himno del festival, o sea “Que no amanezca”, en donde Alfonso, libre de su bajo, bajó a cantar con parte de las primeras filas. Como siempre, un momento inolvidable.
Pero aun quedaban algunas cartas en la manga, como ese último repaso a su actual disco con “Tabernera”, una pieza muy festiva y que funcionó muy bien en directo, antes de despedirse definitivamente con “Me piro”, no sin antes presentar a la banda y abandonar las tablas tras casi hora y medio de concierto.
Una vez más se hizo evidente esa comunión existente entre Desastre y el Rebujas Rock, que esta vez, como así lo hizo saber la banda, les dejaron un poco más de tiempo al presentar nuevo disco, pero es que, no nos engañemos, son una banda que tienen muchos seguidores en este valle y por algo será.
Me gusto mucho el concierto de unos Desastre que han sacado un grandísimo y renovado disco, que reconozco no había aun escuchado y que me parece que puede marcar una nueva etapa en la banda. Son muy grandes y se les quiere mucho.
Llegaba el turno a una de esas bandas que te enganchan la primera vez que les ves en directo y desde entonces sabes que son una garantía de buen directo, como son los bilbaínos Radiocrimén, una banda que desde su irrupción en 2013, han facturado 3 discos más uno más como Radio X junto a Placi de los Segismundo Toxicómano.
Y ya desde la inicial “Terror”, que también abría su primer disco, nos demostraron que venían a hacernos bailar y cantar con esa enorme entrega que tienen en directo como pudimos ver en “Control” o en esa muy coreada “Mis demonios”, todas ellas de su inicial “Mátame” de hace 5 años.
Sin dejar el citado disco, y con un Txarly subiéndose por todos los rincones, siguieron con ese “Buko”, antes de traernos a su último disco con “Cadenas rotas”, para hacer un breve repaso a su segundo disco, “Antecedentes” del 2014, primero con ese aclamado “Amar mata” y luego con ese “Delfín negro” que dedicaron a sus compañeros de cartel Russkaja.
Mientras iban vacilando a su batería, regresaron a su primer trabajo con “Kalaveras”, para volver a su segundo disco con ese “Lagrimas de carretera”, que dedicaron a Lucia, su conductora, que les había traído desde la otra parte de la península para poder tocar aquí esta noche.
Una nueva incursión en su “3er grado”, último disco de la banda publicado hace 2 años, vino de la mano de “Tiempos salvajes”, para regresar a su anterior obra con ese “Vomitaré” que le abría y que consiguió animar aún más a la gente, para volver a su anterior actual disco con “El solitario”.
Radiocrimen
Tras recordarnos que tenían un puesto de merchán con varios artículos a la venta, llegó el turno del “Alcohol barato”, que abría su actual disco, antes de regresar a su anterior obra con esa maravilla que es “Contenedores”, en la que su guitarra Luis Punk abogó por la libertad de los pueblos.
Con un dinamismo sobre las tablas envidiable e interactuando con la gente, siguieron su concierto repasando su actual disco, primero con “Mundo basura” y luego con su versión del “Ahógate en el WC” de de La Broma de Ssatan, con la gente totalmente enloquecida.
Encarando la recta final, recordando su primer disco, que casi interpretan de manera completa, primero con “Los chicos ya no quieren llorar”, en el que, por cierto, hubo un conato de pelea cerca mio que no llegó a más, para seguir con esa certeza que es “Todo el que manda”, para despedirse definitivamente con “En las cloacas”, con la que nos dejaron tras unos 75 minutos muy intensos y muy amenos.
Otra vez más Radiocrimén dieron un gran concierto, demostrando que son una banda con la que cualquier festival de rock y punk deberían de contar, no sólo porque son de las mejores bandas de ese estilo que existen en la actualidad sino porque nunca fallan en directo.
En teoría, el grupo fuerte de este festival era Sinkope, una de esas bandas que en directo nunca fallan y que venían presentando su nuevo disco “El parque de los poetas”, publicado a finales del pasado año y que, como es lógico, fue la base sobre la que se asentó un concierto que iniciaron con “Y me da mucha rabia”, precisamente del citado disco.
Sin dejar esta obra, siguieron con la pieza que la abre “Los bichos que alimento”, tras las que nos saludaron y continuaron desgranando su disco con “Mi barca y mi mar”, otro gran tema.
Se presentaron ante todos nosotros y nos agradecieron nuestra presencia, antes de seguir con la presentación de su última obra con “No me desates”, que fue seguida por uno de sus temas más esperados como es ese “Cuando no te pones falda”, que daba título a su disco del 2013 y que consiguió meter aun más a la gente en el concierto.
Con un alegato de Vito en favor de la poseía y el rock and roll, siguieron recordando que la droga es peligrosa sólo porque está prohibida, antes de interpretar “Humo de contrabando”, otra de sus temas más conocidos y que daba nombre a su disco del 2004, con un sonido que se iba y venía a ratos, y con vivas a la marihuana y al costo.
Hay que reconocer que es una banda que saben cómo llenar a sus seguidores y buena muestra de ellos es la respuesta que tienen los temas de su nuevo disco como ese “Si querer me va a doler”, muy bien recibida y con Vito exclamando eso de que “viva el amor aunque duela”.
Nos confesaron que a veces hacen canciones románticas como ese “Le voy a cobrar a tus labios tus miradas”, de aquel disco del 2007 llamado “Esta noche se merece otra ronda”, consiguiendo una gran acogida, como también lo fue “Donde el viento se acuesta”, un autentico temazo de su disco del 2013.
Radiocrimen
Hay cosa que, por desgracia, no cambian y una de ellas es la maldita violencia machista, como nos recordaron antes de “Matar se me olvida”, perteneciente a su disco del 2006 y una de las piezas más populares de la banda, que finalizaron con aquel “ojala se nos olvide matar”, antes de dejarnos “A merced de las olas”, una pieza de su disco del 2004, “Humo de contrabando”.
Comenzaron a despedirse con “El carro de la vida”, de su disco del 2007 y que dedicaron a Kutxi que colaboró en su grabación, antes de despedirse definitivamente aconsejándonos guardar todo lo vivido “En tarros de miel”, de aquel disco del 2003 llamado “...y evoluciona el hombre (salvajes civilizados)”, que fue muy coreada por un público que disfrutó mucho los 80 minutos de actuación de los extremeños.
La gran cantidad de aplausos que recibieron, demuestra lo querida que es la banda, que demostraron mucha calidad, como siempre que actúan en directo, donde tienen su punto fuerte, con un repertorio que tuvo una primera parte más centrada en su actual disco y una segunda recordando los grandes clásicos de la banda.
La gran incógnita, para casi todos, del festival eran Russkaja, una banda austriaca, aunque lo suyo es una mezcla de ska y música tradicional rusa, de donde proceden algunos de sus componentes, y que, en sus 13 años de existencia, han publicado 5 discos hasta el momento, el más reciente hasta la fecha ese “Kosmopoliturbo” de hace un año y que fue el pilar sobre el que se centró su concierto.
Con una intro de fondo, fueron saliendo poco a poco sus músicos, mientras iban tomando posiciones, primero los seis músicos de la banda, que fueron ejecutando una pieza instrumental, hasta que apareció su enrome vocalista, que procedió a presentar a la banda con ese “Hello Japan”, de su última obra, con la que ya pusieron a bailar a la gente.
Con su vocalista dirigiéndose a nosotros en un más que correcto castellano, siguieron con “Hey road”, el tema que abre su nuevo disco y que, interactuando constantemente, consiguieron llevarse a la gente, como también lo hicieron con ese “Alive”, con esa extraña danza que sus integrantes nos ofrecieron en mitad de la canción, mientras su cantante nos animaba a bailar.
Sin dejar su actual disco, nos reconocieron lo importante que es para ellos “La Música”, un tema cantado en un perfecto castellano y que hizo que, directamente, se ganasen todo nuestro respeto y admiración, para, mientras nombraban constantemente al festival haciendo hincapié en la R inicial, recordar su segundo disco “Russian Voodoo” del 2010, con “Change”, en la que su cantante se sentó sobre una caja, mientras introducían un fragmento del “Pretty woman”, a la vez que nos pedían palmas y con el cantante interactuando constantemente con un público que ya comía de su mano.
Otro momento maravilloso llegó con “Traktor”, otra autentica locura de su segundo disco, en la que nos pidieron que formásemos circulo, con todos los músicos dando vueltas alrededor de uno de los músicos de viento, haciéndonos pasar un rato más que divertido, sin por ello dejar de demostrar lo increíbles músico que son.
Su cantante, Georgij Makazaria nos reconoció que había aprendido castellano en la URSS, lo que demostró en “El pueblo unido”, ese tema de resistencia que estaba presente en su anterior “Peace, Love & Russian Roll” de hace 3 años y para la que sacaron una bandera roja con el símbolo de la paz, siendo una pieza muy coreada por los presentes.
Quizás una de sus canciones más conocidas sea “Energia”, que daba nombre a su tercer disco del 2013 y que hizo que todo el mundo, tanto arriba como abajo bailase al ritmo de la canción, tras la que la banda se despidió momentáneamente.
Russkaja
De vuelta a las tablas, el protagonismo recayó en su violinista Ulrike Müllner, que nos deleitó con sus magnificas cualidades, en una ejecución donde intercaló fragmentos de piezas como el “Sweet Child o' mine” o el “Cowboys from Hell”, demostrando que se atreven con todo.
Siguieron con otra pieza muy bailable, donde casi todos cantaron algún fragmento, antes de anunciarnos que el siguiente tema iba sobre el recuerdo de la primera barba en “Barada”, otro tema de su tercer disco, donde demostraron que son unas auténticas máquinas en directo, tanto musicalmente, como por el espectáculo que montan, con temas come este que es una autentica locura.
Se despidieron de todos nosotros, aconsejándonos expulsar todos nuestros problemas con “Gop-Stop”, de su disco debut “Kasatchok Superstar”, de hace 10 años, en la que nos hicieron levantar nuestras manos, con todos los músico dando vueltas sobre sí mismos alrededor del escenario, y con la que nos dejaron con un gran sabor de boca tras poco más de 70 minutos.
Si alguien tenía dudas de lo que nos esperaba con Russkaja, creo que casi todos podemos coincidir en decir que tuvimos el privilegio y el placer de ver en este Rebujas a una banda que está llamada a ser muy muy grande, gracias a su gran calidad musical, a sus magnificas canciones y, sobre todo, a sus muy divertidos y amenos directos.
Sin duda, y sin desmerecer a ninguno de los demás grupos, la banda triunfadora de esta edición del Rebujas Rock y uno de los mejores conciertos que he visto este año.
Nada más acabar la actuación la gente de Russkaja, teníamos sobre las tablas a las gente de Cernégula Cantabria que, un año más, habían instalado un punto morado para denunciar todas aquellas agresiones sexistas, ya fuesen físicas o psíquicas, invitándonos a pasar por su puesto, para denunciar si veíamos un comportamiento de estre tipo o bien para informarnos sobre sus acciones.
Y, si bien hasta ahora las cosas estaban haciéndose con cierta celeridad, el cambio entre los austriacos y Trashtucada se alargo más de una hora por cuestiones técnicas, que hicieron desesperante la espera y más con el cansancio acumulado, lo que provocó algunos silbidos de impaciencia de los allí presentes.
Pero todo esto se diluyo cuando los de Chiclana de la Frontera, osea Trashtucada, subieron al escenario a trasmitir todas sus buenas sensaciones con esa intro que inició su actuación, para comenzar plenamente su concierto con “Muero”, una de las canciones que forman parte de su nuevo disco llamado “Quién dijo miedo”, de este mismo año.
Pero la banda quiso hacer un repaso por sus cuatro discos publicados hasta la fecha, con temas como ese “Volante, culo y carretera”, de su anterior disco “Nada nos puede parar” o, tras saludarnos, ese clásico de la banda que es “Penélope”, de su primer disco “Y no es broma”, de hace 10 años
De todas maneras y como es lógico, la banda dio prioridad a los temas más recientes y por ello los siguientes en sonar fueron piezas de este nuevo álbum como ese “Tus muertos” o “Toda la noche”, precedido de nuevos saludos de la banda, y que fue de los que más me gustaron, con un cierto regusto a Narco y en la que vacilaron sobre la letra del himno de España y Marta Sánchez.
Es increíble la capacidad que tienen la banda para hacernos bailar y eso que eran más de las 4 de la madrugada, pero allí nadie quería parar de bailar al ritmo de temas como “K. O. Boeing 747” de su segundo disco “Tírate del puente” del 2011 o ese “Levanten las manos”, de su actual obra y que dedicaron a todos los políticos vivos o muertos, abogando por usar la guillotina.
De regreso a su anterior disco, nos llevaron a “Mi destino”, haciéndonos bailar, antes de confesarnos que seguirán aprendiendo de la escuela de la vida, para continuar con “En la calle”, otro temazo que está presente en su actual nuevo disco.
Trashtucada
Nos recordaron que venían de Chiclana y que buscan un mundo libre y tolerante, por lo que rechazan todo tipo de violencia, sobre todo la machista, con temas como ese potente “Y volveré”, también de su nuevo trabajo, antes de dedicar a la omnipresente guardia civil ese “Infusión”, un vacilón tema de su primer disco y que aboga por la legalización de la marihuana, con las que es imposible quedarse quieto y no ponerse a mover los pies.
De vuelta a su anterior disco, llegó el turno de “Quiero mi oportunidad”, para regresar a su nuevo trabajo con “Nada de nada”, un tema que trata sobre la gente que viene en pateras buscando un mundo mejor y que a ellos les toca muy de cerca porque viven en una zona de desembarco de inmigrantes; un tema muy animada pero con una temática muy dura.
A la pregunta de si teníamos ganas de fiesta, y la unánime fiesta afirmativa de los presentes, era el momento de ese Medley en que mezclaron temas como la mítica “Fiesta” de Los del Sol, el “Lucky man for you” de La Polla Records, el “Saca el güisqui cheli” de Desmadre 75 o el “La fiesta” de Karina, que todo el prado acabó por bailar.
Nos recordaron que todos somos iguales y que no nos confunda, con esa pieza llamada “Me gusta”, de su anterior disco, en la que nos pidieron cantar con ellos, antes de despedirse de todos nosotros con la esperada “De fiestas? Vale”, la que quizás sea su pieza más esperada y que estaba presente en su segundo disco, con la que consiguieron sacarnos las pocas fuerzas que nos quedaban.
Y así, tras poco más de 75 minutos, acabaron su actuación la gente de Trashtucada que, pese al retraso que enfrió un poco el ambiente y las horas tardías que eran ya, consiguieron darnos un fuerte empujón y hacernos bailar a base de unas canciones que combinan a partes iguales ese aire festivo con la reivindicación tan necesaria.
Reconozco que no había escuchada apenas nada de la banda, pero esta noche me ganaron para su causa a base de alegría, simpatía y buenas canciones, siendo una banda que gana un montón en directo.
Y así concluía, un año más, el Rebujas Rock, al menos para el que escribe, pasadas ya las 5.00 de la mañana y con el cuerpo machacado por las horas al pie del cañón, pero contento por las grandes actuaciones vividas y que, gracias a la gran labor de la organización, todo saliese como debe.
Quizás la menor asistencia fue la nota negativa de un festival que, una vez más contó con una amplia zona de acampada gratuita y una barra a precios populares, y donde, como única pega, pondría el que no haya muchos servicios, sobre todo para las mujeres, que tienen que peregrinar hacia lugares muy escondidos para poder hacer sus necesidades.
Por lo demás, el Rebujas Rock demostró porque lleva tantos años haciéndose y ganándose el cariño y el respeto de todos los seguidores del rock de nuestra tierra.
29/09/2018 
Txutxy Cano 
Recinto, San Mateo, Cantabria
