La Vargas Blues Band regresaba, el último viernes de octubre, a su cita anual con Cantabria, una tierra que suele frecuentar y donde su propuesta siempre ha sido muy bien recibida, algo que no es de extrañar dada la talla y el intachable curriculum de un artista que se han codeado con muchos de los mejores guitarristas y músicos de la historia.
Aunque el año pasado su visita fue anterior a la edición de su disco “Cambalache & Bronca” y por tanto no pudimos disfrutar de dicha gira, si que teníamos la oportunidad de hacerlo con su actual tour, en que presenta su nuevo trabajo, llamado “King of latin blues”, editado a principios de este verano y que resume buena parte de su trayectoria.
La cita para este concierto era obligada, por lo que me dirigí a la sala Black Bird de Santander, lugar donde tendría lugar el evento, con la seguridad de disfrutar de un gran concierto, ya que la calidad y las buenas canciones son garantía en los conciertos de esta banda; además, el evento tenía el aliciente de la presencia como invitado, en la segunda mitad del evento, de John Byron Jagger, sobrino del cantante de The Rolling Stones.
Por todo ello, es normal que la afluencia de gente fuera muy grande en la sala santanderina, y eso pese a que el día, frio y lluvioso, pudiese hacer que determinada gente se hiciese los remolones, pero, una vez más, el poder de convocatoria de la Vargas Blues Band es muy grande y está por encima de inclemencias climatológicas.
Con la habitual y exquisita puntualidad de la citada sala, comenzó el concierto, en principio en formato trío, con la formación habitual desde hace diez años más o menos, osea Javier Vargas a la guitarra, Luis Mayol a las guitarras acústicas, bajo y voz, y Peter Kunst a la batería y voz, con “Para guarachar”, con un Javier Vargas demostrando desde el minuto uno su calidad a las seis cuerdas, algo que está fuera de toda duda, haciéndose cargo Luis en esta canción de la voz principal y de la guitarra acústica.
Tras una importante ovación de una sala que estaba muy motivada y tras agradecer Javier nuestro recibimiento, era el turno de aquel “Chill Out (Sácalo)”, adaptación del tema de John Lee Hooker y Carlos Santana, con Luis y Peter alternándose a las voces y que fue coronado con un magistral solo de guitarra.
Vargas Blues Band
Se mostraron encantados de estar en Santander, ya que, según Javier Vargas, en una ciudad que les trasmite muy buena sensaciones, especialmente el Black Bird, local que, según dijo, era de las sala que más le gustaba del estado, antes de continuar con ese temazo llamado “Amapola negra”, cantada por Luis Mayol y que la hicieron de manera mucho más lenta de lo que era la original.
Llegaba el turno de presentar a los músicos, mientras Luis Mayol dejaba la guitarra acústica para hacerse del bajo, y anunciarnos una noche de blues y de rock, como pudimos ver en los dos siguientes temas, donde, de nuevo, se alternaron bajista y batería en la función de vocalista, dejando atrás esa primera parte más latina y apostando abiertamente por el blues. Sobra decir que Javier Vargas, en todo momento muy cómodo sobre el escenario, se mostró fantástico en su labor de guitarrista y centro de atención de todas las miradas.
Uno de los puntos que hacen grande a Javier Vargas es el continuo reconocimiento a quienes han sido su influencia, recordando siempre a los grandes guitarristas como es el caso de un Gary Moore del que cayó una inolvidable versión del “Parisienne Walkways”, uno de los mejores momentos de todo el recital, y donde se vio a la gente disfrutar de cada nota.
El concierto seguía, con un siguiente tema donde las dos voces se volvieron a alternar y con la gente dando palmas, para seguir con “Make sweet love to you”, con Luis Mayol como vocalista, y que alagaron con un trozo de la popular “La cucaracha”, antes de enlazar esta pieza con otra, de nuevo con la gente dando palmas, para acabar esta primera parte con un “Black cat boogie”, en donde cobraron mucho más protagonismo tanto Luis como Peter, a los que dejó tener una buena parte de lucimiento y es que son dos músicos esplendidos.
Mientras pedían algo de bebida para refrescarse, solicitaron la presencia sobre las tablas de un John Byron Jagger que, ya desde la primera canción, empezó a contonearse sobre las tablas, demostrando buenas cualidades vocales, algo que pudimos notar en esa maravilla versión del “On the road Again” de Canned Heat, que Javier alargó, demostrando no arrugarse ante ninguna canción por mítica que sea.
Tras dedicarle la siguiente canción al invitado de la noche, que permanecería sobre las tablas hasta el final del concierto, llegó el turno de “Don’t let the children cry”, tema perteneciente a su nuevo disco y del que han editado un video, con la gente dando palmas y entregada a la banda., mientras John Byron, no paraba de moverse sobre el escenario.
Seguimos la actuación con un “Man on the run”, para la que Javier tocó con una moneda que le habían dado desde el público, demostrando que puede hacer lo que quiera con la guitarra, para seguir con un nuevo tema que, no sólo fue muy bien recibido por los presentes, sino que hizo que éstos no parasen de aclamar al cantante, lo que da muestras de su gran nivel.
Vargas Blues Band
Tal y como nos dijo Javier, hasta el momento habían interpretado lo que serían las raíces y ahora era momento de homenajear a las hojas, con esa magnífica versión del “You never can tell” de Chuck Berry, un tema muy conocido, antes de agradecernos y saludar nuestra presencia, y seguir con la mítica “Honky tonk women” de The Rolling Stones, con el morbo añadido de que el cantante fuese sobrino del mítico cantante británico.
Tras una nueva pieza más blues, llegó el momento de recordar de nuevo a Chuck Berry con ese “Little Queenie”, que hizo cantar a toda la sala, antes de dedicar precisamente a la sala Black Bird el “Blues local” de Pappo, tras reconocer que hay dos cosas sin las que se puede vivir, sin agua y sin música, y en la que cantaron John Byron, Luis y Peter, tras la que se despidieron momentáneamente.
Con todo el mundo pidiendo otra y sin dar tiempo casi a los músicos a bajarse de las tablas, siguieron con el tema que da nombre a su actual disco “The king of the latin blues”, a petición de una de las espectadoras, que fue cantada por Peter, para continuar con esa mítica “Get up, Stand u” de Bob Marley & The Wailers, fácilmente reconocida por los presentes.
La actuación se encaminaba hacia la recta final, no sin antes dejarnos con un maravilloso “Brown sugar” de The Rolling Stones, antes de interpretarnos un nuevo tema más, con el que dieron por finiquitada una actuación que sobrepasó las dos horas y cuarto de actuación.
Lo vivido esta noche, nos demuestra, una vez más, que Javier Vargas en un arista valiente, que en cada gira busca ofrecer algo diferente, como en la anterior actuación en Cantabria donde estuvo acompañado por Vanesa Harbek, sin que le importe ceder parte de su protagonismo a sus colaborados puntuales o a sus compañeros de banda.
Es por ello, que esta noche se puede considerar como mágica y especial, gracias a la presencia de John Byron, que, lógicamente condicionó en buena medida el repertorio de la banda, con un buen repaso a algunos temas clásico de la banda, y a otro buen puñado de canciones imprescindibles en la historia del blues y del rock.
Por supuesto, siempre que venga acudiré a ver a la Vargas Blues Band porque hay pocas bandas que den más en cuanto a duración, calidad y variedad, por menos.
Y así, con un catarro que me llevaba fastidiando desde hacía unos días, me marché de ese templo del rock que es la Black Bird, un lujo de sala para nuestra región, y que esta noche contó con un llenazo de viejos y jóvenes seguidores del blues y del rock y que disfrutamos a tope de este acontecimiento.
26/10/2018 
Txutxy Cano 
Black Bird, Santander, Cantabria
