Brujeria y Ratos de Porão unieron fuerzas para ofrecer hasta trece fechas por estos lares. Una de sus últimas actuaciones al otro lado del charco tuvo lugar en la Sala Jimmy Jazz de Vitoria-Gasteiz, local que rozó el llenó la noche del viernes 14 de diciembre y que brasileños y norteamericanos se encargaron de dinamitar.
El gentío estaba con ganas de presenciar el directo de dos bandas con gran recorrido internacional, y pese a que el aforo del local gasteiztarra no llegó a completarse, los presentes, un público adulto y curtido, lo dieron todo desde el minuto uno y el ambiente fue brutal.
Mientras que, sobre las tablas los músicos mostraron todas sus artes y se emplearon con contundencia, bajo las mismas una entregada audiencia no dejó de botar y chocar entre sí a lo largo de una velada que se alargó hasta la medianoche.
Ratos de Porão, que llegaban desde la localidad brasileña de São Paulo, fueron los encargados de abrir fuego pasadas las 21:00h. El cuarteto salió a escena, saludó al público y el delirio en la sala fue inminente. Sus seguidores les recibieron con una sonora ovación y la descarga arrancó con "Odio", "Amazônia nunca mais" y "Lei do silêncio".
Ratos de Porao. Texto: Borja Triviño @borjatrivi
Los de Brasil, en activo desde 1981 quisieron convertir la Jimmy Jazz en un hervidero desde el arranque y con canciones como "Grande Bosta", "Crucificados pelo sistema" o "Conflito violento" que sonaron realmente arrolladoras, hicieron que bajo la tarima se formasen los primeros pogos. Los golpes se sucedían y el público vibraba con el punk-hardcore-metal de João Gordo y los suyos.
La destructora propuesta del combo brasileiro sonó contundente, las canciones fueron disparadas de forma directa y vertiginosa, y el repertorio de la noche fue acertado. Sus fieles pudieron disfrutar tanto de algunas de sus últimas composiciones, ya convertidas en himnos, como de otros temas más clásicos.
Ratos de Porão llegaron, descargaron y convencieron. João Gordo, Jão, Boka y Juninho abandonaron las tablas entre aplausos y agradeciendo al público su calor. A los de Brasil les queda cuerda para rato.
Ratos de Porao. Texto: Borja Triviño @borjatrivi
Llegaba el turno de disfrutar de los Brujería tras el calentamiento con los brasileños Ratos de Porao, rápidamente se montó un revuelo considerable sobre todo en las primeras filas que no pararan de moverse constantemente llegando hasta la parte central de la sala.
Tras la into, salieron a escena Juan Brujo (John Lepe) y Fantasma (Pat Hoed) a las voces, también Criminal (Anton Reisenegger) a la guitarra de la formación chilena llamada Criminal, Hongo de los legendarios Napalm Death (Shane Embury) al bajo y Hongo Jr ,tras el paso por Benediction, Dimmu Borgir, Testament o Cradle of Filth (Nick Barker) a la batería, todos ellos manteniendo sus rostros tapados con pañuelos para salvaguardar su leyenda de oscuridad y misterio.
Les hemos visto unas cinco veces, en festivales nacionales y salas y podemos decir que no vimos nada nuevo bajo el sol en la Jimmy Jazz, eso sí, parece que ahora viven una pequeña transformación desde que hace 16 años editaron “Brujerismo” hasta llegar al 2016 cuando sacaron “Pocho Aztlan” gracias a Nuclear Blast.
Dejaron latente que han vivido de las rentas muchos años, de discos como “Matango Gueros”, “Raza Odiada” y como no, “Brujerismo”, más esos pequeños sencillos en forma de Ep que han ido dejando poco a poco, hasta llegar a nuestros días con algo de material nuevo.
Una primera parte del concierto con siete temas donde las voces se entremezclaban con el sonido de los instrumentos, llegando a generar un poco de caos, a pesar de ello, la peña estaba animadísima en sumarse en esa pachanga que se montan en sus shows, un arma perfecta para disfrutar de Brujería.
Escuchamos de inicio “Cuiden a los Niños”, “La Ley de Plomo” o “Colas de Rata”, tema a fuego capaz de empezar a empujar y meternos más de lleno en su concierto, con esas canciones que no pasan de los tres minutos, primitivas y distorsionadas, reivindicativas y disparando directamente a los Estados Unidos, entre ellas las dedicadas al presidente Trump con “Fuck Trump”, implorando su nombre hasta cinco veces al son de “¡Viva Presidente Trump!”.
Brujería. Texto: Karlos G. Azpiazu
La verdad es que hicieron un concierto divertido, con guasas y muchas palabras lanzadas al público, como durante esos momentos en que pidieron un poquito de hierba para fumar, seguramente olieron los humos de algún que otro oyente.
Entrando en el ecuador del concierto, salieron a escena los temas que menos habíamos escuchado pertenecientes a su último trabajo de estudio “Pocho Aztlan”, del que fueron apareciendo a cuenta gotas, entre ellos “Ángel de la Frontera” con esos aires tribales o “Satongo”, una pieza acelerada del grindcore con una base rítmica a toda pastilla.
Luego los singles potenciales de Brujería, con ese sonido personal, entre ellos “Brujerismo”, “Anti-Castro”, ”Marcha de Odio”, o el divertido momento en el que subieron a una chica del público para que levantará un cartel con la palabra “Sí”, por una parte, y “No” por la otra, recibiendo un beso de cortesía por parte de sus dos cantantes. Tocaron “Consejos Narcos” de su segundo disco “Raza Odiada” donde el trabajo de los narcos está muy presente.
Íbamos llegando al final de la actuación tras una hora y quince minutos de show, lo hicieron con uno de los temas que cierran gran parte de sus conciertos, “Matando Gueros”, desenfundando machetes para luego despedirse con “Marijuana”, siendo ese el fin de su gira por la península, con diez fechas confirmadas que se las han hecho del tirón junto con sus amigos Ratos de Porao.